Abuso sexual infantil

Jesús tiene la última palabra (9ª parte)
11 septiembre, 2022
Jesús tiene la última palabra (10ª parte)
17 septiembre, 2022
Jesús tiene la última palabra (9ª parte)
11 septiembre, 2022
Jesús tiene la última palabra (10ª parte)
17 septiembre, 2022

Nuevamente nos acompaña nuestra querida amiga y columnista en temas de familia, orientadora familiar, docente diplomada en prevención de la violencia y en educación sexual, primera infancia y familia, Yanina Cossime. ¿Qué implica el abuso sexual infantil? ¿Cuál es el rol de los padres en su prevención? ¿Cómo es el camino de restauración?


DESCARGARLO AQUÍ:
EA1093 – Entre Amigas –
Abuso sexual infantil



Entrevista a Yanina Cossime

Victoria: Es para mí un gusto recibir a nuestra querida amiga y columnista en temas de familia, la orientadora familiar, docente diplomada en prevención de la violencia y en educación sexual, primera infancia y familia, Yanina Cossime. ¿Cómo estás? Bienvenida.

Yanina: Hola, ¡muchas gracias!

Victoria: Yanina, hoy vamos a hablar de un tema que no nos es grato pero que es real, que ocurre y que hay que afrontarlo sin tapujos. Vamos a referirnos al abuso sexual infantil, así que, si te parece, primero que nada, vamos a empezar definiendo lo que es el abuso sexual infantil. ¿Te parece?

Yanina: Sí. El abuso sexual infantil, más allá de que lo primero que se le viene a la mente a las personas es la violación de un niño, no necesariamente tiene que serlo en el sentido de la penetración de un hombre hacia una niña o un niño, sino que es toda interferencia, toda intervención de la sexualidad de una persona mayor, de un adulto, en la vida de un niño pequeño. En algunos casos también puede ser el abuso sexual cuando es un abuso, por ejemplo, en el caso de los adolescentes, cuando un adolescente abusa de un niño. También uno de la misma edad, que tenga mayor conocimiento o sepa lo que está queriendo hacer, un adolescente sobre otro adolescente. Y no es solamente la violación, no es la penetración anal, oral o vaginal, que es lo que a uno primero se le mete en la cabeza, sino que puede ser la exhibición del cuerpo desnudo o de los órganos sexuales del adulto al niño, o pedirle al niño que demuestre su cuerpo, pueden ser roces, pueden ser toques, pueden ser palabras, conversaciones con contenido erótico que no es apropiado para el niño en el momento del desarrollo que está viviendo.

Victoria: Como lo decías vos, exposición a contenidos también. ¿En todas las oportunidades, el abuso sexual infantil es algo malintencionado? ¿O puede pasar que los padres, sin querer, hagan cosas que no se dan cuenta de que también constituye abuso sexual? ¿Puede haber una diferencia allí? ¿O directamente es abuso sexual infantil intencional?

Yanina: La diferencia es si es intencional o no, pero sigue siendo abuso, o si es un delito o no, pero sigue siendo abuso. Por ejemplo, que los papás tengan relaciones sexuales en el mismo cuarto en el que están los niños durmiendo es un abuso. Porque los niños están dormidos y aun durmiendo, escuchan y son expuestos a un contenido sexual que no es propio para su edad. Muchos chicos se quejan de que los padres se paseen por la casa en ropa interior, y algunos hasta desnudos. Eso sigue siendo abusivo. Compartir la cama a determinada edad, no hablamos del colecho del bebé, sino que he escuchado casos de una nena de 14, 15 años que comparte la cama matrimonial con su padre o con su hermano. Vos imagínate el roce involuntario, los varones se puede despertar en la mañana con una erección y está la hermana durmiendo con ellos, o a lo mejor hasta rozándola, eso a lo mejor puede ser algo que no es intencional, pero que es una forma de abuso. Meterse al baño cuando los chicos se están bañando, por ejemplo, que quizás no es algo que se hace con mala intención, pero sigue siendo no bueno, no apropiado para el desarrollo del chico. Por ahí no es un delito, pero sigue siendo la intervención de la sexualidad de un adulto en la vida de un niño. Después hay cosas que a lo mejor no son un delito, pero también son abusivas y son intencionales. Por ejemplo, personas mayores, un hombre mayor que le dice a una nena que se está desarrollando “qué lindo que te están creciendo los pechitos”, pero con otras palabras a lo mejor. Entonces eso quizás no está catalogado como un delito, pero es intencional y deja una huella en la psicología del chico o la chica.

Entonces fíjate cómo algo que a veces hasta está naturalizado es un abuso. Esto que vos decías del toque, los chicos que le tocan la cola a las chicas en la escuela, no es un delito, pero es un abuso. Porque abuso es cuando cualquier persona, porque tiene mayor conocimiento o tiene poder sobre vos, o tiene más fuerza o puede hacerlo, te hace algo que vos no querés. Esas son situaciones abusivas. Vos decías que a veces uno quizás no se da cuenta. Muchos abusadores se justifican y dicen que es un cariño malentendido lo que están dando. Pero si a mí no me gusta que me toquen el hombro, te digo que no me gusta, y vos me tocás el hombro, acá no hay una demostración de amor no entendida. Vos estás pasando un límite que yo te puse, que es mi cuerpo. Pero bueno, el abusador muchas veces se ampara detrás de esa respuesta. Con el roce, con los toques, con las caricias que incomodan al niño, porque el niño no tiene la capacidad de entender lo que está pasando con él. Lo que empieza a ser un juego, a él le resulta incómodo, pero no sabe por qué le resulta incómodo. El niño pequeño no tiene la capacidad de imaginar un acto sexual o una penetración. Si vos te encontrás con un niño pequeño que es capaz de dibujar un pene erecto es porque lo vio. O una relación sexual. El chico se siente incómodo, porque lo están tocando en un lugar con el que él no se siente cómodo, un abusador, o abusadora, tocando la entrepierna de un niño, o sus genitales. El chico a lo mejor no puede expresar con palabas su incomodidad, y eso es abusivo. A lo mejor la persona que está haciendo eso dice que es un gesto de amor malinterpretado, pero no, no existe eso. Aparte no es no, y listo. Por eso es tan importante enseñarles a los chicos a decir que no.

Victoria: Hay un dato que vos citás que es muy preocupante, porque según UNICEF en el 87% de los casos se abuso sexual, el abusador es una persona a la que el niño conoce y en la que confía. Puede ser un familiar, un conocido, un vecino. Se estima que en un 50% de los casos el abuso ocurre en el lugar del niño y el abusador es un conviviente, por lo cual los abusos se repiten a lo largo del tiempo. Así que una de las recomendaciones es que siempre tenemos que creer en el relato del niño. Vos recién señalabas que si el niño habla de un pene erecto es porque lo vio y no porque lo inventó, así que cualquier cosa que pueda llegar a decir es porque pasó, no porque la imaginación del niño fue hasta ahí.

Yanina: Claro, o porque lo vió, porque en la casa se consume pornografía, convive con un hermano o tío o primo que consumen pornografía delante de él, o que tienen relaciones sexuales con sus novias delante de él. Cuando el chico hace un relato de lo que le pasa, o los docentes que ven dibujos y ven a una persona con un pene erecto, el chico no se lo imaginó, el chico lo vio. No significa que alguien esté abusando de él en el sentido de que alguien lo esté tocando, lo esté violando, pero sí hay un abuso en el sentido de que está expuesto a las relaciones sexuales adultas.

Victoria: Eso en el caso de que, por ahí, sea expuesto a ese tipo de contenidos, y después están los casos más graves en los que directamente hay abuso por parte de un familiar, un conocido, que se repite en el tiempo.

Yanina: Lo más frecuente, lamentablemente, es el padre. Esto no significa que todos los padres sean abusadores, porque también es un relato que se utiliza para que el estado se haga cargo de la educación sexual de los niños. Que un alto porcentaje de los abusos sea perpetuado por el padre no significa que todos los padres sean abusadores, pero sí, es más común en el padre que en el padrastro, y después primos, tíos y conocidos. Porque el abusador infantil no utiliza la fuerza de entrada, por decirlo de alguna manera, como en una violación. El abusador de niños tiene que ganarse la confianza, tanto del niño como del adulto responsable de ese niño para poder acceder al niño en una situación en la que esté solo. Hablo de solo porque más del 90% de los casos de los abusadores son varones, pero hay abusadoras mujeres también. Entonces el abusador se toma por lo menos 6 meses para planificar el abuso. Es totalmente premeditado lo que hacen. Se gana la confianza del padre o de la madre, de la persona que esté a cargo, y del niño, y cuando puede estar con ese niño solo empieza un juego, regalos, toqueteos que van cambiando de color, por decirlo de alguna manera, se van haciendo cada vez más sexuales sin que un niño termine de entender lo que está pasando.

Después sí puede ser que utilice la fuerza, pero no es el mismo tipo de situación que una violación por un desconocido en la calle. Porque el abusador necesita del consentimiento inexistente, porque no tiene validez ese consentimiento, del niño. Y utiliza la culpa y las amenazas para seguir teniendo a ese niño bajo su control. Es una situación distinta.

Victoria: Yanina, ¿qué hacen los padres, o quienes están a cargo, como decías vos, para no sospechar de todo el mundo, porque eso tampoco es sano, pero sí estar alertas? ¿Hay señales de que esto pueda ocurrir? ¿O a veces pasa en silencio y recién nos enteramos cuando ya es un poco tarde? ¿Qué recomendás vos para las familias, para quienes tienen menores a cargo?

Yanina: Lo primero es no creer que a nosotros no nos va a pasar. Porque cuando nosotros no vemos la realidad de que nuestros hijos pueden ser víctimas de, los hacemos más vulnerables, porque los desprotegemos. Ni la sobreprotección, ni el abandono en ese sentido. El “a mí no me va a pasar” es una estrategia de nuestra propia mente para, de alguna forma, liberarnos de la idea horrible de que en la vida de un niño puede pasar eso, un abuso sexual. Entonces pensamos que no, no nos va a pasar a nosotros. O que, si a mi hijo alguien le hiciera algo, me lo diría. Primero eso, no verlos como posibles víctimas, y segundo educar. Educar en la sexualidad que, como hablamos en el programa anterior, no es solo la genitalidad. Hay que tener chicos que desarrollen una autoestima saludable porque estas personas, los abusadores, son como animales cazadores de presa, que eligen a la presa que es vulnerable, falto de amor, que quizás está mendigando cariño porque no lo tiene de sus padres. Porque un chico que está seguro de sí mismo y que sabe que lo aman, no necesita el cariño de otra persona más allá de la gente que lo quiere.

Esto lo digo hablando quizás de un abuso por parte de un familiar como un tío, un primo, un amigo de la casa. El niño contenido seguramente se va a sentir incómodo y se lo va a decir a su madre. Tener abierta la comunicación para este tipo de cosas es muy importante. Como vos dijiste, creerles a los chicos, hablar siempre de sexualidad, de cuáles son las zonas privadas, cuáles son las zonas públicas, ser coherente con el mensaje, porque si yo le digo que hay lugares que son privados, como el baño, y el niño, aunque tenga tres años me llama para que le limpie la cola y yo entro al baño como si nada, no estoy enseñando con el ejemplo lo que digo con la boca. Debería golpear la puerta, pedir para entrar, y cuando él me dice que sí, yo paso. Entonces el niño entiende que realmente hay un lugar que es privado, que hay partes de su cuerpo que son privadas y que nadie las tiene que ver o tocar. Tampoco enseñar que las partes privadas son algo sucio ni nada por el estilo, sino que son alguien propio, de uno, que las comparte con quien quiera. Y luego sí, estar alerta a algunos cambios de conduta de los chicos. Por ejemplo, encontrar semen en la ropa interior, ropa desgarrada, sangre, infecciones de transmisión sexual, no querer quedarse con alguien porque le tiene miedo a esa persona, no pensar de entrada que es un capricho. Mirar, observar, no estar buscando fantasmas tampoco, pero estar sanamente en alerta, como cuando uno ve a un hijo decaído un poco colorado, entonces se acerca y le pone la mano en la frente para ver si tiene fiebre. Ese tipo de alerta nada más. No dejar al nene tirado en el sillón, así como está, sin acercarse para ver si tiene fiebre. Esto es lo mismo, ver si hay alguien que tiene un interés muy especial en él, los abusadores prefieren estar más tiempo con los niños que con los adultos, de una forma poco apropiada. Si hay una persona que prefiere no estar en ningún momento con los adultos porque prefiere estar con los niños, hace regalos, debemos estar alertas. No creer tampoco que el abusador va a tener un cartel en la frente que diga “vengo por tus hijos”.

Victoria: Yanina, ya metiéndonos quizás más en la etapa de preadolescencia, vos mencionabas que debemos estar alertas, no solo por los posibles abusadores en el ámbito familiar o educativo, pero también en el ámbito virtual, porque allí también están.

Yanina: Sí, no solamente los abusadores con la intención de abusar, sino el acceso a la pornografía. Hoy con un teléfono en cualquier lugar tenés acceso a la pornografía, y los chicos están accediendo de forma accidental, antes de los 11 años. Llegan de forma accidental y después empiezan a consumir, porque la imagen de la pornografía lo que hace es dejarte una huella similar a lo que pasa cuando presenciás un accidente violento. Aunque vos no busques esa imagen te queda. Entonces eso los lleva a seguir consumiendo. Con las consecuencias que eso tiene a corto, mediano y largo plazo para su vida, no solo para su vida sexual sino también para su vida social en general. Entonces también debemos tener cuidado con eso, estar siempre presentes para ver qué están consumiendo, y hay veces que hay que poner filtros o controles parentales. Las computadoras siempre usadas en lugares en donde estamos todos, para que nadie se vea tentado a algún lugar o hacer alguna cosa que no corresponde por curiosidad. Y si pasa por curiosidad, o si pasa por accidente, que uno pueda estar ahí para sacar esa imagen y sentarse a charlar de lo que está pasando.

Y también está el tema del grooming. Es necesario tener mucho diálogo con los chicos, mucha confianza. Ellos tienen que empezar a entender por qué uno mira lo que hacen, o por qué uno pregunta con quién están hablando. Hay jueguitos en los que la gente puede chatear, y en esos jueguitos, asociarte con alguien que conocés en la vida real, que sabés quién es, y si no bloquear la parte de las conversaciones y jugar sin conectarte. Porque muchos pedófilos participan de esas redes de juegos para poder conectarse con los chicos de forma directa. Tenemos que enseñarles a los chicos a no dar información sobre ellos. Acá en mi casa, por ejemplo, ellos directamente no se contactan con gente que no conocen físicamente, porque siempre es un riesgo, siempre te pueden estar mintiendo. Nuestra tarea como papás es que ellos desarrollen lo que ellos tienen y ser tutores, como el palito que uno le pone a la plantita para que salga derecha. Tenemos que enseñarles a pensar. Tener diálogo. Los chicos se prenden a los diálogos. Vos les tirás la soga y ellos empiezan a pensar, dentro de las limitaciones que tienen por su edad. Una vez que vos tuviste ese tipo de diálogos con tus hijos, o con los amigos de tus hijos, te das cuenta de que la próxima vez van a querer prestarte atención más rápidamente. Por lo menos prestarte atención. No sé si te van a hacer caso, pero por lo menos prestar atención. Porque uno muestra un interés genuino, da argumentos, entonces van a estar más dispuestos. Siempre es necesaria la relación de amor, de confianza, de diálogo. Eso sirve para todo.

Pero como maestras, digamos, si un nene me dibuja algo que parece un pene erecto y le pregunto y me dice que es su tío, el niño cambió su conducta y demás, uno tiene que denunciar. Hablará con otro a ver cuáles son los procedimientos que se tienen dentro de la institución, y hay que denunciar. Es muy doloroso y muy difícil, porque cuando es el papá, por ejemplo, el abusador, quizás es el único sostén de la casa, la mujer no se casó con un abusador, se casó con el hombre de su vida y de repente descubre esto, entonces es difícil eso también. Pero el abusador siempre va a mentir, va a decir que es mentira, que son gestos de amor malentendidos, y después, cuando esté entre las cuerdas, te va a decir que sí, que es verdad, pero que va a cambiar. No le tenés que creer. Tenés que denunciar. Lo primero que hay que hacer es proteger al niño del abusador, denunciar, y bancarse lo que venga, porque hay que priorizar el bienestar de ese niño, que está viviendo una tortura constante. No es chiste, los chicos no se olvidan, es algo que se puede guardar bajo la alfombra durante mucho tiempo pero que hace huella en la personalidad, en la vida de ese chico que se va a convertir en un adulto, entonces hay que intervenir, hay que proteger la vida de ese niño.

Victoria: Yanina yo te quiero agradecer por hablar frontalmente del tema. Es muy necesario y da como para seguir hablando mucho más, también en lo que tiene que ver con la ayuda posterior a una situación de estas características, ya sea un abuso puntual o algo prolongado en el tiempo, hay herramientas para afrontar esta situación y para acompañar también al niño víctima de esta situación de abusos y a la familia que va a tener que acompañar al niño en todo su proceso de sanación. Te agradezco mucho por acompañarnos en este programa, seguramente en un futuro estaremos conversando de este tema y no sé si querés agregar algo más antes de finalizar.

Yanina: Sí, para cerrar, hablando del tema de la restauración, siempre hay esperanza. Siempre hay esperanza. No tenemos que ver a ese chico como una víctima perdida de la vida o de las circunstancias. Siempre hay esperanza. Y si Dios interviene en tu vida, por más de que hayas sido abusado, Dios puede hacer todas las cosas nuevas, y tu vida también. Aún a pesar de lo que haya sido, si fue abuso sexual, abuso psicológico, golpes o errores de tu vida, siempre hay esperanza. No miremos a nuestros niños como víctimas de algún tipo de abuso, sino que los podamos ver con los ojos de Dios como sobrevivientes, como joyas a pulir para su gloria. Siempre hay esperanza, eso nunca hay que perderlo.

Victoria: Bueno, Yanina, muchas gracias. Y a ustedes, queridas amigas, gracias por acompañarnos nuevamente. Las esperamos en el próximo programa porque hay mucho más Entre Amigas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
USD Dólar de los Estados Unidos (US)