PE-1499 | Autor: Herman Hartwich
Es crucial comprender el alcance de una buena enseñanza. En estos tiempos de falsos profetas, Jesús nos deja una enseñanza valiosa para atesorar en nuestro corazón.
Es crucial comprender el alcance de una buena enseñanza. En estos tiempos de falsos profetas, Jesús nos deja una enseñanza valiosa para atesorar en nuestro corazón.
¡El Señor resucitó! ¿Por qué existen tantas especulaciones al respecto? Herman Hartwich nos ofrece una meditación interesante sobre este tema que genera dudas en muchos.
Como creyentes del nuevo pacto, sabemos que ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Sin embargo, Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”.
Como creyentes del nuevo pacto, sabemos que ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Sin embargo, Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”.
Cada cristiano nacido de nuevo ha sido comprado a un precio muy elevado. La Palabra de Dios dice: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… con la sangre preciosa de Cristo”.
Cada cristiano nacido de nuevo ha sido comprado a un precio muy elevado. La Palabra de Dios dice: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… con la sangre preciosa de Cristo”.
Así como el nombre de Jesús está “sobre todo nombre”, la iglesia (su esposa), comprada por medio de Su preciosa sangre y cuya cabeza es Él, tiene una posición destacada.
Así como el nombre de Jesús está “sobre todo nombre”, la iglesia (su esposa), comprada por medio de Su preciosa sangre y cuya cabeza es Él, tiene una posición destacada.
Un programa interesante con un toque evangelístico. Herman Hartwich, pastor de Young, comparte el pasaje de Hechos 2:24-26.
Herman Hartwich, pastor en Young, Río Negro, Uruguay, nos habla sobre la sanidad espiritual, basándose en Naamán, mencionado en el libro de 2 Reyes del Antiguo Testamento.
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Estas palabras las encontramos tres veces en los Salmos. Hay gran ganancia en esperar en el Señor, ¡pues no hay nada imposible para Él!
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Estas palabras las encontramos tres veces en los Salmos. Hay gran ganancia en esperar en el Señor, ¡pues no hay nada imposible para Él!
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”. Estas palabras las encontramos tres veces en los Salmos. Hay gran ganancia en esperar en el Señor, ¡pues no hay nada imposible para Él!
Jesucristo nos enseña una oración que podemos hacer solos o como congregación. Es muy popular, pero muchas veces se ha malinterpretado. Debemos presentarla ante Dios con seriedad y de corazón.
Jesucristo nos enseña una oración que podemos hacer solos o como congregación. Es muy popular, pero muchas veces se ha malinterpretado. Debemos presentarla ante Dios con seriedad y de corazón.
Jesucristo nos enseña una oración que podemos hacer solos o como congregación. Es muy popular, pero muchas veces se ha malinterpretado. Debemos presentarla ante Dios con seriedad y de corazón.
En este programa, el Pastor Herman Hartwich habla de cómo es nuestro Señor Jesús. Comparte el pasaje de Juan 14:1-10 y hace un paralelismo con la elección que podemos hacer al permitir que Jesús gobierne nuestras vidas.
Herman Hartwich ofrece un programa evangelístico en el que reflexionamos sobre buscar a Dios mientras Él perdona nuestros pecados.
En medio de la oscuridad de la incredulidad, una luz ilumina el camino, brindando confianza. Un hombre, ante la oposición, fue un líder íntegro. Hoy, el Señor requiere líderes firmes. ¿Estás dispuesto?
En medio de la oscuridad de la incredulidad, una luz ilumina el camino, brindando confianza. Un hombre, ante la oposición, fue un líder íntegro. Hoy, el Señor requiere líderes firmes. ¿Estás dispuesto?