El deseo Inexpresado del Hombre (4ª parte)
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16 agosto, 2011Una vez salvo: siempre salvo
Autor: Herman Hartwich
En el programa de hoy recordaremos la enseñaza Bíblica que nos asegura que ni la misma muerte nos podrá separar del amor de Cristo.
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PE1756 – Estudio Bíblico
Una vez salvo: siempre salvo
Amigos es bueno estar, a través de la Palabra de Dios, en comunicación directa con nuestro Dios. Hoy estaremos analizando lo que dice el Apóstol Pablo en el libro a los Romanos en el capítulo 8, versículos 31 en adelante.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.Acaso ¿cómo puede resumirse el libro más profundo de la Biblia en una sola Frase? Pablo lo hace en el versículo 31:Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?Por ejemplo, los creyentes bautistas lo han expresado en una frase sencilla:Una vez salvo: Siempre salvo.
Cualquiera que cree de verdad que Jesús fue resucitado de los muertos y que confiesa que Jesús es el Señor, irá al cielo cuando muera. El apóstol Pablo dice: que Dios es por nosotros. Esta es una presuposición. No es una pregunta, pues Dios está a nuestro lado. Él esta por nosotros, no contra nosotros. Él desea vida en abundancia; es la fe resonante del Salmista cuando decía en el Salmo 56:9 “Esto sé: que Dios está a mi lado.” “En Dios he confiado: no temeré lo que me puede hacer el hombre” (V.11). Esto implica que el cristiano tiene muchos enemigos. Esto es cierto. En un sentido, el cristiano tiene más enemigos que cualquier otro. Son enemigos visibles como invisibles. Y esos enemigos, se están oponiendo constantemente al creyente. Pero, ninguno de esos enemigos prevalecerá.
Dios ha hecho por nosotros algo muy grande e inimaginable: Entregar a su propio hijo a una muerte cruel.
Entonces podemos preguntarnos: ¿No hará por nosotros algo que es menor: protegernos con seguridad si somos salvos? Dios ya ha hecho lo inconcebiblemente grande y costoso por nosotros?
Nadie puede prevalecer contra nosotros, no puede haber ninguna acusación que prospere finalmente contra el cristiano. Pablo presenta la escena de Juicio en un tribunal de justicia. Él dice en el versículo 33: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? En Apocalipsis 12:10, dice que hasta el mismo Satanás lo intenta. Nadie puede presentar ese cargo con éxito, contra el hijo de Dios. El juez, ya está de nuestro lado.
La única persona que puede condenar es el juez y él es quien más desea perdonarnos y liberarnos. El único acusador finalmente efectivo es el mismo Dios. El Abogado defensor lo ha hecho todo. Él ha muerto por los culpables defendidos y ha puesto la pena máxima sobre sí mismo. Ha resucitado de los muertos por lo que estará siempre disponible en el futuro. Más aún ha sido exaltado y está a la diestra del padre donde para siempre, sin cesar, como lo dice la escritura, intercede por cada uno de los que confían en él.
Lo mejor de todo es que el abogado defensor es el amado hijo único del gran juez. Pablo dice: que nada nos puede separar. La experiencia pasada ya lo demuestra. Pablo presenta en ese capítulo un catálogo biográfico de lo que ya había experimentado y que no le había separado del amor de Cristo. (V.35)
Esto no era solo su experiencia, sino que era la experiencia del pueblo de Dios: Israel, en el antiguo testamento.
¿Qué pasa en el futuro? ¿Puede haber algo que amenace nuestras relaciones? Pablo considera 4 dimensiones de la realidad que no pueden separarnos de Cristo. Ningún estado de existencia puede separarnos de Cristo. Esto empieza por la muerte: el más grande y último enemigo. El tremendo miedo a la muerte, es superado por el amor de Cristo.
Según Pablo, en Filipenses 1:23. Morir es solo tener más de Cristo. Pablo dice: Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Ningún poder invisible, sobrenatural, puede separarnos de Cristo. Ni ángeles, ni principados que representan todos los misterios del universo invisible, ni espiritual: nada nos puede separar de Cristo. También, afirma que ningún período de Tiempo nos puede separar de Cristo. Tampoco nos puede separar este mundo, ni el mundo venidero tiene nada para derrotarnos. Pero, además, ninguna extensión del espacio nos puede separar del amor de Cristo. ni ninguna otra cosa creada.
Pueden existir cosas creadas que van más allá de nuestra imaginación y de nuestra percepción, que tampoco pueden interponerse entre nosotros y Dios; entre el amor de Cristo y el creyente.
En esta oportunidad quiero invitarte a que te fortalezcas, a que te consueles con estas palabras.
¿Estás seguro si eres salvo? ¿Estás completamente seguro si tu has arreglado tus cuentas con Dios? Hay un problema: si tú no has arreglado tus cuentas con Dios estás ante el Juez. La Biblia afirma que todos hemos pecado y todos estamos destituidos de la Gloria de Dios. La Paga del pecado es muerte, y la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, señor nuestro. Frente al Gran Juez tienes que decidir. Si tu le reconoces, y aceptas su perdón y decides seguirle a él, y nada más que a él, todo el tiempo que Dios te de nada ni nadie te podrá separar de su amor. Tú debes decidir hoy esto. Que Dios te bendiga.