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Apocalipsis 13

(2ª parte)

Autor: Thomas Ice

Apocalipsis 13 nos habla de la muerte y resurrección de la bestia. ¿Realmente sucederá tal resurrección durante la Gran Tribulación, o simplemente se tratará de un truco barato? Informémonos más acerca de este tema, escuchando el mensaje del Dr. Thomas Ice.



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PE1768 – Estudio Bíblico
Apocapipsis 13 (2ª parte)



¡Qué gusto estar nuevamente junto a ustedes, estimados amigos oyentes! Para comenzar, vamos a retomar la última parte del programa anterior, para poder seguir el hilo de este tema correctamente.

Dijimos, por ejemplo, que en 2 Tesalonicenses 2:9 se nos dice que el inicuo es aquel “cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos“. Pareciera que la Biblia nos contara que estos son milagros que se asemejan a los que había obrado el Señor.

“El término mentirosos o falsos, no se refiere a la falta de autenticidad en cuanto al origen sobrenatural, sino a las consecuencias de los milagros.» El uso del lenguaje de los autores del Nuevo Testamento, inspirados por el Espíritu Santo, no da lugar a la interpretación de que estas obras satánicas sean puro truco de prestidigitador.

Dijimos, también, que Apocalipsis 13 es un capítulo que trata el tema de la bestia (también conocida como Anticristo) y del falso profeta. Este capítulo revela, en el vers. 3, que la bestia tiene una herida de muerte, y que ésta es sanada. También nos dice, en el versículo 12, que el falso profeta “ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada“. Y en el vers. 13, agrega que:«También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres“.

La expresión griega, en los versículos 3 y 12, describe la herida mortal de la bestia. John Walvoord sugiere que: «Otro significado plausible es que el último líder mundial recibiera una herida que normalmente sería mortal, pero que habría de ser curada por Satanás.La resurrección de un muertoparecería estar fuera del alcance del poder satánico, no sin embargo la cura de una herida. Sea como fuere, lo decisivo es que el último líder mundial, evidentemente, llegará al poder mediante la obra sobrenatural de Satanás.»No creo que la explicación de Walvoord corresponda a esta cita. Más bien, creo que el texto apoya la idea de la muerte real y de la resurrección real de la bestia. Harris, explica que: «El argumento de que la herida es mortal, se ve apoyado por el hecho de que para el caso de la muerte y resurrección de Cristo se utiliza la misma expresión. Que Apocalipsis 5:6 describe al Cordero “como inmolado” (hos esphagmenen). Y que estas mismas palabras describen la herida que recibe la bestia (hos esphagmenen, en el cap. 13:3)» En base a esta gran similitud, Charles Ryrie expresa: “Si Cristo realmente murió, parecería que este líder de hecho también morirá. Pero su herida será sanada, lo cual sólo puede significar que habrá una reconstitución de la vida.»

Continuando, entonces, con el tema, vemos que: Por otro lado, “la palabra que se refiere al regreso a la vida de la bestia, es la misma que se emplea en el regreso a la vida de Jesucristo. Jesús es aquel, que “estuvo muerto y vivió“ (lo que se expresa con el vocablo “ezesen” en el cap. 2, vers. 8). Y la bestia será aquel “que tiene la herida de espada, y vivió“(lo que también se expresa con el vocablo “ezesen”, en el cap. 13, vers. 14).»

En Apocalipsis 17:8 y 11, y acorde con esta interpretación, hablando de la bestia, dice que “era y no es“. Esto bien podría referirse a la herida del Anticristo, del capítulo 13, versículos 3, 12 y 14. La expresión “y no es” hace alusión a la muerte física de la bestia, seguida por su “subir del abismo“ (en el cap. 17:8), que a su vez hace referencia al regreso a la vida (del cap. 13:14), y esto es lo mismo que su reaparición como octavo rey en el pasaje del cap. 17:11”, según escribe Harris. “La descripción de la bestia en Apocalipsis 17 contiene, de la misma manera, muchas similitudes con la bestia herida de espada que se curó.”

Hank Hanegraaff expresa, en su crítica a Tim LaHaye (quien apoya el argumento de la muerte y resurrección de la bestia):

“En la visión cristiana del mundo, tan sólo Dios tiene el poder de resucitar a los muertos. Si el Anticristo se puede resucitar a sí mismo de entre los muertos y, así, reinar en los cielos y la tierra, la cristiandad perdería el fundamento de su fe, ya que la resurrección habla de la deidad de Cristo.»</I>

Pero esto, como lo expresa Robert Thomas, «es una aceptación teológica y no una observación exegética». ¿Cómo es posible que alguien, de entrada, ya concluya que algo que es enseñado en las Escrituras contradice una visión cristiana del mundo? La pregunta debería ser: “¿Qué dice la Biblia?” Recién después de que las Escrituras nos hayan instruido, deberíamos formular una visión cristiana del mundo. Las suposiciones teológicas no deberían adelantarse a la exégesis de la Biblia. Si una cuestión es tratada de esta manera, casi todo podría explicarse como parte de una correcta visión cristiana del mundo y se podría usar este supuesto para argumentar contra verdaderas enseñanzas bíblicas. Aquellos de entre nosotros que concuerdan con el entendimiento de LaHaye, no necesariamente creen que Satanás es la fuente de estos acontecimientos sobrenaturales. De hecho, yo no lo hago.

2 Tesalonicenses, expresa lo siguiente: “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia“. Dios le permite a Satanás y a sus seguidores hacer estas cosas, de la misma manera como usaría cualquier herramienta humana para realizar verdaderos milagros. Harris escribe: “La posibilidad de que la bestia pueda volver a vivir (ya sea con el permiso soberano de Dios o a través de Su obra) no debería ser rechazada tan rápidamente.

En otras palabras: En base a la calidad única del tiempo de la Gran Tribulación, al incremento del poder satánico durante este período, así como a la ampliación de los parámetros divinos en relación a aquello que Él permitirá o en lo que directamente obrará, no es imposible que el Anticristo pueda volver a la vida.” De hecho, esta postura tiene más adeptos y representantes a lo largo de la historia, de lo que algunos creen.

No quiero decir que a través de los enfoques que le haya dado la gente a ciertas partes de la Biblia, éstos se vuelvan correctos. Pero, es interesante ver que hasta San Agustín pensaba de la misma manera que LaHaye (como se puede ver en su libro “La Ciudad de Dios”, en el capítulo 19). Otra persona de antaño, con similares creencias que LaHaye, fue Lactantius (quien vivió en el siglo 3; y escribió acerca de eso en el libro “Enseñanzas Divinas”, capítulo 17; en un comentario sobre Apocalipsis, capítulo 13). Otros representantes de esta postura, más contemporáneos son: L.S. Chafer, J.A. Seiss, Charles C. Ryrie, Leon Morris, Walter K. Price, Robert Govett y Robert Thomas.

Podríamos exponer aquí mucho más, tanto en material bíblico como en pruebas históricas, sin embargo, en esta oportunidad, lo dejaremos por aquí. ¡Maranatha – El Señor viene pronto!

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