Celebrando la recuperación

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La Dra. Andrea Ruíz Velit nos cuenta acerca de Celebrando la recuperación, un programa de rehabilitación para personas que luchan con todo tipo de problemas como adicción, ansiedad, depresión o malos hábitos. En el programa de hoy podrás conocer más acerca de este programa cristo céntrico, y cómo funciona.


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EA1023 – Entre Amigas –
Celebrando la recuperación



Entrevista a Andrea Ruíz Velit

Victoria: Queridas amigas, nos encontramos hoy con la doctora Andrea Ruíz Velit desde Lima, Perú, que llega para contarnos sobre una iniciativa que se llama “Celebrando la recuperación”. Andrea, te agradecemos por estar con nosotras y te queremos escuchar. ¿De qué se trata Celebrando la recuperación?

Andrea: Hola, Victoria, ¿cómo estás? Gracias por la invitación. Celebrando la recuperación es un ministerio que comenzó en una iglesia en Estados Unidos. Fue creado por uno de los que posteriormente se convirtieron en pastores de la iglesia, pero que antes de eso sufrió de alcoholismo. Este pastor, en años previos, cuando luchaba contra el alcoholismo, estaba prácticamente por perder a toda su familia y una de las condiciones que le colocó la esposa fue que se recuperara de esta adicción. Ellos ya conocían de Dios, pero pese a esto todavía tenían ciertas luchas. Es así como este pastor ingresa a lo que es el programa de Alcohólicos Anónimos, que es muy conocido a nivel mundial. Ese programa tiene una estructura que se basa en ir avanzando pasos, en total son 12, y tiene una organización muy ordenada, es decir, tiene ciertas reuniones grupales, hay ciertas reuniones un poco más íntimas, y en cada una de ellas se van trabajando cada uno de estos pasos, los cuales te permiten ir aceptando que tienes un problema y posteriormente afrontarlo y ver cómo manejarlo.

Alcohólicos Anónimos habla de que tú no puedes solo, de que tú como persona eres incapaz de solucionar el problema por ti mismo. Entonces ellos te dicen que existe un ser superior, al cual cada uno de nosotros somos libres de colocarle un nombre, a quien vamos a recurrir, y que este ser superior nos va a dar la fuerza para que nosotros salgamos del problema. Obviamente este pastor, que en este momento ya era cristiano, conocía de Dios, y conforme fue haciendo el programa se dio cuenta de que funcionaba, y realmente él pudo estar en un período de abstinencia por mucho tiempo. En Alcohólicos Anónimos se felicita mucho y se hace mucho hincapié en el tiempo que te mantienes en abstinencia. Se celebran las 24 horas, se celebran las primeras semanas, se celebra el mes, los seis meses, el año, los dos años, y son realmente victorias que celebran de manera conjunta.

Así es como este pastor se preguntó: ¿Qué pasa si a este programa lo hacemos cristocéntrico? Así es como nació Celebrando la recuperación o, como se llama en inglés, Celebrate recovery. Es un ministerio internacional que está prácticamente en todos los continentes, y que se maneja mucho en misiones. No es un ministerio que nazca propio, siempre tiene que depender de alguna iglesia, y estas iglesias tienen que estar bajo la cobertura de la iglesia principal o de alguna iglesia asignada.

En Celebrando la recuperación el primer paso es aceptar que no podemos solos, aceptar que tenemos luchas, malos hábitos, situaciones con las que venimos luchando día tras día, y que siempre al final del día decimos: No he podido. Estas situaciones que pueden ser pecados, malos hábitos, adicciones, interrumpen nuestra calidad de vida y menguan nuestra paz y tranquilidad. Por lo tanto, no tenemos una vida de acuerdo con la que Dios nos ha llamado a tener.

¿Qué situaciones podemos manejar en este programa? Manejamos personas con diferentes tipos de adicciones, adicciones químicas, como pastillas, cocaína, marihuana, algún tabaco; adicciones psicológicas, personas que tengan problemas de codependencia, personas que tengan problemas de alimentación, personas que son ansiosas, personas que no pueden dejar de comprar, personas que luchan con la ira, personas que luchan con trastornos sexuales, con pornografía, con masturbación, personas que luchan con algo aparentemente tan simple como la mentira, personas que en realidad tienen mucho temor. En el último año, a raíz de la pandemia, estamos manejando a personas que realmente tienen mucho temor. Esto es algo que intentamos manejarlo de una manera mucho más exhaustiva.

Es un programa que consta de 12 pasos, estos 12 pasos se basan en las bienaventuranzas, e igual 8 principios. Es increíble porque cuando el pastor comenzó a buscar la relación, todo estaba escrito en las bienaventuranzas. Entonces en realidad nació en el corazón del Padre en algún momento y, obviamente, Celebrando la recuperación es la confirmación de esto.

El programa tiene una estructura. Se maneja una reunión grande, en la cual se comparte una lección que generalmente cuenta con un acróstico, que es una manera de recordar los puntos generales que se han querido compartir. Posteriormente existen reuniones pequeñas en las cuales se separan entre hombres y mujeres y lo que hacen es enfocarse en un problema específico. Cuando los programas o ministerios recién están comenzando tienen todos los problemas conglomerados en un mismo grupo, pero poco a poco se van especificando en distintos grupos.

Victoria: ¿Qué otros pasos hay?

Andrea: El programa tiene una estructura en embudo. Todas las personas que participan del programa van al grupo grande, donde reciben una lección del pastor. Posteriormente nos reunimos en grupos pequeños y estos grupos pequeños se pueden separar, dependiendo de la cantidad de gente que haya, según problemas específicos. Por ejemplo, personas que luchan contra la ansiedad, contra trastornos alimenticios, personas que luchan con ideas suicidas, etc. Esa es una de las maneras en la que se podrían separar los grupos. Posteriormente existe un programa adicional que es el curso de los 12 pasos. No todos van, solo los que están interesados, y en esta parte se puede escudriñar un poco más el corazón de cada uno y te permite terminar de sanar mucho más.

Ahora, el programa tiene, al igual que en Alcohólicos Anónimos, un aspecto, que es que los integrantes reconocen, identifican, asumen que tienen un problema. Existe un saludo o una presentación típica, que en mi caso sería así: “Yo soy Andrea Ruíz, soy una creyente en cristo, y lucho contra la codependencia y los trastornos de alimentación”. Hay tres partes en esta presentación. Primero mi nombre, la identidad que tengo, dada por mis padres, y es la manera en la que yo figuro en mi documento de identidad, esa es mi identidad legal. Luego digo que soy hija de Dios, soy cristiana, esa es mi identidad ante Dios. Soy una hija de Dios, soy una hija del Rey y por lo tanto disfruto de todo lo que una hija del Rey disfruta. Recién después de que yo he reafirmado mi identidad de acuerdo con mi identidad legal y a mi identidad en Dios, recién ahí digo que lucho con algo. Yo no me identifico con mis luchas, yo me diferencio de ellas.

Ese es el problema con muchos de nosotros, por ejemplo, si yo sufriera de ansiedad, podría caer en esta manera de explicarlo: “Yo soy Andrea Ruíz la ansiosa”. ¿Qué estoy haciendo? Me estoy autodefiniendo como el problema con el que lucho. Y hay que tener algo muy claro: nosotros somos hechos a imagen y semejanza de Dios, y Dios no es un ansioso, Dios no es un adicto, Dios no es un codependiente. Nuestra identidad está en Dios, pero obviamente somos humanos y tenemos luchas, tenemos malos hábitos, podemos tener problemas con muchas cosas, y probablemente eso refleje algún problema interno que aún no hemos descubierto. Pero esta es la manera en la que nos presentamos y nos identificamos, separando nuestros problemas de nosotros mismos. Esto es muy importante tenerlo claro, cuando nos expresamos mal y declaramos con nuestra boca que nosotros somos el problema, no tenemos solución. Pero cuando nos identificamos como hijos de Dios que luchamos con algo y que estamos solos, porque Dios está con nosotros, inmediatamente lo vemos de una manera distinta. De esta manera, reafirmando esto con nuestra boca en todas las reuniones de grupos pequeños que tenemos, que se dan una vez a la semana, eso hace que nosotros comencemos a identificar y a trabajar sobre nuestras luchas. Eso es parte de lo que Celebrando la recuperación hace.

Ahora, lo que celebrando la recuperación propone no es tener una célula, no es tener una familia, no es tener un grupo de amor o de auto ayuda. Existen reglas dentro de Celebrando la recuperación que se cumplen dentro de cada una de las reuniones. La principal regla es la de la privacidad: todo lo que se habla dentro del grupo se queda dentro del grupo. Y otra es que no somos consejeros. Las personas que dirigimos los grupos tenemos luchas, al igual que el resto, y al tener luchas no estamos para dar consejo a nadie, porque Dios también está trabajando en nosotros. Nosotros lo que hacemos es guiarlos. Siempre después de la lección hay algunas preguntas relacionadas, que desarrollamos en los grupos pequeños. Son preguntas que nos permiten escudriñar el corazón. Nos hacen redescubrir cosas que tal vez no recordábamos, que tal vez habíamos ocultado en el fondo del corazón, y se usan una serie de herramientas que nos permiten comenzar a liberar y a encontrar situaciones que tal vez han pasado hace muchos años y que terminan siendo la raíz de muchos de los problemas que tenemos hoy en día. Es un trato de Dios con uno, nadie aconseja a nadie, nadie recibe una palabra de una persona, sino que es directamente Dios hablando al corazón de cada uno, y es Dios trabajando.

Los que hemos pasado por el programa antes, como en mi caso, sentimos un antes y un después. Muchas personas que conocieron a Cristo de adultos hablan de que tuvieron un antes y un después cuando recibieron a Cristo. Yo recibí a Cristo a los 18 años y sinceramente no tengo un antes y un después muy abrupto. A los 18 estaba en la Universidad, tenía una vida bastante agitada en el ámbito académico, no tenía mucho tiempo, y cuando conocí a Cristo conocí muchas cosas que no había conocido antes y experimenté el amor de un verdadero Dios y Padre, pero no es que haya cambiado mi manera de actuar de una manera drástica. Sin embargo, yo hice este programa en el 2018, 16 años después de conocer a Cristo, y realmente yo no estaba bien en ese momento. Había muchas cosas que se habían ido acumulando a lo largo de mi vida, situaciones, experiencias de los últimos años, y en realidad para mí el antes y el después es el haber hecho el programa de Celebrando la recuperación. Lo he dicho más de una vez, ese fue el año clave en el que yo decidí tomar el toro por las astas y buscar la solución a los problemas que tenía en ese momento. Aún sigo luchando con muchos, porque cuando nosotros enumeramos una lista de pecados y de luchas que podemos tener nos damos cuenta de que la lucha es muy larga, pero uno tiene que priorizar, hay mucho para trabajar, hasta el último día.

Celebrando la recuperación es un programa que consta de 24 lecciones y está hecho para desarrollarlo en 58 semanas, pero no es un programa que tenga inicio y fin. Todo el mundo puede ingresar al programa en cualquier momento, en cualquier semana. Adicionalmente, es un programa que, una vez que estás adentro, ya no quieres dejarlo, y quieres que otras personas compartan la misma sanidad que tu estás experimentando. Yo comencé siendo una participante, ahora dirijo un grupo pequeño de las mujeres que ingresan, y también estoy a cargo de la capacitación de las personas que quieren comenzar a guiar a un nuevo grupo. Yo espero que Dios me permita servir en Celebrando la recuperación todo el resto de mi vida, todo el tiempo que Él tenga designado. Es increíble de cuánta ayuda para todos, mujeres, hombres, quien sea. En Perú solo tenemos el programa activo para adultos, pero en otros lugares manejan un programa para adolescentes y para niños, y un programa para cárceles también. Es un programa que ha traído sanidad a muchas personas, porque transmite el mensaje de que siempre hay esperanza, ese es el mensaje que nos da Dios, que siempre hay esperanza.

Victoria: Muchas gracias por acompañarnos, sin dudas que es una muy buena iniciativa y muy útil en las manos del Señor. Muchas gracias, Andrea, por estar con nosotras, y a ustedes, amigas, las invitamos a que nos acompañen la semana que viene en un nuevo programa de Entre Amigas.

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