VI-0722 | Autor: Flavia Maccio
Julián era muy desordenado y no le gustaba mucho la limpieza. Su mamá, su maestra y sus compañeros se pusieron de acuerdo para darle una lección. ¡Descubre lo que hicieron escuchando la historia!
Julián era muy desordenado y no le gustaba mucho la limpieza. Su mamá, su maestra y sus compañeros se pusieron de acuerdo para darle una lección. ¡Descubre lo que hicieron escuchando la historia!
Debemos hacer las tareas de la mejor manera posible, como un servicio a Dios.
Todas las cosas que hacemos tienen consecuencias, pueden ser buenas o malas.
Esperemos que a ti también, amiguito, te conozcan como conocían a Daniel: un hombre íntegro. Que puedan conocerte porque tienes un Dios, y que obedeces a ese Dios.
El pecado no nos deja estar bien con Dios. Él quiere lo mejor para nosotros y por eso nos dejó su Palabra para tenerla como guía de cómo debemos vivir y actuar.
Como cristianos, debemos llevar una vida de fidelidad y de servicio a Dios.
Amiguito, ¿sabes tú lo que es un héroe? Te invitamos a que lo descubras a través de esta historia.
¿No nos gustaría tener un trato muy cercano con Jesús cada día, que nuestro carácter y nuestra forma de ser fueran transformados como lo fue Juan por estar tan cerca de Él? Empecemos por pasar más tiempo a solas con Jesús, en oración y leyendo su Palabra.
El buen cristiano no es el que nunca se equivoca, sino el que rápidamente se arrepiente de su pecado.
Nuestro deber es dar a conocer a todas las personas la bondad y el amor de Dios. Jesús prometió que un día regresará por nosotros.
Debemos obedecer lo que dice la Palabra de Dios; tenemos que evitar caer en la falsa enseñanza. Para esto, debemos meditar en la Palabra de Dios, y Él con su Espíritu nos guiará a la verdad.
La Escritura es inspirada por Dios, y es ella la que nos enseña y nos ayuda a entender qué cosas no le agradan a Dios, que son pecados. Además, nos ayuda a andar por el camino correcto.
Jesús nos ama y quiere ayudarnos en todo lo que hacemos. Quiere ser nuestro amigo y guiarnos en todas las decisiones.
No tenemos que ser orgullosos, como el rey Nabucodonosor. Debemos obedecer a Dios.
Estos tres jóvenes fueron obedientes a Dios, y no solo eso, sino que siguieron sus mandamientos. ¿Y tú, amiguito, eres obediente a Dios?
Debemos estudiar, capacitarnos y usar nuestros dones para la gloria de Dios. Él nos dará gracia y sabiduría si se lo pedimos, si es su voluntad.
Debemos honrar a Dios con toda nuestra vida, en cualquier situación, y con todos los dones que Él nos ha dado.
Debemos obedecer a nuestras autoridades.
Muchas veces nos encontramos frente a situaciones difíciles, aunque no entendemos ese tipo de situaciones, podemos confiar en Dios sabiendo que Él tiene el control de todas las cosas.
Cristo puede cambiar tu vida y darle sentido.