Las verdades del verdadero Amor

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Silvia Baranzano nos habla de las verdades del verdadero amor desde un enfoque muy interesante. Estudiando la historia de Nicodemo y Jesús en Juan 3, conocemos el amor de Jesús y descubrimos las verdades esenciales: El verdadero amor regenera, salva, rescata, cura, y es una entrega total. Te invitamos a conocer de Jesús, el autor del amor, quien nos lo mostró regalándonos la vida eterna.


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EA828 – Entre Amigas –
Las verdades del verdadero Amor



Entrevista a Silvia Baranzano

Victoria: Hola queridas amigas, es un gusto poder compartir con ustedes nuevamente el momento de la entrevista. Hoy nos está acompañando Silvia Baranzano, ella ya es una amiga del programa, y ha estado compartiendo con nosotros en otras ocasiones. Les contamos que ella es docente, es mamá, y hoy nos viene a hablar acerca de las verdades del verdadero amor. Así que Silvia, muchas gracias por estar con nosotros.

Silvia: Gracias a ustedes por la invitación. Y bueno, es todo un tema el amor, ¿verdad? Pero hoy lo vamos a ver desde otro enfoque. Para esto me basé en el pasaje de Juan 3:1-21. Vemos acá que Jesús se encuentra con un señor llamado Nicodemo, un nombre medio estrafalario, ¿verdad? Y bueno, este hombre es uno de los más importantes del pueblo judío porque él forma parte de lo que es una asamblea de más o menos 70 hombres, y es muy importante.

Victoria: Es un maestro y un referente en esa época, ¿no?

Silvia: Exactamente. Y este hombre se acerca en la noche. Hay varias posibilidades en cuanto a por qué se acerca en la noche, quizás no llegó a Jesús en horas del día por la multitud, o tal vez Jesús estaba muy ocupado, pero lo más probable es que él no quería que nadie lo viera en esa hora. Recordemos que Nicodemo era fariseo, y ellos no simpatizaban mucho con las enseñanzas de Jesús. Era muy revolucionario lo que decía Jesús en esa época. Entonces tal vez puede ser que Nicodemo quería acercarse a él de manera secreta. Lo que sabemos con seguridad es que fue en la noche, y eso nos habla de la oscuridad espiritual en la que él se encontraba en ese momento, porque la verdad es que él estaba bastante cegado. Yo te voy a pedir, Victoria, si vos podés leernos del versículo dos al versículo siete de esta conversación que tuvo Jesús con Nicodemo a altas horas de la noche.

Victoria: Dice Juan 3:2-7: “Este fue de noche a visitar a Jesús. —Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él. —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. —¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer? —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo”.

Silvia: Acá vemos una conversación que parece lineal, así como la que vos y yo podemos tener, pero en realidad parece que ocurrió en dos universos paralelos. Por un lado tenemos a Nicodemo, que tiene una gran falta de comprensión a pesar de lo que vos decías recién, a pesar de ser un maestro de la ley, y por otro lado tenemos a Jesús, que le está presentando una solución a todos los dilemas que él tiene. Entonces Jesús le plantea la primera verdad del verdadero amor. En un mundo donde el amor se acaba, en un mundo donde el amor se esfuma, se va, se gasta, Jesús le dice que debe de nacer de nuevo. Y el verdadero amor, como verdad, regenera. Te da la posibilidad de volver a comenzar. Nicodemo nació del vientre de su mamá, pero tenía que nacer en espíritu. Qué importante eso, ¿no? Porque una vez que nosotros aceptamos a Jesús en el corazón, viene a morar en nosotros el Espíritu Santo de Dios, y el Espíritu Santo nos sella, nos hace propiedad de Él, y nadie nos puede arrebatar de la mano de Dios. Además, él mismo nos lleva al conocimiento de Dios, nos ayuda a comprender las palabras que encontramos en la Biblia, nos enseña a amar a Dios, y también nos capacita para vivir una vida bajo el dominio de Dios. Yo quisiera preguntarles a las amigas que nos están escuchando si ellas verdaderamente han nacido de nuevo, si ellas han sido selladas con el Espíritu Santo de Dios. Nicodemo no entendía esto que Jesús le estaba diciendo. De hecho, Jesús más adelante le trata de seguir explicando con otros ejemplos. Pero qué importante que es plantearme si yo verdaderamente he nacido de nuevo, si he sido regenerada.

Victoria: Si podemos identificar ese momento de cambio.

Silvia: Exactamente, claro. Así que bueno, Victoria, aquí tenemos la primera verdad del verdadero amor: El verdadero amor me regenera.

Vemos que Nicodemo, a pesar de lo que Jesús le decía, continuaba sin entender. ¿Qué dice el versículo 9, Victoria?

Victoria: Dice: “Nicodemo replicó: —¿Cómo es posible que esto suceda?”

Silvia: Y Jesús lo confronta en los versículos 10 al 15, que dicen:

Victoria: “—Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—. Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿entonces cómo van a creer si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre. Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.”

Silvia: Entonces vemos que Jesús se acerca a Nicodemo con un ejemplo que viene de la antigüedad, de sus antepasados, y vemos en el libro de Números, en la Biblia, que justamente el pueblo de Dios se encontraba en el desierto muy quejoso, muy incómodo, no le venía bien nada. Entonces Dios, como respuesta a esta situación de desagradecimiento del pueblo, manda serpientes y hiere al pueblo judío. Con estas serpientes viene la herida y la muerte, pero también viene la solución. Números 21:8 y 9 dice: “Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: —Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren vivirán. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos miraban a la serpiente de bronce y vivían”. Así como pasaba con el pueblo de Dios, a Nicodemo le pasaba algo similar. Él intentaba guardar las leyes de Dios, pero no se daba cuenta de que por su propio esfuerzo no podía salvarse. Tal vez el pueblo de Dios trataba curarse de alguna manera, pero la muerte era inminente, la cura no estaba salvo que ellos miraran a esa serpiente de bronce. Debo depositar mi fe sencillamente en Jesús, porque de él solamente viene la salvación. Dios rescató a su pueblo salvándolos y curándolos. Esa es una verdad del verdadero amor, que Jesús, que también es el verdadero amor, me rescata, me salva, y también me cura. Qué importante que es saber que podemos encontrar todas estas cosas a través de Jesús.

Victoria: Y qué relacionado con la verdad anterior, porque para que haya una regeneración no es que Dios nos deja solos, sino que el amor de Jesús nos rescata, nos cura y nos acompaña en ese camino.

Silvia: Exactamente. Nos cura del pecado que nos asedia, como dice la Biblia. Entonces cuán importante que es recordar esta verdad. Luego de que soy regenerada, como vos decís, Jesús promete acompañarme de esta manera: rescatándome, salvándome, y curándome del pecado.

Victoria: Hemos visto dos de las verdades del verdadero amor entonces, y ahora vamos a escuchar una tercera.

Silvia: Te voy a pedir, Victoria, que leas del versículo 14 al 21 para poder descubrir la siguiente verdad sobre el verdadero amor.

Victoria: Muy bien, Juan 3:14-21 dice: “Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios”.

Silvia: Amigas, ¿vieron lo que dice el versículo 14? Victoria, ¿podés repetir la segunda parte?

Victoria: Sí, dice: “así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre”.

Silvia: Jesús de sí mismo dice que el hijo del hombre tenía que ser levantado. Ahora, es muy curioso que ya en Isaías 52, 740 años antes de este momento, dice: “Miren, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido.” El versículo 14 de Juan dice “como la serpiente”, refiriéndose a la serpiente de Moisés. Esta es una imagen de la cruz. Es medio irónico, porque la cruz era un modo de morir muy humillante, no de exaltación. Pero Dios mismo usa este medio para exaltar el nombre de Jesús. Fue necesario que el autor del amor se entregara a sí mismo para la salvación de todos, para tu salvación, para la salvación de las amigas y los amigos que nos escuchan, y para mi salvación. La cruz era necesaria para la salvación de la humanidad, porque Jesús era el camino. Jesús lo dice de sí mismo en Juan 14:6, dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. A través de su muerte y de su resurrección nosotros podemos tener vida, y vida en él. Entonces la tercera verdad que tenemos para hoy es esa, el verdadero amor se entrega totalmente. Qué difícil que es encontrar verdadera entrega en el amor.

Victoria: Que no tenga reservas.

Silvia: Ahí está, es una entrega total, sin reservas. Victoria, ¿qué dice Juan 3:16?

Victoria: Dice: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo el que crea en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Silvia: Ahí Jesús anuncia algo que va a suceder. Esa entrega a partir del amor. Quizás lo podría haber dicho así: Porque de tal manera amó Dios a Nicodemo. Quizás las amigas que nos escuchan pueden sustituir la palabra mundo y poner su nombre. En mi caso sería: Porque de tal manera amó Dios a Silvia, que dio lo más preciado que tenía, a su único hijo. Justamente en el capítulo 53 de Isaías dice: “Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca”. Y más adelante dice: “Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor”. Y como ya dije, esto fue escrito muchísimos años antes del nacimiento de Jesús. Qué importante que es esto. La Biblia es verdad y se comprueba a medida que se van cumpliendo todas estas palabras, desde el pasado hasta el momento en que Jesús llega a la Tierra.

Victoria: Y que permanecen vigentes.

Silvia: Exacto, y que permanecen vigentes. Yo deseo de todo corazón que las amigas puedan creer en la Palabra de Dios, en su veracidad, y que también puedan creer en Jesús, y en cómo él nos ofrece hoy las verdades del verdadero amor. Victoria, ¿nos querés recordar cuáles son?

Victoria: El verdadero amor me regenera, me rescata, me salva y me cura, y se entrega totalmente.

Silvia: Ahí está. El verdadero amor se entregó totalmente por ti, querida amiga, querido amigo que nos escuchas, y quiere transformar tu vida. Que ese sea el desafío a partir de este programa.

Victoria: Muchas gracias, Silvia, nuevamente, por compartir este tiempo con nosotras. A ustedes, amigas, las animamos a que puedan pensar en estas verdades del verdadero amor, que puedan verlo de otra manera, y las invitamos a que nos puedan seguir acompañando en el programa siguiente. ¡Hasta la próxima!

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