El Dios creador y personal busca comunicarse. Lo vemos en las historias de Abraham y Moisés, quienes obedecieron a la voz de Dios, cada uno con su experiencia especial.
Dios es Todopoderoso: el vocabulario humano no tiene palabras para medir adecuadamente Su poder. Nuestros corazones deberían llenarse de adoración y temor del Señor al meditar en Su omnipotencia. Dios es Omnipresente: está en todas partes y nadie puede esconderse de Su presencia.