PE-2921 | Autor: Esteban Beitze
Frente al dolor, la pérdida y las injusticias, ¿cómo reaccionamos? ¡Que Dios nos llene de sensibilidad y nos permita consolar a otros con la consolación que nosotros hemos recibido!
Frente al dolor, la pérdida y las injusticias, ¿cómo reaccionamos? ¡Que Dios nos llene de sensibilidad y nos permita consolar a otros con la consolación que nosotros hemos recibido!
Así como en el caso de la viuda, cuanto más recipientes estaban disponibles, más se llenaban. Así también sucede con el Espíritu en las vidas de los creyentes. ¿Cuánto de nosotros ponemos a Su disposición?
Cuando leemos estas historias, somos animados a depositar nuestra fe en el mismo Dios. Puede que estemos en situaciones que parecen imposibles de solucionar, pero hay un Dios en los cielos al que podemos acudir con nuestras necesidades.
En su desesperación, la mujer corrió a buscar ayuda en el profeta Eliseo. ¿A dónde acudimos nosotros en necesidad o angustia? Acude al Señor, Él no te echará.
Nadie merecía una acción divina a su favor, pero Dios lo hizo igual. Es una consecuencia de la gracia divina. Tampoco nosotros merecemos el perdón y la ayuda de Dios. Todo es gracia.
Seguramente has pasado por situaciones adversas, crisis y dolor. ¿Qué han producido estas circunstancias? ¿Te han amargado y alejado de Dios, o han ablandado tu corazón y dirigido al único que tiene la solución?
Los caminos lejos de Dios siempre terminan en el desierto, con consecuencias desastrosas para nosotros y, muchas veces, también para nuestro entorno, familia y ministerios. ¿Y tú? ¿Qué camino eliges?
Seguimos analizando el comienzo del ministerio público del profeta Eliseo tras el arrebatamiento de Elías. La intención de Elías era cumplir su ministerio de la mejor forma, y allí recibe una confirmación de Dios.
¿Qué tenía Eliseo en sus manos? Solo un manto gastado y una vasija de barro con sal. Con estos sencillos instrumentos, el nombre de Dios fue glorificado. Consagremos lo que tenemos en manos del Maestro.
Para ser llenos del Espíritu, hay que evitar contristarlo, no apagarlo y andar en Él. La presencia del Espíritu en la vida de Eliseo se hizo evidente para los demás.
Eliseo buscaba cumplir con el servicio para el cual fue llamado, con la capacitación divina. Este pedido señala su responsabilidad y la necesidad de la presencia de Dios para llevar a cabo su tarea.
Basados en el ejemplo de Elías para Eliseo, vemos las responsabilidades que deben tener los creyentes hacia el prójimo y las que tenemos frente al Señor.
Del ejemplo de Eliseo aprendemos nuestra responsabilidad ante la inminente venida de Cristo. Esto resalta nuestra enorme responsabilidad hacia el prójimo.
Analicemos su ejemplo y tracemos el paralelo para nuestra vida hoy, frente a la inminente venida de Cristo. La vida de Elías y la de Eliseo nos enseñan que tenemos responsabilidades personales: la santidad, la dedicación a la Palabra y la oración.
¡Dios te quiere usar! ¿Vendrás corriendo como Eliseo? ¿Estás dispuesto a renunciar a tiempo, fuerzas y dinero para involucrarte en Su servicio? ¿Qué tienes en tu mano?
Ahora sigue el momento de la decisión más difícil para Eliseo. El joven tan prometedor, con un futuro aparentemente asegurado, era llamado a dejar todo para unirse a un predicador nómade. No era fácil.
El Señor tiene una predilección especial por aquellos que no son tenidos en cuenta en la sociedad. Con ellos, Dios puede hacer grandes cosas. El apóstol Pablo decía que Dios eligió lo necio y lo menospreciado de este mundo.
Vamos a meditar en la maravillosa vida del profeta Eliseo. Su antecesor, el profeta Elías, había demostrado su celo por la causa del Señor. Dios te quiere utilizar como su siervo. ¿Te dejas llamar?
… ¿Queremos una vida genuina? La encontraremos tan solo en Jesucristo. Mientras nos esforcemos por justificarnos delante de Dios a través de nuestros medios, transitaremos un camino equivocado…
Mucho se habla en el Antiguo Testamento sobre el Arca del Pacto, que Dios indicó construir y que representaba su presencia y santidad. En este programa conoceremos su significado profético.