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22 noviembre, 2022Nuestra columnista especializada en Orientación Familiar, diplomada en Intervención y Tratamiento de la Violencia y en Educación Sexual Yanina Cossime nos trae algunos consejos sobre cómo hacer un buen uso del tiempo libre para favorecer un buen ambiente familiar, un sano manejo del estrés y una mejor calidad de vida.
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EA1102 – Entre Amigas –
Tiempo Libre
Entrevista a Yanina Cossime
Victoria: Bienvenidas, amigas a un nuevo programa de Entre Amigas. Hoy vamos a conversar con Yanina Cossime, nuestra columnista aquí en Entre Amigas, hablando en esta oportunidad del reto de saber darle un buen uso al tiempo libre para lograr realizarnos de forma personal. Vamos a ver cuál es la manera apropiada de usarlos, si es que eso existe, así que le agradecemos a Yanina Cossime, recordamos que es Orientadora familiar, operadora socio comunitaria diplomada en intervención y en tratamiento de la violencia y en educación sexual, así que Yanina, ¿cómo estás? Bienvenida.
Yanina: Hola, muchas gracias por este tiempo, Victoria. Les mando un beso a todas las oyentes también.
Victoria: Vamos a estar hablando del tiempo libre hoy, y como te decía fuera de micrófonos, Yanina, me parece adecuado este tema porque muchas veces estamos con mucha actividad, mucha presión, pensar en esa etapa de descanso está bueno. ¿Qué queremos decir cuando hablamos del tiempo libre, Yanina? ¿Cuál sería el concepto para explicarlo mejor?
Yanina: Lo primero que a uno se le ocurre cuando uno habla de tiempo libre es no hacer nada, pero no necesariamente el no hacer nada es usar bien el tiempo libre, y no necesariamente significa descansar. El buen uso del tiempo libre es en realidad descansar de las actividades cotidianas que nos generan el esfuerzo, el estrés. Uno va a trabajar para ganarse el sustento y tiene distintas actividades que por ahí uno no elije, uno elije el trabajo, pero quizás no elije tener una reunión, por ejemplo. El tiempo libre no solo es libre porque no se tienen las obligaciones del trabajo, sino porque uno elije realmente qué hacer con ese tiempo. A veces son obligaciones, o es esfuerzo, por ejemplo, a la gente que le gusta hacer jardinería, ese tiempo se está esforzando físicamente, no está descansando el cuerpo. O aquellos papás que en su tiempo libre hacen de entrenador en algún club, y no lo hacen por el dinero, pero eso los desconecta del trabajo habitual, del esfuerzo habitual de lo que hacen siempre. El uso del tiempo libre es libre porque uno es libre, justamente, de elegir qué hace con ese tiempo.
Victoria: Influye también en nuestro desarrollo personal, ¿no? Por eso vos hacés hincapié en elegir bien qué es lo que vamos a hacer para que eso, de alguna manera, afecte positivamente el transcurso de nuestra vida cotidiana.
Yanina: Claro, porque las personas nos vamos autodeterminando. Mas allá de que uno nace como persona completa, es decir, un bebé no nacido sigue siendo un ser humano completo en potencia, porque todas sus capacidades todavía no se han desarrollado, así como las de los adultos y las de los niños tampoco, porque uno se va definiendo a medida que va tomando decisiones. Yo siempre le digo a mi hijo que cada paso es una decisión, y en cada paso uno se va haciendo a sí mismo y se va determinando como persona. Con el uso del tiempo libre es lo mismo. Si yo en mi tiempo libre me dedico a salir de shopping, a dar vueltas por ahí, a perder el tiempo, ¿eso me edifica a mí como persona? Ahora, no es lo mismo salir a pasear, a caminar, aunque sea en el Shopping, a conversar con una amiga. Ese tiempo es mucho mejor usado. Usar el tiempo libre no es lo mismo cuando uno termina de cenar y se pasa haciendo zapping como un zombie frente al televisor, que jugar a un juego de mesa con los chicos. O poner música, leer un libro, conversar con el esposo, no sé, se me ocurren muchos ejemplos. Entonces lo que hacemos con nuestro tiempo libre nos va definiendo de alguna manera. Nosotros nos definimos con el uso que le damos a nuestro tiempo libre.
Victoria: Claro, me parece que lo que vos proponés también es no caer en una situación más cómoda tal vez, o más fácil, de caer en el sillón a mirar la televisión, sino que por ahí ser un poquito más creativos y hacer una actividad que nos sea más beneficiosa, que incluso cuando uno la hace se da cuenta de que es mejor, pero antes tiene que romper con eso de no ir al sofá a ver películas o Netflix o lo que sea, sino esforzarse en hacer algo distinto. Está bueno también romper con eso y hacer ese pequeño esfuerzo de hacer algo distinto, ¿no?
Yanina: Obviamente. Porque al mirar televisión, ¿qué vas a mirar? Porque a veces somos hasta cómodos en lo que vamos a mirar, y miramos una película “pochoclera”, como se las llama acá en Argentina, que son esas películas que no te dejan nada, que quizás nos hacen reír, pero no nos llevan a la reflexión. No es lo mismo eso que elegir una película que quizás tenga una sustancia de la que aprender. Hay películas, como por ejemplo una que se me ocurre la película Manos Milagrosas, que se trata de un muchacho con muchas contrariedades que termina, con mucho esfuerzo de él y de su madre, siendo una persona exitosa a nivel profesional, pero, sobre todo, a nivel personal. Entonces ver una película así, sentados en el sofá, en familia, es un tiempo que lleva a la reflexión personal, familiar, que te lleva a replantearte. Entonces a veces caemos en la fácil, no hacer nada, salir de shopping, hacer zapping, dejar a los chicos con el celu o con los jueguitos en la Play Station para que pasen el tiempo, pero una de las reflexiones que hago es que no nos damos cuenta de que el tiempo es vida, y que la vida es corta. Uno no sabe cuándo se va a terminar. Cuando uno, no por ser pesimista, pero por ser realista, se para en esa posición y se lo toma en serio, empieza a pensar con más seriedad cómo usar el tiempo libre. Porque si alguien me avisa que hoy es mi último día de vida, ¿cómo usaría yo ese tiempo? Seguramente estaría con mi familia, charlando, compartiendo cosas, dejando un mensaje, una reflexión de qué significa la vida misma, daría más besos, más abrazos, leería un libro, estaría al sol, no sé. A veces el tiempo libre bien gastado es estar al sol porque quiero disfrutar del aire libre, del viento en la cara y de la sensación del sol en el rostro, o compartir en silencio un café con un amigo. Es medio rebuscado quizás.
Victoria: No, todo lo contrario, para mí es muy sencillo. A mí me hace mucho bien cuando estoy un poco atosigada por alguna cosa o alguna tarea, salir y tomar sol sin el celular, sin nada a la vista, por 10, 15 minutos, media hora, haciendo alguna cosa, me gusta mucho las plantas, leer un libro, lo que sea, te genera alguna desconexión y te oxigenás. Son cosas que te aportan mucho.
Yanina: Y es no hacer nada, pero en realidad estás haciendo algo sí, porque si yo me siento en una reposera a disfrutar del sol en mi cara, estoy haciendo algo, no estoy perdiendo el tiempo. Estoy disfrutando de algo que, a lo mejor, mucha gente se lo pierde, porque queremos llenar el tiempo con cosas que no nos dejan nada. A veces usamos el tiempo libre para llenarlo de cosas. Una cosa es descansar, el cuerpo necesita descansar y dormir bien por una cuestión de salud y por el propio cuerpo, para que la cabeza funcione bien también, pero otra cosa es perder el tiempo haciendo nada, y ese tiempo no se recupera. Eso es perder el tiempo. Disfrutar del descanso no es perder el tiempo. Muchas veces la gente se confunde, se suben a una carrera de llenar el tiempo con cosas y con actividades porque no pueden descansar porque parece que tener tiempo libre es algo malo, pero el tiempo libre nos sirve también para edificarnos.
A mi me gusta leer, y yo estudio y leo mucho durante el año, y llega el verano y la gente se pregunta, y me pregunta, por qué estoy con un libro. Porque para mí el tiempo libre es disfrutar de una lectura de un libro que elegí yo. Es la misma actividad, leer, pero este libro lo elegí yo. En el año me dijeron qué tenía que leer, pero este lo elegí y lo disfruté. Estoy haciendo lo mismo durante el año, pero a mí me edifica hacer esto.
Victoria: Claro, lo importante es cómo lo sentís vos. Yanina, vos te referís también a la importancia de los padres de educar en el tiempo libre a sus hijos, porque a veces en niños y en adolescentes ese tiempo libre puede derivar en cosas no tan buenas, hay distracciones a través de la tecnología que hoy en día está tan a la mano que hoy en día pueden generar ciertas consecuencias negativas también.
Yanina: Lo que llamamos el chupete tecnológico: El celular, la Tablet, el jueguito, lo que sea. Nosotros les enseñamos, y, es más, les fomentamos el mal uso del tiempo libre. Es más fácil para un papá darle el chupete electrónico, a la edad que sea, a un hijo, que dedicarse y gastarse física o emocionalmente en lo que significa enseñar un juego de mesa o compartiendo esos tiempos, o salir a andar en bicicleta o a caminar a la Rambla, ustedes que tienen ahí en Montevideo una rambla hermosa. Es más fácil, pero después nos quejamos porque están todo el día con el celular, o el chico tiene una adicción a las tecnologías que es tan peligrosa como una adicción a la cocaína. Hace el mismo desastre en la cabeza de un chico. Entonces eso no solamente se enseña con el ejemplo, sino que implica enseñar a usar bien el tiempo libre, como cualquier otra cosa que los padres enseñamos. Es necesario el ejemplo y el esfuerzo por parte de los padres. Entonces cuando a mí me dicen “uy que suerte que tenés, tus hijos leen libros”, no es suerte. Me ven leyendo, les compro libros y nos sentamos a leer y les pregunto qué están leyendo. En eso uno está enseñando. Hasta en cosas de la escuela, sacar conclusiones de sobre qué se trata el libro y estudiarlo. Este es el trabajo que uno tiene que hacer con el uso del tiempo libre.
Tampoco es que nunca vamos a hacer cosas como pasear por el shopping, si hay que perder el tiempo porque hay que esperar un médico, por ejemplo, bueno, uno se queda perdiendo el tiempo porque no hay otra cosa que hacer. Pero no lo tenemos que ver como un plan. Los chicos van aprendiendo porque van viendo en la vida cotidiana lo que nosotros les vamos enseñando, seamos conscientes o no de lo que estamos haciendo. Entonces está bueno fomentar el buen uso del tiempo libre. Actividades culturales, por ejemplo. No tiene que ser algo muy rebuscado, puede ser ir a una plaza, ir a ver un monumento, contemplar la naturaleza, mirar las aves, y uno usa bien el tiempo porque está contemplando la naturaleza y eso edifica, llena, trae alegría, más allá de que el sol te hace bien al cuerpo en cuanto a la vitamina D y la vitamina E. No necesariamente hay que hacer grandes cosas y gastar mucho dinero para hacer buen uso del tiempo libre. Me pasa con los chicos que a veces en cosas muy sencillas, como estar en la plaza tomando mate, venimos más contentos o más relajados que si hubiéramos hecho algún paseo a un lugar determinado. Esto de la contemplación, de la conversación, de disfrutar de lo que hay, de parar, de no correr. A uno lo edifica como persona. O el trabajar, el ponerse una meta: “Hoy vamos a arreglar el patio”. Uno va a trabajar, va a poner el cuerpo y se va a cansar, pero ese compartir, ese tener una meta, después ver el resultado y ver que, si nos esforzamos todos juntos por un objetivo en común, nos llena el corazón. Ver la obra completa, terminada y sentarnos todos a tomar la merienda contemplando lo que conseguimos juntos, a eso me refiero con el buen uso del tiempo libre. Aunque sea cansador en ese caso.
Victoria: Claro, pero es un cansancio más productivo. También, hablando de cansancio, es importante eso que señalabas hace un rato de descansar físicamente, reponer las fuerzas, el descanso psíquico también, y ni que hablar de la posibilidad de tener ese espacio festivo, esa etapa de compartir el resultado de un trabajo, compartir una alegría, diálogo, todo lo que se genera a parir de la actividad que elegimos. Pero en resumen, como vos dijiste, descansar físicamente, descansar psíquicamente y también poder disfrutar de ese resultado.
Yanina: La fiesta, claro, la fiesta de contemplar la naturaleza, de contemplar el resultado de un trabajo que hicimos juntos, celebrar un logro, y no a lo mejor la fiesta como la pensamos a veces, sino aprender a celebrar la vida en sí misma. Eso también se enseña. En vez de tener chicos quejosos, exigentes, todo el tiempo mirando lo negativo, aprender a celebrar el estar juntos, a levantarnos por la mañana, cada momento puede ser una fiesta, pero al mismo tiempo pensar en celebrar. El domingo todos juntos en la mesa, por ejemplo. Cada familia tendrá su ritual pero bueno, de esto se trata. Aprender a disfrutar el tiempo libre, que nos edifique y que llene nuestra vida y nuestro corazón. De eso se trata vivir, ¿no?
Victoria: Qué importante que es la sonrisa, el celebrar, porque más allá de las situaciones diarias de estrés siempre está bueno que, por lo menos, no se vaya el día sin que nos hayamos reído, más allá de que hay días que son más difíciles que otros, pero bueno, cuánta descompresión genera el hecho de tener ese espacio que nos libera de tensiones. Te quería consultar, porque vos hablabas recién de las tareas escolares y yo me pregunto, porque recuerdo que cuando era más pequeña e iba al colegio o a la escuela, algunos chicos elegían hacer primero la tarea y después el juego, el descanso, y otros lo hacían al revés: primero jugar y después hacer los deberes, más tarde. ¿Qué recomendás vos? ¿Viene primero el cumplir con el deber y después celebrarlo con un tiempo de esparcimiento? ¿O es mejor al revés para que el niño descomprima y pueda estar más animado? ¿Qué valoración hacés de eso?
Yanina: Obviamente cuando el niño vuelve de la escuela necesita descansar y desconectar un poquito el cerebro, aunque dependa de la rutina o del horario en el que cada chico venga de la escuela. Pero si yo vengo al mediodía almuerzo, si vengo a la tarde meriendo, y tengo un espacio de diálogo familiar. Pero lo importante es que, después de ese espacio en el que uno se desconecta, hacer el deber, porque así es la vida, y después poder disfrutar con el deber cumplido. Pero hay excepciones. Hay veces en las que estamos muy cansados psicológicamente de las tareas y tenemos que descansar, nos tenemos que dar una ducha, tenemos que hacer alguna cosita que nos despeje un poco, que nos permita tener un descanso intelectual, un descanso psicológico para emprender la tarea. Pero a mí ver, venir de la escuela cansado y seguir con tareas te mata, nadie lo puede disfrutar. Y venir de la escuela y salir al parque, estar dos horas andando en bicicleta y volver y pretender hacer la tarea tampoco, no tengo más energía. El tema es como siempre: un equilibrio que se acomode a la realidad de cada familia. Hay familias que a lo mejor esperan que venga papá, porque es el único tiempito que tiene para compartir con sus chicos, y qué bueno que venga papá del trabajo y quiera ayudar con la tarea de los chicos. En ese caso a lo mejor todo se acomoda para que papá sea el que ayuda en las tareas y se toma un descanso, los chicos se bañan, duermen una siestita para esperar a papá y hacer la tarea entonces. Depende de cada caso, pero no debe ser todo diversión, porque la vida no es así, y hay que buscar un equilibrio entre las obligaciones y el descanso. A mi entender es importante enseñarles a los chicos el sentido del deber.
Victoria: Yanina, yo te quiero agradecer mucho por estos conceptos que estuviste compartiendo con nosotras, conceptos a los que incluso la Biblia de alguna manera hace referencia, lo vemos en la creación, por algo Dios la hizo, para que nosotros podamos disfrutar como tú lo mencionaste también.
Yanina: En Eclesiastés también leemos que hay tiempo de trabajo y tiempo de descanso, tiempo de siembra y tiempo de cosecha, así que a contemplar la naturaleza que nos dio el Señor, a descansar, a cuidar de nuestro cuerpo y de nuestros seres queridos, y a disfrutar la vida. De eso se trata la vida, ¿no?
Victoria: Sin duda. Yanina, muchas gracias.
Yanina: Un abrazo y bendiciones para todas.