PE-1110 | Autor: Wim Malgo
Jesucristo quiere borrar, por Su sangre, todas las manchas en tu vida. Desea romper las ataduras pecaminosas y justificarte ante el Padre, para que seas un rey y sacerdote sin mancha.
Jesucristo quiere borrar, por Su sangre, todas las manchas en tu vida. Desea romper las ataduras pecaminosas y justificarte ante el Padre, para que seas un rey y sacerdote sin mancha.
“El primero y el último Rey de Jerusalén” es el título de esta serie de programas de Wim Malgo en la voz del Pastor Hartwich. En esta segunda parte se estudia “El encuentro con Abram”.
Varios puntos sobre Melquisedec, el primer Rey de Jerusalén, son tratados en este programa de Wim Malgo.
Ni la religión ni una conducta intachable hacen que nuestra comunión con Dios se restablezca. ¿Cómo se encuentra usted? ¿Cumpliendo normas o viviendo realmente a Cristo? ¡Examínese!
Nosotros merecíamos la cruz de muerte y juicio como pago por nuestros pecados. Pero Jesús la tomó voluntariamente. El que no tenía pecado fue clavado en la cruz por los pecadores, llevando nuestros pecados y juicio, convirtiéndose así en nuestra salvación.
¡Cuánta gente está perdida y sin expectativas! ¡Cuánta gente está ciega y no ve la cruz de Cristo y toda la esperanza que hay detrás de ella! No es la cruz, sino la obra de Cristo en ella.
¿Qué significado tiene la cruz para ti? ¿Conoces su historia y repercusiones? Si buscas respuestas, encuéntralas en este programa. ¡No te arrepentirás!
“El anticristo solo podrá salir abiertamente al público cuando el arrebatamiento de la Iglesia haya tenido lugar. Entonces se revelará su verdadero ser como el gran adversario de Cristo y de lo divino, e irá tan lejos que se presentará como dios y más tarde dejará adorar a su imagen.”
¿Sabe usted que hay una gran diferencia entre la venida de nuestro Redentor “como un ladrón” y la llegada de nuestro Señor en gran poder y gloria “como un relámpago”? Un programa lleno de enseñanzas de Wim Malgo, en la voz de Herman Hartwich.
Si el Señor nos mantiene encubierta la hora y el día en que su Iglesia será arrebatada, será porque nos quiere inculcar la esencia, más que el momento temporal de Su venida.
El Arrebatamiento, un tema controversial para algunas personas, es tratado aquí en este programa que Llamada de Medianoche ofrece. ¡No se lo pierda!
¿Sabe usted cuál es el secreto que acompaña a la adoración? No se pierda este último programa de la serie de Wim Malgo, en la voz de Herman Hartwich.
Si tu espíritu está cautivado e intranquilo, no trates de adorar a Dios y al Cordero. El primer paso de la adoración es esperar; este primer peldaño será audible y visible en ti. También entrégate, este es el carácter más hondo de la adoración. Dale al Señor lo más preciado que tengas.
Los israelitas no hicieron el becerro de oro al separarse conscientemente del Dios verdadero para adorar un ídolo. Fue peor: querían la presencia palpable de quien los había redimido.
Adorar es honrar, alabar, glorificar y exaltar a Dios. Esta es, en pocas palabras, la única finalidad de nuestra existencia como hijos de Dios: ser para alabanza de Su gloria.
¿Qué pasa con aquellos que se congregan en lugares distintos al nuestro? ¿Son diferentes a nosotros? Encuentre las respuestas escuchando este interesante programa de Marcel Malgo.
La intolerancia es uno de los problemas más visibles en nuestras iglesias hoy. ¡Descubra cómo combatirla de la mejor manera!
Este es el tercer y último programa de la serie “La lucha contra el Ungido”. Se muestra lo inútil que son las acciones de quienes no conocen a Dios, mientras la Segunda Venida del Señor se acerca.
El segundo programa de la serie “La lucha contra el Ungido”, de Norbert Lieth, en la voz del Pastor Herman Hartwich. Se trata de la lucha de Satanás con las cinco verdades que se trataron en el programa anterior.
En este programa titulado “La lucha contra el Ungido” de Norbert Lieth se abordan 5 puntos muy importantes. En primer lugar, Jesucristo es el Ungido de Dios. Luego, Jesús es el Rey. En tercer lugar, Jesús es el hijo de Dios. Después, vemos que Jesús es igual a Dios y, por último, que a Jesús le pertenece el futuro.