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Autor: Norbert Lieth

Es el final de la serie basada en este libro. En este programa haremos una breve revisión de los temas tratados y veremos cuál es la medida de amor que los seres humanos necesitamos.


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PE2519- Estudio Bíblico
Amor: Lo que nos falta todavía para el Arrebatamiento (9ª parte)


 


Amor, lo que todavía nos falta

En esta serie de mensajes hemos comenzado viendo cómo el amor por la venida del Señor es lo que aviva nuestra forma de amar y vivir. El solo hecho de pensar en el regreso de nuestro Señor predispone el corazón y la vida a ser vividos de otra forma. También vimos que el amor nos evalúa y nos forma. ¿Cuántas veces hemos sido puestos a prueba en alguna situación para demostrar el amor que decimos profesar?

Hermann Hesse, autor y ganador de Premio Nobel dijo acertadamente:
Lo blando es más fuerte que lo duro,
El agua es más fuerte que la roca,
El amor es más fuerte que la violencia.”
Parece contradictorio y en ocasiones puede que parezca que estamos perdiendo pero en la lógica de Dios, así es. ¿Estamos amando la venida del Señor de tal forma que esto marque nuestro carácter, nuestra vida y la de quienes nos rodean?

Vimos también que hay distintos niveles para ejercitar el amor. Amar a Dios, amar al prójimo, amar a todos los seres humanos. Puede ser un ejercicio difícil sentir compasión por quienes no compartimos costumbres, ideas e incluso espacio físico, sin embargo el mandamiento del Señor no hace distinciones. Este amor nos santifica, hemos sido amados por anticipado, estando lejos de Dios y en clara oposición a su mandato e ideas para nuestras vidas. ¿No es acaso, el amar a todos, una forma de recordar y tener presente la obra del Señor en nosotros mismos? El médico, teólogo y filósofo Albert Schweitzer expresó que: “Lo único importante en la vida son las huellas de amor que dejamos cuando caminamos”.

También hemos hablado de que el Amor ejerce juicio sobre nosotros y que cuando la Biblia se refiere al “Primer amor” es probable que hable que lo diga en cuanto a tenerlo primero. Es posible amar más a Dios con el correr del tiempo, amarlo de otra forma más profunda y cercana. Sin embargo el llamado es a amarlo en primer lugar. El primer amor de la primera Iglesia se demostró en las primeras obras, y justamente esto fue lo que se perdió más tarde.

El novelista, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe se expresó en varias oportunidades sobre el amor y dijo lo siguiente: “El amor me da todo. Donde no hay amor, es como si trillara paja”. Él mismo afirmó también que “Los hechos comprueban la fuerza del amor”. ¿No es una afirmación importante sobre todo para la vida y actividad de la Iglesia y cada creyente? Y en éste sentido no debemos olvidarnos del “amor fraternal». El poeta Bertold Brecha expresó que: “El amor es el deseo de dar algo, no de recibir algo”. Sin embargo ¿cuántas veces nos vemos demandando amor y obras en cuanto a nuestros hermanos en la fe?

El amar nunca es suficiente, tenemos una deuda eterna de amar como menciona Romanos 13:8 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley«. El “Nuevo mandamiento” de Jesús cubre el cumplimiento de toda la ley antes dada por Dios mismo. No la anula, la cumple. Todas las cosas en las que nos empeñemos en trabajar en ésta tierra perecerán, pero si nos dedicamos al amor en cada cosa que hagamos tendremos eternidad. Dios mismo es amor, dice 1 Juan 1:8, y el amor nunca deja de ser leemos en 1 Corintios 13:8.

Al expresar que el Amor cumple con la ley, vimos que también combate el miedo, ya que el único que podía juzgarnos nos amó y nos envía a compartir su amor con otros. El amor nos hace reconocer nuestra culpa y verla sobre Jesús. Vivir en amor nos conserva, como expresa Judas 1:21 “Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”. Esto se refiere a seguir siendo transformados para demostrar cada vez más eficientemente su amor y anunciarlo hasta su regreso. Dios sigue trabajando en nosotros, porque como dice la popular frase “Dios nos ama tal como somos, pero nos ama demasiado para dejarnos tal como somos”.

Por último, hemos visto el peligro de que el amor al Señor se desvíe en nosotros hacia un lugar de juicio y justicia propios. Y en lugar de estar llenos de misericordia y amor podemos convertirnos en “defensores” y críticos. Si tenemos un Dios de amor no podemos tratar sin amor a quienes nos atacan o se equivocan, por el contrario es la oportunidad de reflejarlo en nuestras vidas.

Es muy evidente que el amor fue uno de los grandes temas de Jesús en Su mensaje de despedida antes de Su pasión. Lo que dijo Jesús el día antes de Su crucifixión acerca del amor, es profundamente conmovedor. Cada uno de nosotros puede leerlo en los capítulos 13 a 17 del evangelio de Juan. Quien se deja conquistar por el amor, vive en la victoria. No hay nada más liberador que el poder amar.

Quizás tiene usted, en este momento, dificultades con una persona. ¡Decídase por el amor y será liberado! Pablo exhorta en un caso así a la Iglesia de Corinto en 2 Corintios 2:8: “Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él”. Quién se decide por el amor, se decide por Dios y viceversa. La segunda carta a los Tesalonicenses capítulo 2 verso 10 dice que, al final de los días, los hombres serán juzgados por una razón muy específica: porque rechazaron el amor de la verdad. Leemos: “Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”.

¿Cómo se comprende esto? Se ve detalladamente de esta manera que volvemos a mencionar:

  • Dios es amor
  • En Juan 1:17 dice que: “la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Y el propio Jesús en Juan 18:37 dice: “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” .
  • Jesús, que es la verdad, nos ha revelado el amor de Dios— y viceversa, el amor de Dios nos ha revelado a Jesús como la verdad. En otras palabras: el amor de Dios solo se revela a través de la verdad, personificada en Jesús.
  • En 1 Juan 4:9 leemos que: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”.

Quien rechaza esta única forma de salvación, rechaza el amor de Dios. Dice “no” al amor de Dios, trata como una mentira la revelada verdad del amor de Dios y no acepta el amor de la verdad para su salvación. Y el que dice no al amor de Dios, el que se resiste a él, perderá el amor eterno de Dios y nunca podrá participar de él. Por eso se dice claramente en 1 Corintios 16:22 que: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene

¿Cómo está nuestro amor? ¿Sentimos su deficiencia? Martin Lutero escribió: «Quedarán deficiencias en nosotros, porque no podemos hacer las cosas perfectamente, como Jesucristo lo hizo. Él es el Sol puro y brillante, donde no hay niebla; en comparación, nuestra luz es apenas como una paja encendida al lado de ese Sol. Allá hay un horno encendido, ardiendo de fuego y amor perfecto; pero a pesar de esto, Él está satisfecho si nosotros tan solo encendemos una pequeña vela, demostrando un poco de disposición a dejar brillar y arder el amor a través de ella«.

Todos los hombres necesitan más amor de lo que merecen.


Si desea puede adquirir el libro sobre el que está basada esta serie de programas.


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