¿Se está cumpliendo la profecía?

A menudo, en el estudio de la profecía se pasa por alto el hecho de que hay profecías significativas que ese están cumpliendo hoy día. La Palabra de Dios está llena de promesas que son, en efecto, profecías de lo que sucede cuando ciertas condiciones se encuentran. Las profecías también existen y están siendo cumplidas hoy día, las cuales son inevitablemente y absolutamente ciertas en el poder y la voluntad de Dios. Dios continúa demostrando hoy día su poder sobrenatural en muchos aspectos.

Uno de los factores más evidentes en el cumplimiento de la profecía es que la gente se salva por creer en Cristo. El evangelio, tal y como es predicado, es un evangelio condicional. Si la gente cree, entonces será salva. Cada persona que es salva es el cumplimiento de la profecía que está involucrada en el mensaje del evangelio.
La Palabra de Dios también promete en Gálatas 5:16, «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.» Este versículo está traducido más literalmente en La Biblia de las Américas, «Digo pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.» Este versículo indica que un creyente que es victorioso en su vida necesita caminar momento tras momento en dependencia del Espíritu Santo. Dicha capacitación de parte de Dios es sobrenatural, y nuevamente la promesa encuentra un cumplimiento profético.

Frecuentemente en la Escritura, los cristianos son exhortados a orar con la seguridad de una oración respondida, tal y como dice 1 Juan 5:14, «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.» Los cristianos tenemos la experiencia común de ver oraciones contestadas, y cada respuesta, por supuesto, es el cumplimiento de una profecía.

Una remarcable ilustración del cumplimiento contemporáneo se encuentra en la declaración de Dios que Israel continuaría como nación mientras tanto el sol, la luna y las estrellas durasen. Según Jeremías 31:35-36, Israel continuará como nación a lo largo de la historia de la humanidad: «Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.»

El hecho que Israel haya retenido su identidad nacional hasta la hora presente es una remarcable evidencia del poder de Dios. Otras nacionalidades y razas pronto son absorbidas, mezcladas y desvanecidas, como en el caso de Estados Unidos, donde las diferentes naciones y trasfondos raciales pierden sus distintivos por medio de los matrimonios interraciales. Israel, pese al hecho de que la nación ha sido esparcida por todo el mundo por miles de años, es claramente una raza identificable con un futuro cumplimiento profético identificable. Cada vez que una persona reconoce a un judío, está viendo el cumplimiento de una profecía.

En las profecías de Daniel que predicen los seis imperios (Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persa, Grecia y Roma) que precederán al reinado final de Dios sobre la tierra, es significativo que no haya surgido un imperio semejante desde el Imperio Romano. El mundo espera por el resurgimiento del Imperio Romano para cumplir su destino antes de la segunda venida de Cristo.

Como fue mencionado anteriormente, las Escrituras dejan en claro que el mundo, en vez de mejorar por medio de la predicación del evangelio, como dicen los postmilenialistas, estará cada vez peor. Segunda Pedro 2:1-22 señala el esparcimiento de la apostasía. Esta apostasía ya había comenzado en el primer siglo. Segunda Timoteo 3 detalla el creciente pecado de la humanidad en la historia. Pablo escribe,

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

El mundo siempre ha sido malvado y se ha apartado de Dios durante toda la historia. Pero en la presente situación (estando la Palabra de Dios disponible para toda persona, traducida a muchos idiomas, y siendo emitida por radio y televisión) el hecho trágico es que pese a que la verdad está siendo predicada en muchas de nuestras ciudades, nuestro país (y el mundo en su totalidad) continúa siendo desesperadamente malvado, cumpliendo las Escrituras que predicen esta situación.

El hecho que la profecía continúe siendo cumplida exactamente como la Biblia anticipa es otra confirmación que las profecías que son aún futuras, las cuales tendrán su cumplimiento en el nuevo milenio, están muy al alcance. Muchas indicaciones existen que la historia humana está alcanzando su clímax al respecto de los eventos de los últimos tiempos. Esta evidencia es parte de la sustancia de la revelación profética en la Biblia.

Debido a que han pasado ya dos mil años desde la primera venida de Cristo y las predicciones concernientes al futuro de Israel, la iglesia y las naciones, es natural que uno se pregunte si se cumplirá la profecía en este nuevo milenio.

La Biblia no nos da profecías específicas para el nuevo milenio, pero las profecías que no encuentran su cumplimiento al comienzo del mismo, lo podrían encontrar pronto. Por eso, un análisis cuidadoso de las profecías que aún no se han cumplido y de la evidencia de su inminencia resulta una actividad muy práctica.