Filemón III / Lo que hace posible el amor 2/4

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Titulo: Filemón III / Lo que hace posible el amor 2/4
  

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1184
 

Pablo se gozaría en el Señor y sería confortado en Cristo, porque el poder del evangelio de Jesús sería manifestado a través del perdón de Filemón.

Podemos beneficiarnos mutuamente, confortarnos y alegrarnos, cuando damos lugar al amor que no toma en cuenta el pecado.


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Filemón III / Lo que hace posible el amor 2/4

Hola querido amigo! Seguimos estudiando la carta del Apóstol Pablo a Filemón, y quiero decirle que el perdón nos llena de gozo!

Versículo 20:«Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor.»

Es impresionante ver como Pablo aplica todo lo dicho anteriormente para ganar a Filemón, y poder cumplir con su objetivo.

Veamos algunos puntos.

1. Ser de provecho

Traduciendo literalmente el versículo 20 sería así: «Quisiera tener provecho de ti…» Este juego de palabras es muy interesante, como ya hemos mencionado Onésimo significa «útil» o «provechoso». A causa de su falta se había vuelto inútil, pero a través de su conversión se había vuelto útil otra vez:«te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil»(Film. 10-11).

Ahora Pablo emplea nuevamente estas palabras, pero las aplica a Filemón, mostrándole así su responsabilidad: «Ahora se trata que tú Filemón me seas útil, perdonando a Onésimo y recibiéndolo nuevamente.»

Todo lo que hagamos debe ser de ayuda y de provecho:«No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario»(Ef. 4:29 TLA). Pero sólo somos útiles al evangelio en la medida que perdonamos una injusticia cometida contra nosotros.

Si Filemón perdonaba a Onésimo y lo recibiría otra vez, entonces un tercero se beneficiaría con esto. Se alegraría y confortaría. En esta caso, el apóstol Pablo, que se encontraba encarcelado. – El perdón es provechoso para toda la iglesia.

2. Confortar

En el versículo introductorio se mencionan las palabras «provecho de ti en el Señor» y «conforta mi corazón en el Señor». Si lo comparamos con el versículo 7, donde dice:«Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos», esto no quiere decir otra cosa que: «Demuestra nuevamente en esta situación tu amor, y la confortación que siempre has tenido para los demás.»

Filemón debía perdonar y por medio de esto Pablo tendría el fruto de su trabajo en Onésimo. Lo que el apóstol había obrado en Cristo sería completado, y el corazón de Pablo sería confortado en el Señor.

Vemos el real propósito de Pablo; no se trata del éxito de su ministerio, sino únicamente de Jesús. Pablo se gozaría en el Señor y sería confortado en Cristo, porque el poder del evangelio de Jesús sería manifestado a través del perdón de Filemón.

El Señor había perdonado a Onésimo y lo había aceptado. Si nosotros tenemos el sentir de Cristo, su modo de pensar, entonces debemos imitarle. Podemos beneficiarnos mutuamente, confortarnos y alegrarnos, cuando damos lugar al amor que no toma en cuenta el pecado.

Veamos a la confianza como límite de lo posible

Versículo 21:«Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.»

Pablo se propone no obligar. El no quiere actuar sin el consentimiento de su amigo, sino que preserva la dignidad, el tacto, y el reconocimiento. Todo debe ser hecho de propia voluntad. Sin embargo, presupone el consentimiento y espera obediencia. Apela a la libre voluntad de Filemón, pero también espera que éste acceda en obediencia.

¿No es esto una contradicción, una paradoja? ¡No! Porque aquí no se pone en primer plano el deber, sino la confianza. Dice:«Te he escrito confiando en tu obediencia.»

Pablo sabía con quién estaba tratando en el caso de Filemón, hasta dónde podía ir. Él sabía que Filemón era un hermano que amaba y confortaba a los demás, y que ya en muchas ocasiones había puesto de manifiesto su amor fraternal. Podía pedirle y esperar obediencia, y confiar en recibir una respuesta positiva, y en que Filemón haría aún más de lo que él le estaba pidiendo. El apóstol podía ir lejos en lo que respecta a la confianza. Y con relación a esto no parecía haber límites en Filemón, porque Pablo hasta pudo escribir:«sabiendo que harás aún más de lo que te digo.»

Cuánto más uno puede confiar en una persona, tanto más le confiará y encomendará. – Los demás vendrán a nosotros y nos tomarán en cuenta para trabajar en el reino de Dios, sólo hasta donde confíen en nosotros y hasta donde nosotros seamos confiables. En el reino de Dios siempre serán más utilizados los que tengan un corazón más amplio. Uno sabe de antemano: «De éste no puedo esperar mucho, pone límites, no se le puede cargar demasiado. No va más allá de su propia sombra. Esta solicitud, o esta petición, ni necesito exponérsela, de todos modos me dará un no por respuesta. Ya muchas veces ha probado que no es muy accesible.»

O podemos decir: «Seguramente puedo llegar con esta solicitud, o con esta petición, a esta persona. Ya ha comprobado muchas veces tener un corazón amplio y flexible, y muchas veces hace más de lo que le pedimos. Podemos atrevernos a pedirle algo, porque podemos confiar en ella. Seguramente hará mucho más allá de lo que le pidamos.» – Esta confianza es el límite de lo posible.

Estimado amigo, aquí unos pensamientos que quisiera destacar.

Veamos el poder de la oración confiante

Versículo 22:«Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.»

Por medio de estas palabras, se nos indica cuán importante es la oración conjunta de los creyentes.

Pablo cree firmemente en la contestación a las oraciones de la iglesia casera de Filemón, de manera que ya le pide un alojamiento. – Consideremos: ¡Pablo aún se encontraba preso! ¡Qué expresión de fe sale a luz aquí, qué paso de fe de parte del apóstol escribir tal cosa! Él no dejó su liberación en manos del azar, ni a merced de la arbitrariedad de las autoridades romanas, sino que confió en la oración de los miembros de la iglesia casera de Filemón. El se denominó a sí mismo:«Pablo, prisionero de Jesucristo»(v. 1), y sabía que Dios escucharía las oraciones para darle otra vez la libertad. Existen documentos extrabíblicos que confirman que Pablo realmente fue dejado en libertad, y de esta manera pudo proseguir su servicio por un tiempo más.

Recordemos también la liberación de Pedro de la prisión en Jerusalén, donde la iglesia estuvo orando intensamente en la casa de la madre de Juan (llamado también Marcos):«Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él»(Hechos 12:5). ¡Cuán importante es la oración persistente de los hermanos en la fe! Dios, el Señor, nos saca de la prisión a la libertad, de la estrechez a la anchura, de la aflicción a la alegría. El Señor escucha la oración, pero nosotros somos llamados a orar confiadamente y a atrevernos a dar pasos de fe.

Mencionaré a cinco personas y sus historias.

Versículos 13 y 24:«Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.»

Estas cinco personas estuvieron al lado de Pablo en sus prisiones, y demostraron ser sus colaboradores. – Como hijos de Dios, es importante saber estar unidos y apoyarse mutuamente, justamente en tiempos de crisis, cuando a una persona no le está yendo muy bien. Es de sumo valor para mi hacer un breve resumen de las características de estas cinco personas. Hoy hablaremos de Epafras, pero en los siguientes programas estaremos hablando de los demás.

Epafras probablemente estaba preso junto con el apóstol Pablo. Acerca de él y su postura, tenemos más información en Colosenses 4:12-13:«Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.»

Es denominado «siervo de Cristo». Era conocido por sus oraciones perseverantes, y como alguien que tenía una carga en su corazón por el crecimiento espiritual de la Iglesia, y porque sus miembros fueran fortalecidos. Pablo pudo testificar con gozo acerca de él. Epafras era un hombre que se preocupaba por las diferentes iglesias, y se ocupaba de su estado espiritual, procurando fomentar la fe en ellas. No se avergonzaba de estar en prisión con el apóstol. Y le prestaba valiosos servicios.

Pero también los otros cuatro, que probablemente no estaban en prisión, eran fieles colaboradores de Pablo.

En el próximo programa continuaremos escuchando acerca de estas cinco personas que acompañaron al Apóstol Pablo, en sus tiempos de prisión.

Nos encontramos en el próximo programa

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