Un ministerio evangelístico con mucho amor

Ministerio Lucas – Salud mental
10 abril, 2018
Ministerio “Las hermanas de Ana” – Parte 1
10 abril, 2018
Ministerio Lucas – Salud mental
10 abril, 2018
Ministerio “Las hermanas de Ana” – Parte 1
10 abril, 2018

Griselda Saliba nos cuenta acerca de su ministerio entre las mujeres que trabajan en la prostitución en Zúrich, Suiza. Nos enseña sobre el poder de la oración y sobre la importancia de depender del Señor. Te invitamos a que conozcas más acerca de este ministerio y sobre la importancia de contarle a otros de Jesús, porque vuelve pronto.


DESCARGARLO AQUI:
EA774 – Entre Amigas –
Un ministerio evangeístico con mucho amor



Entrevista a Grisela Saliba

Sonja: Bueno queridas amigas, nuevamente nos encontramos en el exterior para tener esta entrevista muy especial e interesante. Estamos aquí con Griselda Saliba, y queremos darle la bienvenida. Griselda, ¿cómo estás?

Griselda: Bien, gracias. Es un placer poder saludarlas, gracias por darme la oportunidad de contarles esto que les voy a contar.

Sonja: Es una situación muy especial ya que estamos en Zúrich en una reunión de mujeres latinas, donde hemos estado pasando un muy lindo tiempo. Antes de arrancar con el tema que nos traes hoy, queremos saber un poco acerca de ti. ¿Sos casada, Griselda?

Griselda: Sí. Estoy casada con un suizo desde hace 33 años, y tengo tres hijos varones. Los tres están casados, el mayor con una argentina, y el del medio y el menor con dos suizas.

Sonja: ¿Tienes nietos?

Griselda: En este momento tenemos siete nietos y un octavo que está en camino.

Sonja: Y yo, que conozco a Griselda, puedo decir que es una abuela maravillosa que ama a sus nietos y que les enseña la Palabra de Dios.

Griselda tiene una carga por el evangelio, y está trabajando en esto, no solamente para enseñarle a sus nietos el evangelio, sino que ella tiene un ministerio muy interesante y particular aquí en Zúrich. ¿Nos quieres contar un poquito de este ministerio, Griselda?

Griselda: Sí, cómo no Sonja. En el 2008 yo tenía un peso en mi corazón, que era poder llegar con el evangelio a un sector de Zúrich donde se encuentran mujeres que ejercitan la profesión de la prostitución. Eso era algo que, si bien estaba en mi corazón, no sabía realmente cómo hacerlo pero confiaba en el Señor, en que él me lo iba a demostrar.

Sonja: Yo te he visto trabajar, y mi deseo y mi oración es que a través de esta entrevista las oyentes puedan tomar la carga y entender la importancia de trabajar en todas las áreas y llevar el evangelio, también a las mujeres que ejercitan esta profesión, que muchas veces uno las ve con rechazo, pero que son almas y mujeres que Dios ama.

Griselda encontró una forma para llegar a ellas. Contanos, ¿cómo trabajás allá en Zúrich?

Griselda: En primer lugar, lo más hermoso es saber que un día todos hemos necesitado encontrar a Jesús, y ese mismo deseo y ese regalo que yo recibí en mi vida, necesitaba y quería poder llevarlo a estas personas que tal vez no tengan el contacto normal, y no sea tan fácil poder llevarles el evangelio, como a otras personas. Por eso fue mi peso, y con la ayuda del Señor lo fui haciendo. Preguntando a los jefes dentro de los bares donde me movía, pidiendo permiso persona a persona con el amor de Cristo por su puesto, porque una no es nada y no es digna, pero con la ayuda del Señor preguntaba a cada persona si tenía el deseo de recibir una Biblia o un tratado, para poder entender mejor el camino a Cristo y algún día poder recibirlo en sus vidas.

Sonja: Muy interesante Griselda. Decime, cuando te acercas a las mujeres, ¿cómo les hablás? Contantos un poquito acerca de tu forma de acercarte a cada una.

Griselda: Realmente tengo que confiar en cada momento y en cada situación del Señor. Depender absolutamente de él, porque él es el que conoce a esas personas y no yo. Siempre le pido la sabiduría necesaria para que ellas me entiendan, que no me rechacen, y que yo pueda lograr la tarea que debo cumplir como un deseo del corazón y también como una obligación que tengo frente a mi Señor. Hay mujeres que hablan distintos idiomas, y yo no es que me maneje muy bien con todos los idiomas, pero lo poquito que sé me ayuda. Con una sonrisa y un gesto con las manos, trato de indicarles que regalamos Biblias y tratados, y, si me dan permiso, charlamos un poquito si es que tienen preguntas o alguna necesidad en especial.

Sonja: Griselda, yo observé que durante estos 8 años en los que venís haciendo este trabajo, siempre acompañada por una mujer que te apoya desde afuera y también por un grupo en casa que está orando mientras tu salís, que has hecho muy lindos contactos. Yo, por ejemplo, hablé con una señora que estaba esperando afuera, y me miró, me habló un poquito, y al verte salir a ti del bar y se dio cuenta de que estábamos juntas, ya tuvo otro trato conmigo, porque tienen confianza contigo.

Griselda: Eso es cierto Sonja, es importante, como en todas las situaciones para llegar al corazón de una persona, lograr tener confianza con esa persona. Creo que es lo más importante, y ahí es donde el Señor nos tiene que ayudar y darnos siempre sabiduría de cómo manejarnos. Esta persona con la que vos tuviste ese contacto es hermana de una señora que tiene una tienda de ropa, y uno no solo se acerca a los bares a predicar el evangelio, sino que también aprovechamos a ir a las peluquerías, también a los negocios de ropa, aprovechamos todas las oportunidades que el Señor nos dé en las veredas mientras vamos caminando y en los restaurantes. Nos conducimos siempre con cuidado y respeto.

Sonja: Hay muchas nacionalidades en esta área, ¿verdad?

Griselda: Sí, hay personas de África, muchas mujeres que hablan inglés, francés, portugués, español, algunas rumanas, también de Bulgaria, de Hungría, son todas mujeres y hasta a veces son abuelas y madres que dejan sus países porque no tienen chances, y lamentablemente vienen a hacer esta tarea aquí para poder mandarle dinero a sus familias, sea el país que sea. Hay algunas culturas que no son muy fáciles, pero con la ayuda del Señor, todo es posible.

Sonja: Es muy interesante esto que dices: “Con la ayuda del Señor.” Yo lo percibí también. Por ejemplo, saliste de un lugar con un peso muy especial y caminamos por la vereda orando, con los ojos abiertos para no chocar con nadie, pero dimos gracias por las personas con las que pudiste hablar, pedimos por las situaciones especiales, y también por la guía del Señor en los próximos pasos. Fue muy interesante porque estábamos con la literatura en algunos idiomas de Alemania oriental. Acabábamos de orar y justo encontramos a unas señoras que hablaban esos idiomas y les pudimos entregar la literatura.

Graciela: Así es, Sonja. Para mí fue hermoso que pudiéramos vivir eso juntas, y más que nada, que pudiéramos vivir juntas cuán grande es nuestro Dios, y cuán importante es la oración, porque es lo más importante en cada situación en nuestra vida. Debemos esperar y tener paciencia y confianza en que Él lo va a hacer en sus tiempos.

Sonja: Es muy lindo ver la importancia que le dan a la oración. Algunas van, pero otras se quedan en casa orando. Esto es muy importante para realmente tener sabiduría y tacto para tratar con estas mujeres que necesitan, como nosotros lo hemos necesitado, el mensaje de la salvación a través de nuestro Señor Jesucristo.

Griselda, ¿tú tienes fundamento bíblico para hacer este trabajo?

Griselda: Por supuesto. El Señor murió por todos, por todos los pecadores Yo le agradezco porque él me perdonó, y por eso siempre tuve ese peso en mi corazón por las personas en la cárcel y por este tipo de personas, para que también ellos reciban el perdón y así como el Señor fue misericordioso con la mujer Samaritana, o con la mujer adúltera cuando él dijo: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, y ninguno tiró la piedra porque todos eran pecadores. Es por eso por lo que tengo mucho cariño y mucho amor por las mujeres de la calle, y mi único deseo es que un día entiendan lo que significa seguir a Cristo.

Una vez tuve la bendición de que me abrieran las puertas. Después de orar por dos semanas una de ellas me permitió entrar a su habitación y venían varias mujeres a escuchar el evangelio. Allí tuve la oportunidad de explicarles qué es lo que el Señor quería para ellas. En otra ocasión, una señora me pidió si podía ir con ella para leer juntas la Biblia, y eso lo hicimos por unos cuantos meses. Una vez por semana íbamos a visitarla y a explicarle lo que significa seguir a Cristo.

Sonja: Me conmueve escuchar estos ejemplos e imaginarte con la Biblia abierta en los lugares en donde estuvimos, contando y leyendo del gran amor de nuestro Señor Jesús. Yo te quería pedir que nos contaras de algún fruto concreto sobre el cual nos puedes hablar.

Griselda: En una ocasión fuimos a una de las peluquerías donde siempre entrego material cristiano. Con mi compañera de trabajo nos sentamos a descansar, y había una chica joven que era de la República Dominicana que estaba ahí sentada, y vi que su corazón estaba muy abierto. Charlamos y ella me hizo muchas preguntas, y como sentí la confianza, le dije: Si vos querés te doy mi número de teléfono y podemos seguir charlando a solas. Y así fue, ella aceptó mi número y me llamó, vino a casa y compartimos un sábado entero hablando de Cristo. Ella terminó dando ese paso de fe, entregó su vida al Señor. Al poco tiempo mientras nosotros nos reuníamos y hacíamos un trabajo de los primeros pasos de un cristiano, habíamos estado orando por su esposo y él también entregó su vida a Cristo. Ellos ahora van a nuestra iglesia y ella está sirviendo en este ministerio conmigo y con otra persona en otro sector de Zúrich.

Sonja: ¡Qué lindo! Me gustaría, si quieres, que nos digas unas últimas palabras antes de terminar.

Griselda: Bueno, en primer lugar, mil gracias por permitirme hablar y contarles sobre esta tarea. Que el Señor bendiga a cada una de las personas que va a escuchar esta charla. Fuerzas, busquen del Señor, pregúntenle dónde las quiere, y no pierdan el tiempo porque Cristo vuelve. No hay nada más hermoso que muchas más personas puedan conocer de Jesús. Siempre den consejos con amor, con respeto, y traten de conseguir una base de confianza con las personas. Dediquen tiempo y oración, por supuesto.

Sonja: Muchas gracias, Griselda por hablarnos tan abiertamente y por compartir con nosotros de tu experiencia y tu trabajo. Rogamos al Señor para que tu puedas seguir haciendo esto y que muchas de estas mujeres de distintos países puedan conocer este mensaje de salvación. Que Dios te bendiga.

Griselda: Muchísimas gracias, Sonja. Que el Señor las bendiga a todas ustedes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo