Tomando una Decisión – Realidades sobre la interrupción del embarazo

Posiblemente has oído o te han dicho que puedes hacerte un aborto de forma segura y que no cargarás con efectos secundarios físicos o emocionales. ¡Queremos decirte que esto no es cierto! Por eso, antes de que tomes una decisión, sea cual fuere, piensa unos minutos en los siguientes planteos:

¿Hay alguien presionándote para que te practiques un aborto? ¿Te amenazan con dejarte, echarte o no ayudarte si continúas con la idea de tener a tu bebé? ¿Estás insegura de lo que crees en cuanto al aborto pero piensas que es lo mejor “bajo las circunstancias que estás viviendo”?

Es natural que estés confundida si por causa de tu decisión puedes perder a tus seres queridos. Pero ¿qué sucede cuando ellos quieren que hagas algo que tú no deseas? El aborto puede solucionar un problema para tu novio, esposo o familia, pero comienza otro para ti.

Seguramente jamás imaginaste que quedarías embarazada y ahora en lo único que piensas es en que el “problema” que tienes “desaparezca”.

El aborto no hace que los bebés desaparezcan. El aborto los mata. Si esto te perturba y molesta, ¡no lo hagas! Te sentirás mucho peor después de darte cuenta de que terminaste con la vida de tu bebé.

Lo que ocurrre en realidad

Ten presente que el aborto es para siempre. ¡Nunca podrás recuperar a este bebé!

Si tienes dudas sobre el aborto, no vayas a la consulta médica. Busca a alguien para hablar sobre esto. No faltará oportunidad para que alguien te diga “hazte un aborto lo más pronto posible”. Nosotros te decimos: “Detente, piensa y reflexiona”.

Dios te ama y quiere lo mejor para ti. Él ha formado al bebé que llevas en tu vientre y es único. Recuerda que tu bebé es una persona diferente a ti: tiene su propio grupo sanguíneo, su corazón comenzará a latir a partir de los 22 días después de la concepción, y tendrá características que lo harán tan especial que no habrá otro igual en todo el planeta. El propósito de Dios es que tu bebé nazca, pues es Él quien da la vida y solo Él la puede tomar.

En la Palabra de Dios encontrarás preciosas promesas que te sostendrán en momentos difíciles. El Señor promete que de alguna forma te proveerá de todas las cosas que necesites, sean materiales o emocionales.

Solo confía en Él de todo corazón.

Pídele perdón por tus pecados, la Biblia dice que “si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. Confiesa con tu boca que solo Él puede perdonarte. Si haces esto, puedes aferrarte a su promesa: “Jesús dijo ‘Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo’”.

Jesús dio su vida por ti, Él sufrió cosas horribles para que tú y tu bebé puedan tener la oportunidad de disfrutar de Su paz y Su presencia para siempre. ¡Él te entiende mejor que nadie!