Una iglesia inquebrantable


Autor: Norbert Lieth

La Iglesia del Señor en la ciudad, por entonces romana de Tesalónica presenta características resaltadas por el apóstol Pablo en su primera carta. En poco tiempo se consolidó en una comunidad de fe, que dio muestras del poder del Evangelio, durante los años en que comenzaba a llegar a otras culturas.


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PE3084 – Una iglesia inquebrantable



Bienvenidos a todos, hoy meditaremos sobre la idea de una iglesia inquebrantable.

¿Cómo puede la Iglesia permanecer inquebrantable en la vorágine del tiempo?

La joven iglesia de Tesalónica en la Biblia nos lo puede demostrar. La Iglesia de Jesús, tiene una vocación elevada: es según efesios 2, “un templo santo en el Señor”, una “morada de Dios en el Espíritu” y según efesios 4, “el cuerpo de Cristo”.

 

Por lo tanto, puede esperar una fuerte oposición en este mundo, como la que experimentó iglesia de Tesalónica en tiempos apostólicos. Nació en el plazo de tres semanas e inmediatamente tuvo que luchar contra la persecución. Sin embargo, se mantuvo firme. Y hubo varias razones para esto:

 

En primer lugar, era una iglesia con vida nueva

La iglesia de Tesalónica era una iglesia nacida de nuevo, una asamblea de cristianos redimidos 1 Tesalonicenses comienza diciendo: “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

Era evidente que los tesalonicenses conocían al Señor Jesucristo como su Salvador.

 

Desde el principio, el mensaje salvador tuvo una fuerte resonancia entre los tesalonicenses. Pablo testifica en los versículos 4 y 5: “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros”.

 

Aceptaron la palabra “en el Espíritu Santo”, que expresa su renacimiento. El Espíritu Santo habitaba en ellos; eran su templo. Y el cambio era tan evidente que Pablo escuchaba en toda Macedonia y Acaya hablar de los tesalonicenses que se habían convertido. Lo cuenta en el versículo 9 “Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero…”.

 

En segundo lugar, permanecían firmes porque era una iglesia devota

El ministerio de Pablo y su equipo dejó huella 1 Tesalonicenses 1:6 dice: “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo…”.

El testimonio del apóstol como imitador de Cristo era contagioso. Los cristianos de Tesalónica no solo hablaban de su fe, sino que vieron en la vida de Pablo y sus compañeros la forma de vivirla. Su ejemplo demuestra la importancia de los modelos. El cristiano se esfuerza por ser como Cristo. Y si todos fuéramos como Cristo, nos llevaríamos bien sin ningún problema.

La iglesia de Tesalónica estaba entregada a seguir a Cristo continuemos con la lectura del verso 3: “Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”. El amor entre ellos era tan palpable entre ellos que Pablo escribe en el capítulo 4: “…acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más”.

 

En tercer lugar, estaban firmes porque era una iglesia dispuesta a sufrir

Los tesalonicenses creyentes no lo tuvieron fácil. Todo creyente que quiere vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerá persecución. Así también los tesalonicenses desde el primer día: “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo”.

 

Una iglesia, consagrada a Cristo, provocará la oposición del mundo. Jesús lo predijo y lo leemos en Lucas 21:

“Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio. Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre”.

Y en Juan 15 Jesús advierte: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”.

Una iglesia que transforma vidas pasará por sufrimientos. La tradición dice que, de los doce apóstoles, once murieron como mártires. Una iglesia bíblica, Cristo céntrica, debe esperar oposición y persecución.

 

En cuarto lugar, era una iglesia firme por ser una iglesia misionera

Los tesalonicenses eran misioneros en un doble sentido: por su vida ejemplar y por su testimonio oral.

Pablo aborda su vida ejemplar en el versículo 7 de 1 Tesalonicenses 1: “…de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya…”. – Es sorprendente cómo el Espíritu de Dios obró en ellos y los transformó. En poco tiempo los tesalonicenses desarrollaron un estilo de vida rendido a Cristo; llegaron a ser como Jesús, eran modelos a seguir. Sus vidas daban testimonio de su conversión.

Pero en el versículo 8 Pablo señala su testimonio oral: “Porque saliendo de vosotros, la palabra del SEÑOR ha resonado…”.

La palabra griega para “resonar” que usa aquí la Biblia de las Américas, también contiene el concepto de eco. Ellos eran un eco de la Palabra de Dios. ¡Es decir que la transmitían! En el testimonio de un cristiano nunca debe faltar la Palabra de Dios. Debemos transmitir el eco de la verdad de Dios.

 

En quinto lugar, era una iglesia que esperaba al Señor

Los tesalonicenses habían dejado los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero. Continuando en el capítulo 1 verso 10 dice: “…y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”.

 

Esta era una parte importante del Evangelio que Pablo predicaba. El Señor Jesús mismo lo había prometido y lo leemos en Juan 14:2: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

 

Toda iglesia que se comprometa a ser lo que Dios quiere que sea, debe esperar conscientemente el regreso de Cristo.

Las últimas palabras de Jesús en la Biblia, se encuentran en Apocalipsis y son: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.

Saber acerca del regreso de Jesús nos impulsa a proclamar el Evangelio. Una iglesia que no cree en el regreso de Jesús, a menudo no se siente movilizada por la recompensa inminente ni por la urgencia de salvar a los incrédulos del juicio. El Señor quiere que pensemos en su regreso.

 

Y, por último, era una iglesia enseñable

Pablo no tuvo que reprender ni convencer a los tesalonicenses en ningún asunto. Tampoco tuvo que defender su ministerio ni demostrar su autoridad. No era necesario que explicara detalladamente sus instrucciones, ya que los tesalonicenses se sometían fielmente a la palabra de Dios.

 

A los corintios, en cambio, Pablo tenía que demostrarles todo. ¿Por qué? Porque no querían someterse a la Palabra. Esto no fue necesario con los tesalonicenses porque eran obedientes al Evangelio. de modo que Pablo podía escribirles en 1 Tesalonicenses. 2:13:

“Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes”.

Y si, esta es la clave: la obediencia a la Palabra de Dios.

 

Para ser una iglesia inquebrantable,

  • Oremos a Dios por conversiones genuinas, que haya vida nueva.
  • Sigamos a Cristo de tal modo que el amor fraternal sea palpable.
  • Estemos dispuestos a sufrir por Cristo.
  • Hablemos a otros de Jesús, seamos una iglesia misionera
  • Esperemos al Señor en todo momento

Y seamos enseñables leyendo, enseñando y obedeciendo la Palabra de Dios

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