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Continuamos hablando con la psicóloga Yeni Kerikian acerca de la generación de cristal. Te invitamos a conocer cuáles son los recursos que podemos darle a los niños, adolescentes y jóvenes para permitirles un buen enfrentamiento a la vida. ¿Cuál es el equilibrio entre cuidar a nuestros hijos y sobreprotegerlos? ¿Cómo podemos fomentar la tolerancia a la frustración, la empatía y la inteligencia emocional?


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EA1034 – Entre Amigas –
La generación de cristal (2ª parte)



Entrevista a Yeni Kerikian

Victoria: Amigas, nos acompaña hoy Yeni Kerikian nuevamente, estamos conversando sobre la generación de cristal, este término tan interesante, y todo lo que conlleva. ¿Cómo estás, Yeni?

Yeni: Es un placer poder hacer este segundo programa siguiendo con esta conversación acerca de la generación de cristal.

Victoria: ¿Qué pasa con la actitud de los padres de decir cosas como “vos no pasaste por esto”, o “no quiero que esto te pase a vos”? ¿Hasta qué punto es saludable?

Yeni: Bueno, justamente, no está mal que nosotros compartamos con nuestros hijos cuáles fueron nuestras vivencias. Eso muchas veces es el compartir de esto que se transmite de generación en generación. Las historias que se transmiten en forma verbal. Eso está bueno porque nosotros conocemos determinadas cosas por las historias de nuestros abuelos, y nuestros abuelos se las transmitieron a nuestros padres, y nuestros padres a nosotros y nosotros a nuestros hijos. Y esta red que se hace, esta red histórica de relatos, cultural, es muy buena. Ahora, si eso trae como consecuencia el hecho de que yo no tuve nada, vos tenés todo, y te cuido de absolutamente todo para que no te pase lo mismo que a mí, ahí es donde quizás nos estamos equivocando un poquito en el hecho de dejar que nuestros hijos realmente vivan sus propias experiencias, sus propios fracasos, sus propias frustraciones, actitudes, desencantos, porque de eso se trata. Si no, no los formamos fuertes, los formamos tanto entre algodones que no hay ningún tropezón, ningún raspón, ningún rasguño. Y todo eso es lo que hace que realmente se puedan formar en una personalidad fuerte, tener sus propios recursos, saber cómo enfrentar algo que no se esperaban o que no les gusta. Entonces, contestando lo que vos me preguntabas, las historias hay que contarlas, aunque también hay que tener en cuenta la edad del niño y qué es lo que contamos.

No hablamos de errores, porque tampoco hablamos de juzgamientos. Está bueno que cada padre le de lo que entiende que es lo mejor para su hijo. Ahora, en ese darle lo mejor a su hijo, también hay que entender que la vida no se conforma solamente de situaciones positivas, sino que las negativas también tienen que estar presentes. Y una de las negativas que los papás tienen en este sentido es tratar de esquivar todo lo malo de los hijos. Ahora, si yo no lo enfrento a algo negativo o a algo que le genere determinada tensión o determinado desgaste, ¿cómo voy a después pretender que se sepa desenvolver? Cuando son más adultos nuestros hijos nos quejamos, pero si miramos un poquito para atrás, que no seamos nosotros los responsables de que no se hace cargo de lo que tiende que hacerse cargo. Terminábamos el programa pasado hablando de esto, de que los padres somos este espacio formativo también. Y en esto nosotros, como adultos, primeramente, tenemos que entender que nos formamos de experiencias negativas y positivas. De frustraciones y de logros. Y que esto también tiene que ser parte de la vivencia de nuestros hijos. Porque si no nos vamos a seguir quejando de esta generación de cristal. Pero como dijimos también en el programa pasado, la idea no es fomentar un sentimiento negativo hacia esta generación. Por el contrario, poder entenderla, poder entender qué cambios tenemos que hacer como adultos para fortalecer a estos cristales y que no se nos rompan tan frágilmente. Porque la realidad es que todos queremos el bienestar de nuestros hijos y de nuestra familia. No siempre este bienestar está en las manos del otro. Muchas veces está en mis manos poder cambiar, entonces, esto que por algún tiempo o que desde siempre estoy transmitiendo hacia quienes me rodean.

Hoy vamos a estar hablando de qué los motiva, porque no es que no los motiva nada. A la generación de cristal hay cosas que la motivan. Una de ellas es estar a la vanguardia de la tecnología, pero no saben cómo procesarla para generar conocimiento. O sea, para ellos, la tecnología es algo efímero es algo que pasa, es algo descartable, está ahí porque me entretiene, porque me ayuda. Pero ¿me genera conocimiento? ¿Aprendo de esto? ¿Lo puedo gestionar de esa manera? Entonces, si bien los motiva todo lo que tiene que ver con la tecnología, no saben cómo procesar esto que viene, como dijimos anteriormente, a pasos agigantados. Es mucho, se atoran con todo esto, y no pueden usarla para procesar conocimiento. Otra cosa que los motiva es esa mayor propensión para desarrollar inteligencia emocional. Debido a su fragilidad son más sensibles con estos conceptos. ¿Se acuerdan de que en el programa anterior dijimos que no eran tan empáticos pero que sí eran empáticos con aquellos que luchan en determinados movimientos? Ellos tienen una sensibilidad a flor de piel, porque ellos son sensibles también. Entonces todo lo que tiene que ver con la inteligencia emocional, como son tan frágiles, pueden entender las sensibilidades de otros, y que otros se sientan frágiles. Por eso también es que muchas veces los vemos agrupados en ese sentido, es como que todos tienen la misma característica porque los pares se juntan por las características que tienen en común. Y esta sensibilidad que ellos tienen, como la viven internamente, también logran descifrarla en la vida de otros.

Requieren de modelos de pertenencia que les permitan enfrentar la dualidad entre atracción y desencanto. Acá nuevamente está presente el rol de los padres, de los educadores o del adulto referente. Es necesario que haya modelos de pertenencia, de permanencia, que les permitan enfrentar lo que los atrae y lo que los desencanta. Esto de que “me atrae y me desencanta” es lo que provoca lo efímero. Por eso necesitan valores perennes como la amistad, la valentía, la prudencia, la templanza, la fortaleza, la justicia, entre otros. Qué importante que es que ellos puedan encontrar estos modelos de permanencia y que los ayuden en su carácter, en su formación y que los ayude a enfrentar esto que tiene que ver con la atracción y con el desencanto. Esto que en un momento le gusta.

Victoira: ¿Qué riesgo puede suponer la relación que tiene esta generación de cristal con la frustración?

Yeni: Goleman es un autor que habla mucho de la inteligencia emocional, en uno de sus artículos de 1996, hablando de este tema, describe a la inteligencia emocional como un concepto que incluye la habilidad para motivarse y persistir frente a las frustraciones. Controlar impulsos y demorar gratificaciones, regular los estados de humor, evitar que las desgracias obstaculicen la habilidad de pensar, desarrollar empatía, esperanza, entre otras cosas. Cuando hablamos de esta inteligencia emocional, esta habilidad para poder motivarse y persistir, para poder controlar la frustración, para que yo pueda regular mis estados de humor y las desgracias. Significa que las desgracias van a estar, entonces. Que las frustraciones, porque las frustraciones también van a estar, no obstaculicen mi forma de pensar. Y esto es justamente lo que los padres, los educadores, los adultos tenemos que transmitir a nuestros hijos. El llamado comportamiento vicario significa que el niño hace lo que ve, y trata de imitar esa conducta. Eso no se da solamente cuando la niña ve cómo su papá pela las papas. Lo más probable es que la niña que ve cómo pela las papas, las va a pelar como su papá. Pero también se da en situaciones como “¿qué hace mi papá cuando se enoja?” ¿Grita y rompe todo? Entonces lo más probable es que el niño, cuando se enoje, grite y rompa todo. Desde lo más simple, hasta lo más complejo.

Victoria: ¿Existe alguna forma de poder revertir este comportamiento? ¿Cómo se puede hacer? ¿Por dónde comenzar?

Yeni: Cuando hablamos de esta generación de cristal hablamos también de la responsabilidad del adulto. Así como hablaba de la inteligencia emocional y describimos recién las características, estas características también tienen que estar en el adulto para que después las podamos ver en el niño, en el adolescente o en el joven. Porque es muy fácil decir “pero yo no entiendo por qué no acepta su frustración” y bueno, tal vez no lo aprendió. Ahí es donde tiene que estar este adulto que primero que nada pueda validar. “Entiendo que estás enojado, que estás frustrado, que todo se te pasó por la mente. Pero no es que como perdí no lo hago nunca más, sino que volvemos a empezar y volvemos a mejorar, y seguimos practicando, y seguimos mejorando”.

También cuando vamos un poquito más a fondo, hay un factor de riesgo que es el suicidio. Hablamos de estos adolescentes o jóvenes, también adultos, que hablan del suicidio, de quitarse la vida, y el factor de riesgo de este intento de auto eliminarse es la falta de frustración. Entonces qué importante que es que hablemos de lo necesario que es que nuestros hijos se frustren. Porque si no es un factor de riesgo en una taza que hoy por hoy es sumamente alta. Qué importante es que podamos educar, no solamente en los principios y valores que conocemos, sino también en esto específicamente de la frustración. Evitemos que la falta extrema, esto de tenerlos siempre sobre algodones, y demás, los impida de frustrarse. Alejandro de Barbieri, en uno de sus monólogos, habla del chichón y del colchón. De lo importante que es que el niño se haga un chichón, o sea, que se golpee en la vida, pero también la importancia de que pueda caer sobre un colchón, aquello que lo sostenga y que lo contenga. Entonces, ¿entre qué parámetros nos tenemos que mover? Entre el chichón y el colchón. Para que nuestro hijo, nuestra hija experimente la frustración y tenga un espacio contenedor. Pero que la experimente. Porque la falta de experimentar esa frustración trae consecuencias muy nocivas. Nos podrá dejar contentos a nosotros como padres, o como adultos evitarle eso, pero ojo con evitarle todo. Cuando se enfrenten a la vida lo mejor que les puede pasar es que tengan muchas herramientas y muchos recursos. Porque de lo contrario se van a enfrentar a la vida, y el resultado no va a ser muy positivo. ¿Por qué? Porque no le di los elementos para poder enfrentarse a la vida. Papá y mamá no vamos a estar siempre. Va a llegar un momento en el que se va a tener que hacer cargo.

En este hacerse cargo, esta generación de cristal, como otras generaciones, como alguien que nos esté escuchando y se vea descrito en estas características, siempre tenemos la chance de darnos cuenta y revertir. No todo está perdido. Puede ser que cueste un poquito más, pero no significa que no podamos revertirlo. ¿Cómo hacerlo? Hay muchas formas. Vamos a ver algunas. Reforzar esto de la responsabilidad de cada uno, permitir que se frustre. Ante esa frustración, mostrar otro camino. No solucionarle todo. El rol de los padres, del adulto, de los educadores es aceptar y es conocer sin juzgamientos. No hay categoría de buenos, malos, mejores peores. Nosotros aceptamos, conocemos sin juzgar, tratando de ayudar. Y hay un regalo que le podemos hacer a nuestros menores, a nuestros adolescentes y a nuestros jóvenes. Y me gustaría que, si hay madres que nos están escuchando, puedan regalarle esto a sus hijos. Muchas veces pensamos en regalos y se nos va la cabeza a grandes cifras de dinero, a lo material, a las actividades. Sin embargo, este regalo tiene que ver más que nada con conectarnos con lo que tiene que ver con la emocionalidad. Acompañalo en los problemas, permitiéndoles que se equivoquen. Asumiendo las consecuencias de sus actos. Y que usen sus propios recursos para encontrar la mejor versión de sí mismos. Esto, el menor, el adolescente, el joven no lo sabe solo. Hay que ayudarlo a que lo sepa. Somos nosotros los que se lo tenemos que transmitir. Por eso yo te invito a que tal vez no gastes grandes cifras de dinero, pero sí que hagas cambios en tu dinámica familiar para poder regalarle entonces esto a quienes te rodean.

En este regalo que le podés hacer a tus hijos, ayudalos a crecer. En vez de pensar en todo lo negativo, en todo lo feo, en todo lo frágil que tiene esta generación de cristal, que esta conversación de hoy te pueda ayudar a decir “¿Qué puedo hacer para revertir esta cristalidad, esta fragilidad, y ayudarlos a crecer de una forma saludable?”.

Victoria: Bueno, Yeni, te agradecemos por acompañarnos en este programa y en el anterior, ha sido un gusto conversar contigo. Amigas, queda mucho más Entre Amigas así que las invitamos a que nos acompañen la semana que viene.

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