Abordemos la adolescencia (2ª parte)

La adolescencia… querida por muchos, y no tanto por otros. Hoy nos visita Mabel Asenjo que ya hace muchos años, junto a su esposo, trabajan con adolescentes. Aprenderemos sobre las características, problemáticas y algunas pautas de como abordad esta edad tan especial.

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EA661 – Entre Amigas –
Abordemos la adolescencia (2ª parte)

Receta: Pastel de pollo

Entrevista al Mabel Asenjo

Victoria: Continuamos hablando con Mabel Asenjo, ella es consejera espiritual y trabaja en Argentina. Estamos hablando sobre cuáles son las claves para la crianza de los hijos adolescentes. Y en el programa pasado estuvimos hablando sobre dos de las claves, que son la oración y los límites que se deben poner a la hora de educar a nuestros hijos. Y hoy vamos a estar hablando sobre las otras dos claves que son, el modelo a seguir y los vínculos sanos. Es decir las relaciones interpersonales que tienen nuestros hijos.

Mabel: Así es, es un tema muy importante e interesante porque nos desafía como padres y a veces nos nueve el piso. Porque nos preguntamos ¿Dónde está ese niño tan dulce y dócil? Es como que hoy lo desconocemos. Los padres también sufrimos, es una etapa donde no solo el adolescente sufre. También nosotros adolecemos de recursos o de ayuda para criarlos.
Como veíamos en el programa anterior nos cuesta mucho poner límites, pero son muy necesarios. Así también de necesario e importante es que seamos un modelo para seguir para nuestros hijos adolescentes. Claro está que no somos perfectos, tenemos nuestras fallas. Cuando son chicos nuestros hijos nos ven como superhéroes, pero a medida que van acreciendo y cuando llegan a ser adolescentes pasamos a no saber nada. Luego cuando ellos tienen sus propios hijos, nos comienzan a preguntar nuestra opinión. Y cuando ya son mayores, y los padres no están dicen que sus padres tenían razón. Estas son etapas que debemos vivir y a todos nos paso.
En la adolescencia ellos valoran mucha más la opinión de sus pares, que la de sus padres. Por eso no hay cosas que mejor eduque que el que seamos un buen ejemplo. Con esto quiero decir que tengamos un mismo discurso dentro de casa, que fuera de casa. A veces podemos ser muy buenos ciudadanos, buenos padres respetados por la sociedad, por la familia, por la gente que nos rodea. Pero en casa nuestros hijos ven como somos realmente, sin caretas sociales. Ven si hablamos mal de todo el mundo, si la crítica es algo presente en nuestra mesa, si tenemos resentimiento, si la mentira o el doble discurso son habituales en nosotros. O si presento una cara dulce afuera y en casa vivo agrediendo a todo el mundo. Esto es muy chocante para un hijo, y es una de las cosas que más lo revelan. En 2° Timoteo 1:5 Pablo le dice a Timoteo, trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro de que en ti también. Qué lindo cuando esta fe, valores, conceptos se transmiten de generación en generación. Hoy en día al llevar a los niños a las escuelas parece que los padres quisieran que allí los eduquen. Mi opinión es que la escuela debe enseñar, no educar. Fortalece los valores familiares, pero lamentablemente hoy en día la escuela es un lugar de contención, y apenas se puede enseñar algo. Los que tienen la responsabilidad de parte de Dios de educar los valores fundamentales, morales, el respeto y los comportamientos son los padres. Si usted no ha sido un buen ejemplo, vaya al mejor manual que es la Palabra de Dios. Allí le va a dar muchísimos consejos, pero sobre todas las cosas le va a conducir a Jesús. El le va a dar la mentalidad divina, sabiduría y la enseñanza que usted necesita como hijo de Dios para poder enseñar a sus hijos. Recuerde que nunca es tarde para cambiar, siempre hay tiempo para hacerlo. Tenemos dos aspectos de ser modelo que es bueno recalcar son: Estar siempre interesados en sus actividades, involucrarnos en ellas. Tener una buena comunicación con ellos. A veces ellos no quieren hablar, pero en el momento que ellos si tienen deseo de hablar tenemos que estar a su disposición. ¡Pare el mundo! Deje de hacer lo que estaba haciendo y este para ellos en ese momento. Si su hijo le pide que le acompañe a algún lugar, ¡Vaya! Y la otra clave de este tema es inspirarles un propósito para vivir. Dijimos que los adolescentes son idealistas, soñadores, pero la mayor cantidad de suicidios en la adolescencia son por falta de un propósito para vivir. El mejor legado que le podra dejar es ese. Hay una frase de Barbará George que dice: Cuando por fin logro comprender a mis padres, soy desechable para mis hijos. Es una gran verdad. O cuando mejor esta la convivencia con ellos, se van a vivir con otra persona.
La última clave es inculcarle vínculos sanos. Esto es un gran problema porque ellos lo que mas quieren en este tiempo es parecerse a la manada.
Quieren individualizarse pero pareciéndose a el común de los chicos de su edad, o a lo que conocemos como las tribus urbanas. Hay algunas características de estas tribus que son seriamente peligrosas y complicadas. En esa necesidad de pertenecía, es muy bueno que nosotros estemos detrás fomentando que la tengan pero en grupos sanos. Le cuento mi experiencia, al vivir en una comunidad de una iglesia cristiana y tener padres en la misma situación, con hijos en las mismas edades, fue muy fácil ese aspecto. Porque yo sabía con quienes estaban y los padres de los otros chicos también. O a veces me levantaba en la mañana y no sabía dónde pisar porque estaban todos durmiendo en mi casa. Pero eso era muy bueno, me daba mucha seguridad y tranquilidad porque no estaban en la calle. Esto es muy bueno porque ellos necesitan del grupo pero a la vez los padres estamos detrás, estamos sosteniendo al grupo. En Hebreos también dice que nos consideremos unos a otros para estimularnos al amor, y a las buenas obras. Muchas veces solo hablamos de los problemas de esta etapa, de la parte negativa y criticamos a los adolescentes. Pero qué bueno sería que busquemos ayuda, concejo y preguntemos a otros que ya han pasado por esta situación. Lo principal para generar vínculo sano es que debe haber una buena comunicación, tenemos que poder comunicarnos bien, aceptar lo que el otro no quiere. Pero también debemos guiarlos, conducirlos, contenerlos, respetarlos. No busquemos en este camino que nuestros hijos sean iguales a nosotros, sino que se parezcan a Cristo. Porque nosotros fallamos pero Cristo no, y así van a poder ser unas excelentes personas.

Victoria: Pensaba que a veces hay mamás que se preocupan en demasía por lo que les pasa a sus hijos, ejemplo con el estudio. Y no dejan que sean sus hijos los que experimenten y pasen por determinadas situaciones que los llevarán a aprender. Me da la sensación de que la madre quiere tomar todas las responsabilidades del hijo.

Mabel: Es muy importante lo que decís, porque ese es el otro extremo. Es la mamá que sobreprotege al adolescente y tampoco es bueno. Por qué en algún momento el chico se va a tener que desprender, y es mejor que ese desprendimiento se vaya haciendo de paulatinamente. Hay un dicho que dice: Dejo a mi hijo libre, pero yo estoy 10 pasos atrás observando lo que hace. En el programa anterior dijimos que queremos que los adolescentes se transformen en adultos responsables y autónomos, no que vivan dependiendo de nosotros para sus decisiones. Lamentablemente ellos tendrán que aprender que tomarán decisiones y se equivocaran. Que algunas veces sufrirán a causa de las sus decisiones, y eso debemos respetarlo. No ganamos demasiado si hacemos tarea por ellos, ellos deben ser responsables por sus tareas.
También se suelen dar los casos de los padres que quieren vivir la adolescencia de sus hijos, tal vez porque se saltearon alguna etapa en sus vidas. Pero debemos darle un poco de libertad y respetarlos para que ellos vivan su etapa. Debemos darles un poco de libertar que es lo que reclaman y necesitan, pero nosotros seguirlos 10 pasos atrás.