El último cristiano de Idil…

 …y la justicia de Dios

Uno de los lugares cristianos más antiguos del mundo ahora está “libre de cristianos”. ¿Habrá olvidado Dios a Sus redimidos? ¿Qué podemos decir nosotros en vista de esto, con respecto a la justicia de nuestro Señor? Algunas palabras de aliento.

En Apocalipsis 15:4, Dios el Señor es adorado con las palabras: “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.”

Ése será el mayor empuje de discernimiento de todos los tiempos, una bomba de discernimiento, la mayor revelación sorpresiva que jamás ha existido, cuando todos los pueblos con sus diversas culturas, caracteres, características, religiones e ideologías disciernen, que ese único Dios verdadero es santo y justo, auténtico y misericordioso. “Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras” (Sal. 145:17).

¡Qué diferente es el Señor en comparación con los humanos! En nuestro mundo de hoy vemos precisamente todo lo contrario. Los sendas y las obras de los humanos son injustas. Todo está de cabeza, los reglamentos se tambalean. Ya casi no existe la formalidad. Acorde a eso, aumentan la inconsistencia y el desconcierto. Las olas de crisis se incrementan hasta convertirse en un tsunami. En todo el mundo se persigue a los cristianos. El cristianismo parece estar en retroceso, en todas partes se pisotea la verdad.

Recientemente Radio Alemania informó de la pequeña ciudad de Idil, en el este de Turquía, uno de “los lugares cristianos más antiguos del mundo”. En la página web de la emisora dice: “Hasta fines de los años 70, incluso, un cristiano ocupaba el cargo de alcalde de la ciudad. Cuando éste fue asesinado, todos los cristianos que quedaban huyeron a Alemania, Suecia, o Suiza. Ahora, el último cristiano ha abandonado Idil – el hijo del alcalde asesinado.”

Los musulmanes ahora pueden gloriarse de que ese pueblo, por fin, está “libre de cristianos”. Muchos se preguntan: “Entonces, ¿qué es lo que todavía se mantiene y sostiene? ¿Qué nos da amparo en estos tiempos inconsistentes?” Los cristianos oran diciendo: “¿Cuándo vienes, Señor, por qué no Te mueves?” Pero aún así, “justo es el Señor en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras” (Sal. 145:17).

Todo lo que el Señor hace, ya sea que permita algo, o permanezca a la espera, es justo y nace de Su misericordia. Sólo en la justicia de Sus caminos y en la gracia de Sus obras hallamos sostén y seguridad. Eso puede servirnos de tranquilidad. Sí, todos los pueblos un día sabrán quién es Él, Le temerán y Le adorarán por ello. Ellos vendrán, Lo adorarán y confesarán que sólo Él es santo, y que todo lo que Él hace es justo. Esa justicia Dios la demostró en Jesucristo, cuando Jesús, en la cruz del Gólgota, cargó con los pecados del mundo, para así liberar el camino hacia Dios para todo aquel que cree en Él.

En nuestros tiempos injustos e inconstantes, podemos agradecer a Dios que Él es justo y que podemos hallar paz en Su Hijo.

Norbert Lieth