Profecía | Manipulación financiera
14 marzo, 2018Unidad Interpalestina
15 marzo, 2018Queridos amigos, muchos se preguntan con preocupación: “¿Qué será mañana?”.
El mundo está cada vez más convulsionado; por lo menos así se ve desde nuestra perspectiva occidental. Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el mundo occidental ha disfrutado de un tiempo de paz y de prosperidad sin precedentes. Sin embargo, cada vez más personas temen que esta etapa pronto llegue a su fin.
Algunos se refieren al escritor judío austríaco Stefan Zweig (fallecido en 1942), que escribió un libro autobiográfico, “El mundo de ayer”, donde describe entre otras cosas el tiempo antes de la Primera Guerra Mundial.
En aquel entonces, Europa estaba orgullosa de su progreso, su paz, su prosperidad y su liberalidad. El Occidente se sentía seguro, convencido de haber dejado atrás la brutalidad del pasado y de haberse encaminado hacia una era dorada. Y entonces irrumpió la sangrienta catástrofe de la Primera Guerra Mundial. Contrariamente a aquel momento, hoy mucha gente no tiene ningún sentimiento de seguridad, sino más bien un presentimiento de que pronto nuevas densas sombras podrían oscurecer nuestro futuro. Pero cuando leemos los recuerdos de Zweig de los comienzos del siglo XX, nos parece como si describiera el ingenuo concepto de una humanidad buena como lo defiende hoy el mainstream* político y mediático de los países occidentales.
Zweig escribe: “No se creía en la posibilidad de una recaída en la barbaridad con guerras entre los pueblos de Europa, como no se creía en brujas ni fantasmas. Nuestros padres se empecinaban en confiar con plena convicción en la infalible fuerza vinculante de la tolerancia y de la conciliación. Creían sinceramente que las discrepancias que separaban a naciones y confesiones poco a poco se desharían dando lugar al factor humano que todos compartimos, y con esto le serían concedidos a la humanidad entera los supremos bienes de paz y de seguridad”.
Nosotros, sin embargo, sabemos que en cualquier momento es posible que la humanidad recaiga en la barbaridad, ya que la impiedad de la sociedad es cada vez más evidente. Pero ¿qué hacer con este conocimiento? ¿Es bueno que sentados cómodamente en el sofá con una taza de café en la mano nos quejemos de lo mal que está el mundo y de lo terrible que nos va a nosotros? ¡No! La autocompasión no es una virtud cristiana; tampoco el pánico.
La presión sobre los creyentes aumenta (esto es así, sin duda alguna) pero no debemos desalentarnos. Jesucristo es vencedor y Su evangelio sigue siendo poder de Dios para los que creen. Estamos en las manos de Dios aunque ocurran cosas que no podemos entender. Y seamos sinceros: las comodidades que disfrutamos los cristianos de occidente, que vemos amenazadas por una sociedad cada vez más hostil frente a Cristo, simplemente no es lo que se nos prometió. Al contrario, es como dijo Pablo: “Todos lo que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti. 3:12).
Esta declaración no nos gusta. Yo también estoy orando para que Dios nos conceda “que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (1 Ti. 2:2). ¡Es un deseo legítimo! Pero a pesar de los temores que quieren entrar en nuestros corazones, deberíamos tener presente lo que Dios el Señor dijo a Su pueblo Israel en al Antiguo Pacto y hoy nos afirma también a nosotros: “¿Por qué murmuras…: mi camino está escondido del Señor; mi Dios ignora mi derecho? ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Is. 40:27-31; NVI).
¡Vayamos a nuestro Dios con toda nuestra debilidad y aferrémonos a Él! Esta es la actitud correcta. ¡Maranata – nuestro Señor viene!
Cordialmente en Cristo,
René Malgo
*mainstream: término inglés que se usa para designar los pensamientos, gustos o preferencias aceptados mayoritariamente en una sociedad
2 Comments
necesito ayuda espiritual. les escribo desde merlo buenos aires argentina
Estimado Javier
Gracias por comunicarte con nosotros. Le escribiremos a su correo electrónico para una comunicación privada.
En Cristo
Robert
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