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Autor: Tom Short

Un recorrido por cinco preguntas básicas sobre la fe cristiana, que pocas veces son respondidas adecuadamente: evidencias de Dios, Biblia, propósito de Jesucristo, vida cristiana.


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PE2386 – Estudio Bíblico
Preguntas cruciales sobre el cristianismo (6ª parte)



¡Amigos! Seguimos en este ciclo de preguntas. Sobre el cierre del programa anterior les planteé que la única manera en la que podemos ser salvos del castigo por nuestras infracciones, es confiando nuestra vida a Jesucristo. Pero entonces tú quizás me preguntes: ¿Cómo es esto? ¿Acaso no fue Jesús tan solo un gran maestro?

Por lo general me pregunto a qué se refieren las personas cuando preguntan esto. Se refieren a que la voz de Jesús fue firme y persuasiva para llevar a las personas a actuar? ¿Se refieren a que tuvo un grandioso lenguaje corporal y carisma natural? ¿Se refieren a que utilizó historias intrigantes para ayudar a personas ordinarias para que obtengan una perspectiva sobre las verdades espirituales extraordinarias? Debido a que no contamos con una grabación donde Jesús hable, nunca lo sabremos. Por lo que sabemos, pudo haber tenido una voz aguda y chillona y haber sido rígido como una tabla. La realidad es que Jesús no fue un gran maestro por el estilo de Su enseñanza. ¡Fue un gran maestro por Su mensaje! Y ¿qué enseñaba principalmente este gran maestro? ¡Enseñaba sobre sí mismo! Muchas personas creen que Jesús simplemente enseñó a ser amable y a amar, a preocuparse por aquellos menos afortunados y ponerle la otra mejilla al enemigo; y lo enseñaba de manera profunda. Pero el centro y el espíritu de Su enseñanza no era un credo, una forma de pensamiento o un conjunto de normas. El centro y espíritu estaba en quién era Él y qué vino a hacer.

Muchos maestros famosos de otras religiones han enseñado lo que han entendido como “verdades espirituales”. Pero ellos mismos no fueron el centro de su mensaje. Por ejemplo, puedes quitar a Mahoma del islam y aún así tendría al islam. Puedes extraer a Buda del budismo y aún así estaría el budismo. Sin embargo si quitas a Jesucristo del cristianismo, no queda nada. Porque Él, solo Él, es el contenido del cristianismo. Por consiguiente, si afirmas que Jesús fue un gran maestro, debes considerar seria y cuidadosamente lo que Él enseñó sobre sí mismo y Su misión.

¿Quién crees tú que fue Jesús? ¿Fue solo un muy buen hombre o fue más que un hombre? Piensa cuidadosamente algunas de las afirmaciones que Jesús hizo acerca de Su propia identidad:

Juan 6:35 Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. ¿Quieres probar la vida real? La encontrará en Jesús.

En Juan 8:12 dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. ¿Alguna vez sentiste que la vida se parece mucho a tratar de caminar dentro de un cuarto oscuro, sin ver ni saber qué hay en tu camino? Jesús dijo que “encenderá las luces” si lo sigues.

En Juan 10:9 Jesús dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo”. ¿Alguna vez te preguntaste cómo llegar al cielo? Jesús dice que Él es la puerta. No Su enseñanza, no Su ejemplo, no Su organización, pero Jesús mismo. Si quieres entrar al cielo, debes hacerlo por medio de Jesús.

En Juan 10: 11, 14 dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas… conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. ¿Alguna vez deseaste a alguien más sabio y fuerte para que te guíe en la vida? Jesús es el Pastor de tu alma. Pero él no solo lo pastorea al pasar. De hecho te demuestra Su amor al sacrificar Su vida por ti.

En Juan 11:25-26 Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. ¿Alguna vez te preguntaste qué pasará después de la muerte? Jesús enseñó que todos experimentarán una existencia eterna luego de morir, sea en el cielo como en el infierno. A aquellos que tienen una fe genuina en Él les promete que resucitarán a una vida eterna en el cielo.

En Juan 15:5 dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. ¿Has visto una rama que se quebró de un árbol? Al principio parece estar viva y saludable. Pero a medida que pasa el tiempo, se vuelve frágil, se endurece y muere, claramente separada de su fuente de vida. ¿Alguna vez se sentiste como si estuvieses separado de la fuente de vida real y tu alma se estuviera secando lentamente? Jesús proclamó que debemos estar íntimamente conectados con Él si queremos recibir esta vida verdadera y el alimento a nuestras almas.

En Juan 14:6 Jesús da una declaración fundamental: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Distintas personas creen que hay varias formas de llegar a Dios; algunos piensan que llegarán siguiendo una religión, otros adhiriéndose a una filosofía en particular, otros haciendo buenas obras. Sin embargo, Jesús no dijo ninguna de estas cosas. Enseñó que Él mismo era el único camino a Dios.

Todo esto que acabas de escuchar, amigo, no son solo pequeñas frases simpáticas y agradables que hacen bien; ¡son declaraciones terribles! ¿Quién más, a lo largo de la historia, se ha animado a afirmar tales cosas sobre Sí mismo? Otros líderes religiosos pudieron haber declarado ser profetas o maestros enviados para mostrar la manera de vivir, pero solo Jesús declaró ser el unigénito Hijo de Dios quien puede perdonar nuestros pecados y darnos vida, ¡tanto hoy como por la eternidad!

En base a estas asombrosas enseñanzas de Jesús sobre Sí mismo, no es una opción creer que simplemente se trató de un buen maestro. Si fuera así, “solo un maestro”, debió ser también un mentiroso diabólico o la persona más egocéntrica, arrogante que alguna vez pisó la tierra. O quizá dijo la verdad y fue exactamente quien dijo ser. Un hombre que fuera simplemente un hombre y dijera la clase de cosas que Jesús decía, no sería un gran maestro moral; sería un lunático o el Demonio del Infierno. Amigo, es necesario que tomes una decisión al respecto: este hombre era y es el Hijo de Dios; o se trata de un loco, o algo peor.

Para tomar tu decisión quizá me preguntes: ¿existen pruebas que respalden lo enunciado por Jesús? ¡Pues claro! Veamos tres tipos de evidencia.

Primeramente, amigo, tenemos las evidencias acerca de profecías cumplidas. Los profetas judíos habían predicho la venida del Mesías por cientos de años, un Mesías quien sería la esperanza del mundo quien restauraría la justicia y la paz del mundo y quien reconciliaría todos los pueblos con Dios. Estos profetas hablaron en gran detalle sobre el Mesías. Predijeron Su linaje, el contexto de Su nacimiento, Sus acciones y actitudes, y aún cómo otros responderían ante Él. ¡Increíblemente, Jesús cumplió todas sus profecías! ¡Cumplir con todas ellas no era menos que un milagro! Para ayudarnos a imaginar cuan formidable fue, el Dr. Peter Stoner, en su libro llamado La Ciencia Habla, calculó las probabilidades matemáticas de que Jesús cumpliese, por casualidad, con solo ocho de las tantas profecías. Stoner no eligió profecías imprecisas o altamente controvertidas para evaluar las probabilidades. En lugar de eso, eligió profecías específicas que se entienden con claridad, que no son muy controvertidas y que la mayoría de las personas estarían de acuerdo en afirmar que Jesús las cumplió.
Estas ocho profecías elegidas fueron:

  • 1. Nacería en Belén (esto se profetiza en Miqueas 5:2)
  • 2. Lo precedería un mensajero (esto se anticipa en Isaías 40:3)
  • 3. Entraría a Jerusalén sobre un asno (aparece en Zacarías 9:9)
  • 4. Lo venderían por 30 piezas de plata (también figura en Zacarías 11:12)
  • 5. El dinero de la traición sería echado en la casa de Jehová y luego se utilizó para comprar un campo (otra vez en Zacarías 11:13)
  • 6. Permanecería en silencio ante quienes lo acusaban (se señala en Isaías 53:7)
  • 7. Perforarían sus manos y pies (figura en Salmos 22:16)
  • 8. Lo crucificarían junto a ladrones (se anticipa esto en Isaías 53:12)

Primero el Dr. Stoner calculó las probabilidades del cumplimiento casual de cada profecía individuamente, luego las multiplicó para hallar la probabilidad de que una persona pudiese cumplir las ocho accidentalmente. ¿A qué se asemeja esta probabilidad? Es semejante a cubrir toda la superficie del Estado de Texas (Estados Unidos) con dos pies de profundidad de monedas, y que chapoteando entre los millones de monedas elijas la moneda correcta, al azar, en el primer intento. ¡Piénsalo! Así es la probabilidad de que un hombre cumpla solo con ocho de las tantas profecías que Jesús cumplió. ¿Te parece casualidad, amigo? ¿Verdad que no? En el próximo programa veremos dos tipos más de evidencia sobre la veracidad de Jesús, su vida y sus declaraciones.

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