La Apostasía
21 febrero, 2008El futuro de Babilonia – (1-3)
21 febrero, 2008Título: «El Perdón: una palabra maravillosa»
Autor: Herman Hartwich
Nº PE1308
En este programa Herman Hartwich comparte con todos los oyentes las bases del perdón.
Entre ellas se encuentran: el arrepentimiento, la petición del perdón y la purificación. El perdón cancela el pasado y nos permite comenzar de nuevo
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Una de las palabras mas bellas del vocabulario de los seres humanos es la del perdón. Si todos aprendiéramos lo que significa esta palabra, se evitarían tantos dolores! Y muchas consecuencias desgraciadas mis queridos amigos y hermanos! El dulce salmista de Israel, ese cantor maravilloso nos comunicó parte de la emoción que experimentó emocionalmente después de pedirle a Dios, por ejemplo en el salmo 51, verso 2: lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado, pero también en esta conexión por su pecado, también en el salmo 32, versos uno y dos, él legó a decir bienaventurado o lo que nosotros podemos llegar a traducir también dichoso.
O feliz aquel cuya trasgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová, no culpa de iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño. Podríamos decir de un plumazo el perdón cancela el pasado y nos permite comenzar de nuevo.
El evangelista Billy Graham dijo: el perdón no es una frase casual, es la eliminación de toda nuestra suciedad degradación del pasado, el presente y el futuro. La única razón por la que nuestros pecados pueden ser perdonados, es que en la cruz, Jesucristo pagó completamente el pecado por ellos. Sin embargo solo podemos obtener el perdón si nos postramos a los pies de la cruz llenos de constricción en confesión y llenos de arrepentimiento. Pero mis queridos amigos quisiera invitarles a ver las bases del perdón. Primeramente según lo que somos y hemos hecho, esto es arrepentimiento. El salmista en el salmo 51 que ya leí pero en los versículos 3 y 4, dice: porque yo reconozco, mis rebeliones y mi pecado está siempre delante de mi. Contra tí, contra ti solo he pecado y e he hecho lo malo delante de tus ojos. Mi amigo, la base del perdón es el arrepentimiento.
Has llegado a este punto de sentirte compungido en tu corazón dolido en tu corazón porque has pecado contra Dios? Porque eres y porque soy un pecador delante de Dios pero además la segunda parte de la base del perdón es la petición del perdón. O sea la confesión en el mismo salmo en el verso 7 y 9, dice David, purifícame con Hisopo y seré limpio. Lávame y seré más blanco que la nieve. Esconde tu rostro de mis pecados y borra todas mis maldades. Arrepentimiento y confesión van de la mano. Nunca podemos separarlos. No puede haber confesión sin arrepentimiento y ni arrepentimiento sin confesión. Para obtener el perdón tú debes estar de acuerdo con Dios referente al pecado de tu vida. Como yo del pecado en mi vida; esto es confesar. Estar de acuerdo con Dios, pero algo muy maravilloso, algo tremendo es ver el resultado del perdón.
Primeramente en los resultados del perdón tenemos la reconciliación. Cuando Dios nos perdona, hay una cambio inmediato y completo de nuestra relación con él. En lugar de hostilidad de ese temor de esa sensación de que él está lejos, hay amor y aceptación, en lugar de enemistad hay amistad. Porque dice el Apóstol Pablo en 2 Corintios 5:19, Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo no tomándoles en cuenta los pecados a los hombres. EN segundo lugar tenemos en cuenta la Purificación la esencia misma del perdón es nuestra restauración a nuestra posición original delante de Dios. Decía David, purifícame y seré limpio. Lávame y seré más blanco que la nieve.
El Apóstol Juan dice: si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda nuestra maldad. Otro aspecto de la purificación es que Dios se olvida de nuestros pecados cuando nos lo perdona. Esto es maravilloso, Dios no es como nosotros que decimos: te perdono, pero no lo olvido. Dios sí que lo olvida y mira lo que dice en Hebreos 8:12 porque seré propicio a sus injusticias y nunca más me acordaré de sus pecados y sus iniquidades. También dice en el libro de los salmos y en Isaías que Dios echa a lo profundo del mar nuestros pecados pasados o echa tan lejos de nosotros como el oriente del occidente te das cuenta de lo que significa esto mi amigo, mi hermana?
De que Dios olvido tus pecados y que te ha perdonado? En tercer lugar tenemos la solución. El perdón hace que Dios abandone sus acusaciones contra nosotros. Él no aplicará el castigo que merecen nuestras culpas. Esto es tremendo, esto es la misericordia de Dios. Jesús le dijo a la mujer sorprendida en adulterio, ni yo te condeno, vete y no peques más. El apóstol pablo también dice en Romanos 8:1 ahora pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, Los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Pero mis queridos amigos, radioescuchas, debemos tomar en consideración 3 aspectos distintos. El perdón de Dios, el perdonar a quienes nos han ofendido, y el perdonarnos a nosotros mismos, dejando atrás nuestro pecado. Si tu mi amigo no eres cristiano todavía tú tienes que asegurarte, de algo tremendo.
De esta verdad, que Dios entiende tu pecado, Dios entiende tu situación y sabe como resolverlo. Muchas personas entienden que no tienen solución. Que no tienen esperanza porque sus pecados son tan graves, tan profundos, tan fuertes, y llegan a decir personas, ni Dios me puede perdonar. Te equivocas, el Señor perdona los pecados, el Señor perdona a todos aquellos que vienen a él, arrepentidos y dolidos confesándole, pidiéndole perdón. Él les asegura que les concede el perdón. Pero también hay personas que también siendo Cristianas, lamentablemente viven una vida de resentimiento y de amargura porque a veces han sido ofendidos han sido lastimados por sus propios hermanos cristianos. Y vivir resentido o amargado es una actitud muy mala.
Primero de todo necesitas poner en orden tu propia vida. Tienes que poner en orden tu propia vida, confesándole a Dios, ese resentimiento porque no es bueno. Ni debes, no tienes que mantener dentro de ti un resentimiento y una amargura, debes considerarlos como verdaderos pecados y confesarlos a Dios. Además debes perdonar. Debes perdonar a los que te han lastimado. Debes perdonar a los que te han hecho mal. A los que te han agredido porque el Señor Jesús nos enseñó que orando debemos perdonar para que nosotros seamos también perdonados. Pero por último. Hay cristianos que no se pueden perdonar a sí mismos.
Hay realmente personas que si bien han manifestado, un cierto arrepentimiento para con Dios, a veces hasta con su prójimo o con su hermano viven todavía atados a las cadenas, de esa falta de perdón a sí mismos. Por cosas que han hecho en el pasado. Para esto yo creo que la solución es un acercamiento en arrepentimiento y confesión sincera delante de Dios, de todos los pecados. Me viene a la memoria aquella mujer que fue sanada del flujo de Sangre, cuando Jesús dijo, ¡Quién me ha tocado? Y los discípulos y los discípulos del Señor dijerom, pero Señor todos te han tocado! Y dices quién me tocó?
Te están aprentando, pero aquella mujer tuvo temor, y se acercó a Jesús y le dijo toda la verdad. Esto es algo importante para ti mi hermano que quizás estás atado con la falta de perdón a ti mismo. Dile toda la verdad de tu vida a Dios, sin esconder nada. Sin tapujos y experimentarás la verdadera libertad. Porque Jesús aseguró, si el hijo os libertare seréis verdaderamente libres. Y decía también yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo y no me acordaré de tus pecados. Si él no se acuerda de tus pecados pasados no tienes por qué tú traerlos al presente. Que Dios te bendiga.