PE-2863 | Autor: Eduardo Cartea
Al recibir el llamado de Dios, Moisés presentó varias excusas: «No soy nadie», «¿cómo les explico quién eres?», «no me creerán», «me cuesta hablar», «envía a otro». En vez de mirarse a sí mismo, tuvo que aprender a mirar a Dios; Él puede.