“Cómo vivir en Integridad”

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Título: Como vivir en integridad

Autor: Herman Harwich
PE1368

En este programa el Pastor Herman Harwich nos desafía a vivir una vida de integridad cerca de Cristo, nuestro salvador. Veremos la consecuencia del pecado en la vida del salmista David; en María y Aarón, a pesar del perdón que Dios otorgó a sus vidas


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Podemos escapar a las consecuencias del pecado, ¿se ha perdido el temor reverente de pecar contra Dios, se debe más a las consecuencias del pecado que a la ofensa contra Dios, se ha perdido la conciencia del pecado, se piensa en la posibilidad de que engañan a Dios? Mis queridos amigos todas estas preguntas y muchas más que podríamos formular quedan contestadas en este versículo de la palabra de Dios, la Biblia que voy a compartirles. En el libro de Hebreos capituló dos versos 2 y 3 dice así: porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿como escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? para reafirmar esta gran advertencia de parte de Dios podemos recordar estas otras palabras del apóstol San Pablo cuando escribe a los Galatas en su capítulo 6, verso 7, el apóstol nos advierte, no os engañáis Dios no puede ser burlado pues todo lo que el hombre sembrara, eso también segara.

Hace tiempo leí la siguiente historia un hombre tenía un hijo con su comportamiento dejaba mucho que desear, ni los consejos ni las serias advertencias de su padre hacían desistir al muchachito de su mala conducta. Un día el padre puso un gran tablero sobre la pared y le dijo a su hijo, mira por cada mala acción que cometas, clavaras un clavo en el tablero y por cada buena acción sacarás un clavo. Bueno, parece ser que el muchachito un siguiendo consumo la conducta pronto tuvo el tablero lleno de clavos, por fin reflexiono y comenzó a enmendar sus acciones, con el feliz resultado de que llegara el día en que arrancó el último clavo que quedaba del tablero.

Pronto el padre por cierto todo gozoso dio un abrazo a su hijo y al conservar que en el rostro del chico no se dibujaba alegría alguna, preguntó ¿pero hijo no estás contento arrancaste el último clavo? si papa, repuso el chico he arrancado el último clavo pero quedan los agujeros. Mis amigos, las consecuencias de nuestros pecados, de nuestras malas acciones y desvíos de Dios no lo podemos eludir, vamos a ver algunos ejemplos bíblicos. En la historia del rey David por ejemplo hacemos algo tremendo, algo que debería hacernos reflexionar y apartarnos de todo lo que no sea justo, recto y de conformidad con la palabra de Dios. Hacemos una pausa y continuamos.

Veamos el pecado de la ambición y sus consecuencias, hay una clase de ambición que podemos llamar sana, por ejemplo cuando una persona por las circunstancias de la vida llega a la edad adulta sin saber leer ni escribir, en eso llega a conocer a Cristo como Señor y Salvador, y yo mismo lo he experimentado con varias personas, comienzan a lamentarse de no poder leer la Biblia, quisiera leer la Biblia, entonces surge la ambición de poder llegar a leer y escribir. Y por ello a pesar de tener que trabajar duro para mantenerse y mantener a su familia dedican todo el tiempo disponible, y aún conozco amigos hermanos en Cristo que han llegado a sacrificar horas de sueño para lograr esa meta, su noble y sana ambición de aprender a leer. Sin embargo mis queridos amigos hay otra clase de ambición en el hombre, o ambiciones que ni son correctas y menos que puedan tener la aprobación de Dios.

Por ejemplo David en su gran ambición de conquista de algo que no le pertenecía tuvo que sufrir horriblemente, consiguió satisfacer sus bajas pasiones, ¿cómo?, consiguió la mujer de su prójimo, pero hizo eliminar al valiente y fiel servidor, y durante un año parece que David había visto su ambición colmada de éxito y cuando menos se esperaba David el aviso de Dios, el aviso de Dios que escudriña y que todo lo ve, se presentó el profeta Natán, que descubrió el terrible pecado de David y en el Salmo 151, se nos da el relato de la angustia y arrepentimiento de David, clama a Dios por perdón y no podemos dudar que el Señor en su gran misericordia le perdonó. Pero surge la pregunta ¿pudo David escapar a las consecuencias de su pecado? esta pregunta puede ser contestada con los hechos que veremos a continuación, acontecidos después de haber sido perdonado por Dios.

El primero, Tamar hija de David, es violada por su medio hermano Amnon, después Absalón uno de sus hijos, para vengar la violación de su hermana mató a su medio hermano Amnon. En tercer lugar Absalón se rebela contra su padre tratando de despojarle del reino. En cuarto lugar Joab el general del ejército a pesar de las advertencias de rey David para que no le hiciese daño a Absalón clavo tres dardos en el corazón del joven, y por último Dios no le permite a David que edifique el templo, estas son las consecuencias de esa triste ambición. Volvemos a repetir nuestros textos; porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?, y Pablo a los Galatas; no os engañáis Dios no puede ser burlado pues todo lo que el hombre sembrara. No podemos eludir el pago que nuestros pecados merecen, es posible que no sea en este año ni en el próximo pero esto sí, recibiremos la justa retribución en el tiempo que a Dios le plazca. Vamos a ver otro pecado, y lo antes escuchemos unos compases de música.

Veamos ahora el pecado del día y la difamación, en el libro de Números capítulo 12 verso 1, se nos dice que María y Aarón, eran a manos del patriarca Moisés, hablaron contra Moisés. Al parecer no les gustaba que Moisés hubiese tomado por esposa a una mujer etíope, pero saben que el fondo de la cuestión era otro. Pues leemos en el versículo dos, pues dijeron ¿solamente por Moisés ha hablado Dios, no ha hablado también por nosotros?. Y dice la escritura que lo oyó Jehová, no encontramos ninguna queja ni lamento de parte de Moisés ante tan tremenda injuria, no pide fuego del cielo contra sus detractores, le basta el saber que el Señor conoce toda la trama, dice: y lo oyó Jehová. Dios da a Aarón y a María la impresión la impresión que tiene de su siervo Moisés al decir en el versículo siete: no así a mi siervo Moisés es fiel en toda mi casa.

Podemos recordar las palabras de Jesús cuando dice en las bienaventuranza, bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan diciendo toda clase de mal contra vosotros, mintiendo, Mateo 5:11. Alguien dijo en una ocasión Dios no nos ha puesto para juzgar a los hombres sino que nos ocupemos de nuestra salvación con temor y temblor. Dios no desea que miremos la paja en el ojo ajeno veamos la viga que está en nuestro ojo con pena, dolor, y sincero arrepentimiento. Las normas que el maestro nos da para nuestra actuación con nuestros semejantes es esta que encontramos en Mateo 5: 44, pero yo os digo amad a vuestros enemigos bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan, y os persiguen.

En la represión de Dios a María y a Aarón leemos en Números 12:8, porque pues no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés. Se cuenta que en un pueblo falleció un hombre malvado, y las personas que discrepaban de la actitud del pastor, se frotaban las manos diciendo veremos si hoy habla de virtudes. En el sepelio del pastor comenzó hablar frente a una concurrencia mayor que la acostumbrada, y dijo: no se puede negar que el difunto era un hombre, y como hombre tan imperfecto como cada uno de los que estamos aquí, pero y durante esa pausa todas las miradas se posaron en el pastor, quien dijo nunca podré olvidar sus virtudes. Que interesante. Las consecuencias del pecado de María y Aarón las hayamos en el mismo capítulo 12 de Números que dice, entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos y se fue y la nube se apartó del tabernáculo y he aquí que María estaba leprosa como la nieve. Moisés el hombre ofendido y dañado tuvo una buena actitud, y ora a Dios, clamó a Dios diciendo: te ruego Dios que la sanes ahora, María fue echada por siete días del campamento leprosa apartada del resto del pueblo que conoció muy de cerca tan terrible castigo. Dice la escritura porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? mis queridos amigos reflexionemos en esta necesidad.

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