La asamblea en el Nuevo Testamento es un tema que está en el corazón de Dios y es de suma importancia para el Señor Jesucristo. Todos los creyentes somos miembros de Su cuerpo y todos tenemos dones.
No debemos pensar que todos los santos que se dedicaron de forma espectacular vivieron en tiempos bíblicos. El Señor siempre ha tenido un remanente de hombres y mujeres que le entregan sus vidas.
Nuestra amarga experiencia es que confiamos más en nuestros sentimientos y capacidades que en las promesas de Dios. Debemos empezar a tomarlas en serio. Pero, ¿qué garantía tenemos de que Dios escucha nuestras oraciones?