Donde no hay paz hay…

Título: Donde nohay paz hay …

Autor: Herman Hartwich
NºPE1394

En este programa Herman Hartwich nos desafía a vivir de una vida diferente, confiando en Cristo y recibiendo la paz que nos ofrece. El famoso escritor modernista y visionario Heriberto Wells, lamentablemente incrédulo escribió estas palabras: «no puedo ajustarme para obtener paz fecunda a los 65 años de edad todavía estoy buscando esa paz». Esto es algo increíble y muy triste.  Una persona tan capaz tan aparentemente tan inteligente, escritor, visionario, y sin embargo llegó a los 65 años , no conoció la paz que anhelaba. Usted puede encontrarla en Cristo

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Qué tal mis amigos es un placer estar junto a ustedes en esta oportunidad nueva para mi y quisiera reflexionar bajo el título «donde no hay paz hay …» . En verdad que las palabras que registra el evangelista Lucas en el capítulo 21 de su evangelio hablando acerca de las señales de los últimos tiempos dice que en la tierra habría angustia de las gentes confundidas a causa del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Es verdad que los días que estamos viviendo están marcados por el signo de la incertidumbre, de la desorientación y el temor. Las enfermedades nerviosas y mentales están a la orden del día. Muchas veces he compartido con ustedes la expresión que alguien dijo que las salas de los consultorios psiquiátricos se van llenando en la medida que los templos se van vaciando. Nosotros podemos resumir todo esto con una expresión como un hay falta de paz interior, hay falta de paz interior. Es muy probable entre mis queridos y amables oyentes en este momento estén diciendo tiene razón, no tengo paz interior.

Como nunca antes las palabras de la Biblia con respecto al hombre cobran dolorosa actualidad cuando por boca del profeta Isaías encontramos que decía Dios quebrantamiento y desventura hay en sus caminos y no conocieron camino de paz. Mi querido amigo oyente es posible que te encuentres tu también entre el alto porcentaje de personas que carece de paz. Si es así permíteme que por algunos momentos te indique algunos motivos que determinan la falta de paz en el corazón. Primeramente tal vez tú no tienes paz porque vives alejado de Dios. O ni siquiera creen en El.

Quien se aparta de Dios según de a sí mismo en un lago de miseria y desesperación. Quiero traer a la memoria las palabras del famoso San Agustín cuando dijo tuvo Dios nos has creado para que seamos tuyos, y nuestra alma no halla reposo hasta que descanse en ti. Mis queridos amigos bien podemos decir que quien proscriba a Dios del horizonte de su vida espiritual en vano buscará la paz. En nuestro ministerio en nuestra tarea pastoral, cientos de personas están can do la paz, consultan, preguntan, pero quien decide dejar a Dios a un lado nunca ha cerrada la paz. Hay ejemplos por millares pero no voy a referir, por ejemplo al famoso escritor modernista y visionario Heriberto Wells pero lamentablemente incrédulo que escribió estas palabras, escúchenme atentamente lo que este hombre escribió «no puedo ajustarme para obtener paz fecunda a los 65 años de edad todavía estoy buscando esa paz». Que increíble.

Una persona tan capaz tan aparentemente tan inteligente, escritor, visionario, y sin embargo llegó a los 65 años y no conoció la paz que anhelaba. En segundo lugar es posible que tú falta de paz tenga por causa la presencia del pecado en tu corazón. Porque toda forma de pecado que echa sus raíces en nosotros no priva de la paz interior. Si mis amigos, el pecado priva de paz interior. Posiblemente preguntas como muchos, y bueno ¿qué cosa es el pecado?, bueno para responder a esta pregunta que muchos chicos, inclusive muchos iniciales que están en la secundaria nos hacen, ¿qué es pecado?, por supuesto que nada mejor que acudir a la palabra de Dios para obtener la respuesta correcta. Allí se nos dice por boca del apóstol Pablo a los Galatas, manifiestas son las obras de la carne que son, y escuché la lista no son palabras raras ni extraterrestres son palabras de nuestro ambiente, que están en nuestro diario vivir, manifiestas son las obras de la carne que son: adulterio, fornicación, y inmundicias. Notemos que son temas que tocan lo que llamaríamos o resumiríamos en la inmoralidad. Inmoralidad continúa con la idolatría, la corrupción espiritual, continúa con las enemistades, celos, iras, altercados, envidia, homicidios que tocan todo en cuanto a nuestra relación con nuestro prójimo, con nuestros semejantes, borracheras, glotonerías con nuestro desorden en los deseos pecaminosos de nuestra propia carne, pero dice y cosas semejantes a estas ósea la lista sería muy larga. Pero agrega la Biblia, los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. Cuán terrible es el pecado mis queridos amigos, cuán terrible es el pecado. No roba la paz en esta vida presente y por otro lado nos cierra el cielo en la eternidad. Ahora prosiguiendo al análisis de aquellas cosas que te impiden alcanzar la tan anhelada serenidad interior, la paz interior en tercer lugar podemos decir que tal vez ha puesto todo tu afán en los placeres, en los negocios, en la gloria de este mundo, creciendo allí encontrar la felicidad. Cuántas personas, realmente han probado de todo, han buscado de todos los placeres que este mundo le puede brindar, han disfrutado del éxito total en la parte económica, hasta han logrado fama en el mundo artístico, en el mundo musical y en distintos órdenes.

Pero sin embargo se encuentran tan vacíos como el peor fracasado de nuestra sociedad. Por cierto esa es una empresa inútil buscar la felicidad en los placeres, en los negocios en las glorias. Y tenía razón un viejo escritor, un poeta Amado Nervo, quizás muchos de ustedes han escuchado y han leído sus versos, él dijo: en vano queremos cubrirnos de flores, callar nuestras penas, mostrarnos contentos, no pueden las glorias del mundo quitarnos las nieves de dentro. Ahora quizás todo cuanto estamos diciendo no contemple tu caso personal. Es posible que como muchas personas y quizás me atrevería a decir hasta como la mayoría de las personas tú crees en Dios, no ha manchado tu vida con pecados groseros, te has apartado de las vanidades del mundo pero he aquí en tu afán por lograr la salvación de tu alma justamente descansas en tu buenas obras, quizás en tus oraciones quizás en tus ayunos, en una palabra en tu religiosidad.

Y justamente en todo esto radica tú falta de paz y seguridad interior. No es que estas prácticas sean malas en sí mismas, de ninguna manera, pero ninguna de ellas puede reemplazar al único de cuyas manos podemos recibir el perdón, la salvación, y la vida eterna. Y me imagino que tú estarás pensando lo correcto, que me estoy refiriendo a Jesús.

A Jesús el único Salvador de la humanidad, del mundo. La Biblia dice y este es el testimonio que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida esta en su hijo, el que tiene el hijo tiene la vida el que no tiene al hijo de Dios no tiene la vida. Mi amado oyente te pregunto ¿tienes tú el hijo de Dios por la fe en tu corazón?, si le tienes a él tienes paz verdadera porque él es llamado de la Biblia príncipe de paz. Pero si no le tienes es el momento en que tú te diriges a él y le confiese tu estado espiritual y anímico, tus temores, tú falta de paz, pídele que te perdone y que entre a morar en tu corazón trayendo paz y seguridad. Dijo contigo las palabras de un viejo himno cristiano que dice: alma triste que en robo conflicto te vez, sola y débil tu senda al seguir, has de Cristo el amigo fiel siempre es y su paz podrás de él recibir.