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Autor: Esteban Beitze

Dios nos ama tanto, que siempre levanta algún “Eliseo” que nos llame la atención acerca de algún peligro, el que nos señala puntos débiles que quizás ni nosotros creemos tales. Demos gracias por estos mensajeros de Dios y seamos sabios aceptando su consejo.


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PE2957 – Estudio Bíblico
El llamado de Eliseo (54ª parte)



HISTORIAS DE ESPÍAS (2R.6:8-24)

La Biblia es un libro maravilloso. Aparte de sus enseñanzas espirituales, tiene temas de interés para todo tipo de personas.

De adolescente me leía todas las historias de espías y estrategias de batallas que podía conseguir. Me fascinaba leer acerca de personas que se introducían detrás de las líneas enemigas o hasta se infiltraban en el gobierno de otros países para sacar información de dónde iban a realizarse los próximos ataques a su país y así evitarlos.

Un caso casi único en la historia de espías es el de Eli Cohen. Era un judío nacido en Egipto que luego se estableció en Israel. Allí lo reclutó el servicio de inteligencia israelí. Se le dotó de una identidad falsa como un árabe sirio que volvía a Siria tras vivir en Argentina.​ Para establecer su coartada, Cohen se fue a Argentina en 1961 y al año siguiente se mudó a Damasco. Se ganó tal confianza en el gobierno y círculos militares que tuvo acceso a mucha información ultrasecreta que luego hacía llegar a su país salvando muchísimas vidas compatriotas. Después de años de una tarea de inteligencia casi increíble, fue descubierto por especialistas rusos y sufrió la pena de muerte.

Aún hoy en día, los servicios secretos de los diferentes países no escatiman esfuerzos, dinero y hasta vida humanas, con tal de tener información acerca de los peligros que podrían venir de países hostiles.

1. ATAQUE ARMADO SIN IGUAL

Ahora vamos a analizar una historia que se desarrolló entre los mismos pueblos, Israel y Siria, pero donde el espía ni siquiera tuvo que ir al exterior e igual supo todo lo que planeaba el enemigo y lo avisaba a su gobierno. Esto se encuentra relatado en 2ª Reyes 6: “Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse. Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel? Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta. Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán. Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.”

A. Información del enemigo

El rey Ben-adad de Siria, ideaba planes para ocasionar el mayor daño posible a Israel. Pero sucedía algo incomprensible. Toda estrategia ideada, era vuelta inoperante, porque la información precisa le llegaba al rey de Israel. No había necesidad de micrófonos o cámaras ocultas, no había drones espías sobrevolando el enemigo, ni necesidad de fotos satelitales de movimientos de tropa, sino que era Dios mismo quien le revelaba al profeta Eliseo, donde los sirios iban a hacer alguna incursión destructora al territorio de Israel. Esta actividad bélica no era menor. Recordamos que en una de estas incursiones habían llevado cautiva a la niña que luego trabajaba como esclava en la casa del general sirio Naamán (5:2,3).

Ahora bien, como esta filtración de información se volvió recurrente, con el tiempo, el rey sirio empezó a desconfiar de los suyos con los cuales se reunía en secreto. ¿Cómo era posible que los israelitas siempre estuvieran sobre aviso? Debía haber algún espía entre ellos. Ahí le contaron del profeta Eliseo, quién siempre le daba el aviso de las movidas militares sirias al rey de Israel.

En nuestra historia encontramos a dos reyes y dos siervos que les alertan acerca de peligros. En la corte del rey sirio Ben-adad, alguien le avisa acerca del poder sobrenatural dado por el Espíritu de Dios al profeta Eliseo. En la corte del rey Joram de Israel, es Eliseo que advierte acerca de las intenciones del enemigo. En el primer caso lleva a que su rey decida acabar con el informante y, en el segundo caso, el rey hace caso a las advertencias evitando el daño que el enemigo quería ocasionar.

Acá ya tenemos unas primeras lecciones para la actualidad.

No existe nada que el ser humano pueda hacer, decir, ni siquiera pensar, que Dios no lo sepa. Llegará el día que incluso las intenciones de nuestro corazón serán juzgadas. Pablo escribe al respecto: “…el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios” (1Co.4:5b).

Para el rey impío, el hecho que otro supiera hasta sus más íntimos pensamientos era aterrador. A esta persona había que aniquilarla.

Siempre es así con el que a sabiendas hace lo malo. Su conciencia lo acusa, el pensamiento en un Dios omnisciente y juez justo lo asusta. Cuando Jacob huía después de estafar a su hermano y engañar vilmente a su padre, Dios en su misericordia se le manifestó. Aterrado Jacob exclama: “…Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.” (Gn.28:16,17). En cambio, David, sobrecogido acerca de la omnisciencia de Dios exclama: “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo” (Sl.139:17,18).

Queramos aceptarlo o no, nos guste o no, Dios es omnisciente. ¡Vivamos en función de esta realidad!

Otra lección tiene que ver con lo que ser humano hace con los buenos consejos. Aunque hubo dos siervos que alertaron a sus respectivos reyes, ellos tomaron diferentes decisiones. El rey sirio decidió atrapar al profeta, el que avisaba de sus malas intenciones, probablemente con la intención de matarlo. El rey de Israel en cambio, se dejó advertir del peligro. Después de la advertencia del hombre de Dios, “…el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse” (6:10). Aunque no era un rey que buscara la voluntad de Dios, al menos era lo suficientemente objetivo como para aceptar un consejo oportuno.

Sin embargo, ¡cuántas veces se suele desechar el consejo adecuado, o porque proviene de alguien que no nos cae bien, o porque somos demasiado orgullosos como para aceptar una recomendación, o porque simplemente queremos hacer nuestra voluntad, aun si esta puede traer graves consecuencias! ¡Cuántos han desechado el acertado consejo o advertencias por parte de padres, maestros, pastores o amigos creyentes, y luego lo terminaron lamentando!

Dios nos ama tanto, que siempre levanta algún “Eliseo” que nos llame la atención acerca de algún peligro, el que nos señala puntos débiles que quizás ni nosotros creemos tales. Demos gracias por estos mensajeros de Dios y seamos sabios aceptando su consejo. Salomón nos aconseja: “Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida” (Pr.4:13). “No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño; Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!” (Pr.5:10-13). Un caso clásico de este lamento podemos observar en la historia del fuerte Sansón. Él no se dejó aconsejar por sus padres y desechó la Palabra de Dios respecto de unirse con mujeres que no eran del pueblo de Dios. Ahí lo encontramos recostado junto a la perversa Dalila en la tierra del enemigo. Se creyó más fuerte e invulnerable. El resultado fue que perdió la fuerza, la vista y luego incluso la vida. ¡Dejémonos alertar y seamos precavidos de nuestros puntos débiles! Quizás alguien nos ha dicho o nos ponga por sobre aviso respecto a alguna actitud, decisión, amistad o negocio diciendo: “Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios (el peligro) van allí”. ¿Cómo lo tomamos? Quizás alguien en tu entorno te ha estado alertando, aconsejando. Ponerlo delante de Dios, analízalo frente a los principios bíblicos. Sigue el consejo, para el bien de tu vida. seamos humildes en aceptar consejos, es para nuestro bien, y también la gloria de Dios. El señor nos quiere ayudar en eso. Dios los bendiga.

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