De la Inseguridad del Mundo a la Seguridad Profética (2ª parte)
24 agosto, 2010La Locura de un Joven
24 agosto, 2010De la Inseguridad del Mundo a la Seguridad Profética
(3ª parte)
Autor: Norbert Lieth
La inseguridad de los pueblos del mundo se refleja actualmente en todos los ámbitos. “Dios hace nulo el consejo de las naciones y frustra las maquinaciones de los pueblos”, dice la Biblia. Las grandes potencias mundiales están limitadas por la impotencia humana, pero Dios es Omnipotente.
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PE1527 – De la Inseguridad del Mundo a la Seguridad Profética
(1ª parte)
Hola amigos! Habíamos hablado de la inseguridad del mundo. Como todas las cosas parecen estar construidas sobre arena. Y como las cosas que parecían prometedoras, terminaron en desilusión y disconformidad. Luego, comenzamos a ver algo de la seguridad profética. Y expusimos algunos ejemplos de cómo el libro de Isaías concuerda, increíblemente, con el Nuevo Testamento. Después vimos como la venida del Señor en gloria se anuncia en varias etapas. Primero: El contraste entre la inseguridad de los pueblos y la seguridad eterna de la Palabra de Dios.
Segundo: El arrebatamiento.
Y tercero: La gran tribulación.
Analicemos ahora: La seguridad del Dios incomparableIsaías 40:18 dice:“¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?”Israel está buscando seguridad de muchas y variadas formas, porque ha perdido de vista la seguridad que brinda el Dios incomparable. Pero solamente en el Dios verdadero, quien escribió las profecías que se cumplieron en Jesucristo, el hombre encontrará la meta. ¡Y esta seguridad la necesitamos más que nunca!
Israel fue elegido:“Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron”(nos dice Isaías 41:5) – y aquí se ve la inseguridad.“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo”(afirma Isaías 41:8) – y aquí se ve la seguridad. La elección de Israel se basa en la amistad entre Dios y Abraham (como podemos ver en Santiago 2:23) y encuentra su máximo esplendor en el siervo Jesús. Por eso Dios no renuncia a su amistad, Él no es como nosotros los hombres, no es como los políticos (esto lo podemos vislumbrar en Gálatas 3:17). ¿Qué mejor que tener a Dios como amigo? ¿Si Él está con usted, quién estará en su contra? Ni siquiera la muerte lo podrá separar de Él (como dice en Romanos 8:37 al 39). Y Jesús dice en Juan 15:14:“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”.
La fiel amistad de Dios está comprobada: Isaías 41:9 dice:“Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché”. Primeramente, Dios guió a su amigo Abraham desde los confines de la tierra (Ur de los caldeos) a la tierra de Canaán, y le prometió la tierra por posesión eterna (como podemos ver en Génesis 17:8). Pero, el profeta Isaías no limita esta expresión solamente a Abraham, sino que lo relaciona proféticamente con un último retorno de la simiente de Abraham, el pueblo judío. Éste es el sentido de la profecía para Israel y el contexto en el libro de Isaías. Por eso, Isaías también habla en plural: “Porque te tomé delos confinesde la tierra, yde tierras lejanaste llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y note deseché”.Abraham no vino de los confines de la tierra, ni desde tierras lejanas, pero sí su descendencia. Así lo estamos viviendo desde hace algunas décadas (y esto se menciona en Deuteronomio 30:4 en adelante). ¡Esta generación descendiente de Abraham no es desechada, de eso se trata! Que Israel exista como estado es una prueba tangible de la fiel amistad de Dios hacia Abraham.
Por un lado, Israel no tiene de qué preocuparse:“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”(dice Isaías 41:10). Este llamado a no temer se repite en los versículos 13 y 14. El profeta puede ver que su pueblo se encontrará atemorizado una y otra vez, hasta el final; la historia también así lo confirma. Es el temor al acoso, al abandono, al aislamiento y a la inseguridad. Por eso, la continua respuesta del Señor ante estos temores. Aquí, la seguridad de Dios sale al encuentro de la inseguridad de Israel.
Existen seis fundamentos por los que el remanente creyente de Israel no necesitará temer más en el futuro. Y estos fundamentos son mejores que el ejército israelí, la política, la ONU, Estados Unidos, o la Unión Europea. Y son los siguientes:
- “yo estoy contigo”
- “yo soy tu Dios”
- “yo te fortalezco”
- “yo te ayudo”
- “yo te sostengo”
- “… por la diestra de mi justicia”
<ESTOS
Por otro lado, las naciones tienen una buena razón para temer, porque así dice Isaías 41:11 al 13:“He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”. Leon de Winter escribe: “Los países islámicos nunca aceptarán al Israel de hoy como igual a ellos… Israel está rodeado por Irán y Siria, el Hisbollah y el Hamas; y su dirigente, el presidente Mahmud Ahmadinedschad, expresa claramente su más profundo deseo: eliminar a Israel, castigar la arrogancia de los judíos y degradarlos a una minoría bajo el poder islámico”.
Pero a pesar de los infames acosos, las arduas persecuciones y los más brutales intentos de exterminarlos durante casi dos mil años de dispersión, el pueblo judío no ha sucumbido, ¡al contrario! Los enemigos de Israel de ayer, hoy y mañana, pasaron mal, están pasando mal y continuarán pasándola mal. Napoleón, durante su invasión hace doscientos años, dijo: “¡La historia mundial no se decidirá en Occidente, sino en Oriente!” Peter Scholl-Latour cita a su profesor de árabe Jacques Berque: “¡El destino de Jerusalén no es una cuestión de política; el destino de Jerusalén es cuestión del juicio final!” Y Siegfried Schlieter comenta: “La cuestión acerca de Jerusalén es políticamente imposible de solucionar.
Recién se decidirá en el día del juicio final”. El desierto floreciente y la existencia de asentamientos judíos es una prueba de que Dios actúa en la actualidad y continuará actuando en el futuro. Así leemos en Isaías 41:17 al 20:“Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé.En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente,para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó”.
Podemos confiar en la palabra profética de Dios. En Isaías 41:23 y 24 leemos: “Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió”. La insensatez de las religiones, el descreimiento y la inexistente integridad de la política, sus pronósticos incumplibles y su fluctuante accionar están en claro contraste con la veracidad de las profecías de Dios. Con respecto a la seguridad de la profecía bíblica leemos en Isaías 46:9 al 13:
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero… Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sión, y mi gloria en Israel”.
Con Jesucristo y la justicia de Dios comenzaráun nuevo capítulo para Israel y para todo el mundo. Por esto se cumple todo lo anunciado, por esto todo es proféticamente tan seguro, por esto Israel tiene un futuro. Y este Jesús es quien le brinda a usted esta seguridad eterna. Sin Él no tendrá un fundamento firme bajo sus pies. El siguiente relato lo ilustra acertadamente:
“Cuando Enrique VIII de Inglaterra (quien vivió entre 1491 y 1547) estaba en su lecho de muerte, llamó a su bufón… Entonces el Rey dijo: “Amigo, ahora me tengo que ir”. “¿A dónde?”, preguntó el bufón. “Eso no lo sé”. “¿Cuándo volverá?”. “No voy a volver”. “¿Quién irá con usted?” “Nadie”. “¿Se ha preparado, entonces, para este viaje?” “No”. Entonces el bufón tomó su vara de bufón y su capa y las dejó sobre la cama del rey, diciendo: “Majestad, usted una vez me dijo que le diera esta vara a la persona que fuera más insensata que yo. Usted es esa persona, ya que se irá ahora, no sabe a dónde, no tiene acompañante, y no se ha preparado para este viaje ”.Acepte la justicia de Dios, está cercana a su corazón. Es el Señor Jesucristo, Él quiere ser su acompañante, su seguridad. Vaya con Él hacia una nueva vida.