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Título:»La esperanza del regreso de Jesús» 

Autor: Norbert Lieth

¿Sabe usted cuàl es la gran esperanza que tienen aquellas personas que han aceptado a Jesús como su salvador personal?


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Hola querido amigo, ¿Què le parece si a modo de poder llevar el hilo conductor de este estudio, repasamos lo que hemos estado compartiendo en los 2 anteriores programas?

En el primer programa vimos a grandes rasgos lo siguiente: la Biblia habla aproximadamente tres veces más del regreso de Jesús que de Su primera venida. Es decir, tenemos una base tres veces más firme, una verdadera confirmación de que Jesús regresará.

La Biblia enseña claramente que podemos esperar la venida inmediata del Señor.

Pero la Biblia no enseña que ciertos acontecimientos y señales precederán al arrebatamiento. Por eso, no estamos esperando ni la tribulación, ni al anticristo, ni el número 666. ¿Por qué? Porque esperamos a Jesús. No hay ninguna lista de eventos que deban realizarse antes que Jesús venga a buscar a Su Iglesia. El Señor nunca enseñó tal cosa, y tampoco lo dijeron Sus apóstoles.

Tan pronto como ponemos cierto acontecimiento como condición para el regreso de Jesús, automáticamente estas cosas toman el primer lugar, y Jesucristo pasa al segundo. Sin embargo, Pablo escribe a Tito diciéndole aquiéntenemos que esperar:…aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».

En el segundo programa vimos parte de las señales del tiempo que preceden a Su regreso en gloria que nos están hablando un idioma tan claro, que podemos saber con seguridad que Jesús pronto viene. Primero vimos la Señal de Israel, luego vimos la tribulaciòn antes del regreso, las señales de la naturaleza y ya al final vimos las señales de la sociedad. Pero ahora, vallamos directamente aLo que nos espera.

Al creyente en Jesucristo le esperan cosas grandiosas cuando el Señor regrese. Por eso Pablo escribe: «Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza… Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras» . ¡Qué maravilloso será pertenecer a los que Pablo menciona aquí, diciendo que están „aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2:13)! Sin embargo, ¡qué terrible será para los que no creen, pues leemos: „…para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza»! Unos tienen seguridad y consuelo, los otros perecen desesperados. En otras palabras: Unos tienen una esperanza sin fin, los otros un fin sin esperanza.

¿A qué grupo perteneces tú?

El filósofo Gassendi lo expresó de esta manera: „Nací sin saber por qué. Viví sin saber cómo. Y muero sin saber ni por qué ni cómo.» ¡Pero este no puede ser el propósito de la vida!

En su lecho de muerte, cierto hombre de éxito confesó: „Viví en vano. ¿Qué le diré a Dios cuando esté delante de Él?»

Alban Stolz, dijo: „En la mayoría de los casos, habría que poner en la inscripción de la tumba de una persona: ‚Aquí yace un hombre necio, que no sabía por qué vivía’.»

¿Sabes tú por qué vives?

Vayamos a unos momentos musicales y enseguida regresamos.

Estimado oyente, estaremos donde está Jesús.El Señor Jesús quiere que cada cristiano renacido esté un día donde Él está. En Su oración sumosacerdotal de Juan 17, lo expresó con estas palabras: „Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo…» ¿Por qué? „…para que vean mi gloria que me has dado» (Jn. 17:24). En otro momento, también prometió a los suyos: „Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:3).

No estaremos en cualquier lugar en el cielo, sino en la misma morada de Dios, donde está Jesús, el Creador de todas las cosas. David describe este lugar en un cántico, diciendo: „Alabanza y magnificencia delante de él; poder y alegría en su morada» .

Admiraremos al Señor Jesús.En la segunda carta a los tesalonicenses leemos: 

„…cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)» (2 Ts. 1:7-10).

El que no reconoce a Dios y a Su Palabra en su vida, el que Lo excluye y permanece cerrado frente al Evangelio, que „no le obedece», va a la perdición eterna. Pero cada persona que cree en Él y vive una vida de santificación para Jesús, formará parte de aquellos en los cuales Jesucristo será admirado.

Juan dice: „…le veremos tal como él es». Cuando veamos a nuestro Salvador y Señor, esto sobrepasará por lejos toda nuestra imaginación y nos trasladará a una avasallante dimensión, la cual no nos hubiéramos podido imaginar ni en nuestras más atrevidas fantasías. Pero después de expresar esta gloriosa esperanza, Juan vuelve a nuestra realidad y agrega: „Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro» (1 Jn. 3:3). Cuatro versículos antes, nos exhortaba: 

1 Juan 2:28-29: „Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados» . La esperanza viva del regreso de Jesucristo nos anima a la entrega y a la renuncia: A entregarnos a Jesucristo y a renunciar a todo lo que es contrario a Él y por lo cual sentiríamos vergüenza.

Veremos otra vez a nuestros familiares y conocidos creyentes.Pablo describe el arrebatamiento diciendo: „…los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» . Quiere decir que habrá un maravilloso reencuentro con nuestros familiares y conocidos creyentes. Esto nos da consuelo frente al lecho de muerte o a la tumba de una persona que pertenece a Jesucristo.

Regresaremos juntamente con Jesús.„De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares…». En el Cantar de los Cantares, que es una imagen profética de Cristo y de Su Iglesia-Esposa, leemos acerca de ésta última: „¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden?» (Cnt. 6:10). Poco antes del alba sale la estrella de la mañana. Primero vendrá Jesús como el lucero de la mañana para Su Iglesia. Luego el Señor regresará con Su Iglesia en el momento del alba, cuando nazca el nuevo día.

¿Cómo no amaríamos Su venida? Pablo escribe: „Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida». La Esposa en el Cantar de los Cantares es un ejemplo de esto para nosotros. Ella dice: „¡La voz de mi amado! He aquí él viene».

Y lo contrario de esto es: „El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene» (1 Cor. 16:22).

¿Quieres orar a partir de ahora para que Jesucristo regrese pronto? Es mi deseo que asì sea, desde lo profundo de tu corazòn. Dios te bendiga!

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