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Haga Amigos con su Dinero

   (1ª parte)

Autor: William MacDonald

    La palabra discípulo ha sido por demás utilizada, y cada usuario le ha dado el significado de su conveniencia. El autor de este mensaje nos lleva a examinar la descripción de discipulado que presentó Jesús en sus enseñanzas, la cual se halla también en los escritos de los apóstoles, para que aprendamos y descubramos más acerca de este concepto.  


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PE1816 – Estudio Bíblico
Haga amigos con su dinero (1ª parte)



Estimados amigos oyentes, el tema de hoy: “Haga amigos con su dinero”, está basado en el pasaje de Lucas 16:1 al 15. A primer golpe de vista, parecería que este relato no pertenece a la Biblia. El problema es que parecería estimular la deshonestidad. Indudablemente, muchos creyentes se sienten avergonzados por su inclusión en las Sagradas Escrituras. Quizá algunos quieran creer que si no lo leen, entonces saldrá de la Biblia.

Pero no hay nada que temer.Cuando esta historia se interpreta correctamente, tiene un rico significado. No promueve la maldad, sino que enseña que existe una forma positiva en la cual deberíamos imitar a este mayordomo. Vayamos a la historia. El amo recibe la noticia de que el administrador ha estado robando de sus fondos. Su reacción es predecible: despide al embustero, pero le exige que dé cuentas antes de irse. El amo, naturalmente, quiere saber la magnitud de su pérdida.

Esto hace que el ladrón caiga cuesta abajo. A partir de ahora no tiene medios visibles de sustento, ni seguridad para el futuro. Es demasiado viejo para hacer tareas físicas y siente mucha vergüenza como para mendigar. ¿Qué hacer?

Repentinamente tiene una idea fantástica.Dará los pasos necesarios para asegurarse que siempre tendrá amigos. Las puertas siempre estarán abiertas para él, y siempre será bienvenido a entrar y disfrutar de una comida.

Llama a los clientes de su amo uno por uno.
“¿Cuánto debes?” le dice al primero.
“Debo aproximadamente 800 galones de aceite de oliva”.
“Bueno, te diré lo que debes hacer. Paga 400 galones y saldamos la cuenta”.
El segundo cliente: “¿Y cuánto debes tú?”
“Mi cuenta es por 100 medidas de trigo”.
“Haré un trato contigo. Paga 80 medidas y haré que tu factura diga
COMPLETAMENTE PAGO”.

El amo supo de sus malvadas artimañas.El mayordomo no tenía derecho a regatear de esa forma. El dinero le pertenecía al amo, no al mayordomo. Por eso, el versículo 8 nos sorprende tanto:“Y alabó el amo al mayordomo malo”. Esta actitud no sólo parece ser condescendiente con la deshonestidad, sino que además parece recomendarla.

Existen dos soluciones para resolver esta dificultad.La Solución Nº 1 sería que: El estímulo no es a favor de la deshonestidad sino a favor de una planificación sabia.“Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente”.La forma particular en la cual obró sagazmente le aseguró que tendría amigos en el futuro.Y la Solución Nº 2, que: El futuro del cristiano no está en este mundo sino en el cielo.“Los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”.En otras palabras, los incrédulos, a menudo, son más previsores que los creyentes. Así como el hombre de la parábola, los incrédulos dan pasos para asegurarse que tendrán amigos en su futuro, es decir su futuro aquí en la tierra. Los cristianos no parecen ser tan precavidos como para hacer amigos en su futuro en el cielo.

El Señor Jesús está ahora dispuesto a aplicar la parábola a sus oyentes. En el vers. 9, leemos:“Y Yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas”. Al referirse a las riquezas injustas se refiere al dinero. Pese a que el dinero en sí mismo no es ni bueno ni malo, Jesús lo llama injusto porque, a menudo, se obtiene en forma deshonesta y, a menudo, se usa con propósitos injustos. Él mismo sería traicionado, poco después, por 30 piezas de plata. Incluso hoy en día hablamos del dinero como del vil metal. Pablo nos recuerda, en 1 Timoteo 6:10, que“el amor al dinero es raíz de todos los males”.

Sin embargo, podemos hacer amigos con el dinero.¿Cómo podemos lograrlo? Usándolo para propagar el evangelio. Al invertir dinero en Biblias, Nuevos Testamentos, y porciones de la Escritura. Sustentando la obra misionera. Contribuyendo a las emisiones radiales del evangelio en el mundo entero. En resumen, invirtiendo en la obra del Señor. Aquellos que se salvan a través de estos medios serán nuestros amigos para toda la eternidad.“Para que cuando éstas fallen os reciban en las moradas eternas”.Diferentes versiones de la Biblia difieren aquí. Algunas dicen:“cuando éstas falten”,otras“cuando ustedes falten”.Pero, la diferencia carece de importancia, porque cuando el discípulo falte o muera, su dinero faltará también. Ya no tendrá valor para él. Debe usarlo mientras vive, ya que después no podrá. Cuando muera ya no le pertenecerá a él.

“Os reciban en las moradas eternas”: se refiere a las personas que se han convertido a través de la inversión de nuestros recursos en la obra del Señor. Las moradas eternas son las muchas mansiones en la casa de nuestro Padre (que se mencionan en Jn. 14:2). Los amigos que hacemos con las riquezas injustas, serán como un comité de bienvenida cuando alcancemos las puertas de la gloria.
Esto será el cumplimiento del deseo de este poeta anónimo, que escribió: 

Cuando en las mansiones celestiales,
Me rodeen por doquier los salvos,
Quiero escuchar que alguien diga,
“Fuiste tú que me invitaste a venir aquí”.

Permítame darle una ilustración sobre cómo funciona esto. Cuando un determinado creyente devoto estaba por cumplir 80 años, sus hijos y su hija quisieron sorprenderlo con una fiesta y algún regalo que en realidad apreciara. Pero, no podían decidirse por algún regalo que fuera verdaderamente significativo. Después de todo, ¿qué necesita un hombre de 80 años? Finalmente, fueron a él y le preguntaron qué le gustaría recibir en su cumpleaños. Pensó unos minutos, y luego dijo: “Me gustaría ver una porción de la Escritura, impresa en algún idioma en que jamás haya sido impresa”. Esto no era exactamente lo que la familia tenía en mente, pero decidieron satisfacer su deseo. Por lo cual fueron a la Sociedad Bíblica, y contaron sobre el inusual pedido de su padre.

“Qué interesante”, dijo el director,“precisamente estamos preparando la impresión del evangelio de Juan en un dialecto africano por primera vez”. Cuando la familia preguntó sobre el costo, al principio quedaron impactados, pero no se echaron atrás. Con gran entusiasmo, juntaron el dinero y se lo presentaron a la Sociedad Bíblica el día en que su padre cumplió 80 años. Aquel anciano quedó sumamente satisfecho y entusiasmado.

Queridos amigos, el tiempo se nos está acabando por hoy, pero les invitamos a acompañarnos en el próximo programa para continuar con este interesante relato. ¡Hasta entonces, y qué Dios los bendiga!

 

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