La ascensión de Cristo no fue simplemente el final de su ministerio terrenal; al ocupar su lugar en el cielo, nos dejó una puerta abierta, dio dones a su Iglesia y cambió nuestro enfoque de lo terrenal al celestial.
A medida que nuestro hombre exterior comienza a decaer, anhelamos la gloria. Ansiosamente esperamos nuestro cuerpo nuevamente diseñado y perfecto en el Cielo. 2 Corintios 5:1-2 dice:
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre...
La Biblia dice que los cristianos son “ciudadanos del cielo”. ¿Qué implica esto para nuestra vida en la Tierra? ¿Cuáles deben ser las expectativas para el futuro? Hablaremos de estos temas en el programa.