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Título:»Lo que ocurrió, lo que ocurre y lo que ocurrirá»

Autor: Thomas Lieth  PE1244

En el Salmo 69, uno de los así llamados Salmos Mesiánicos, David no solamente informa sobre su propia vida, sino que inequívocamente señala también, en forma profética, hacia la primera y segunda venida de Jesús, así como a los tiempos en los cuales nos encontramos hoy en día.


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Hola querido amigo Conoce usted el Salmo 69? Este salmo que David – inspirado por el Espíritu Santo – compuso como canción, dice así:

«Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé? Dios, tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos.

No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de los ejércitos; no sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel. Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre. Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí. Lloré afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido por afrenta. Puse además cilicio por mi vestido, y vine a serles por proverbio.

Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y me zaherían en sus canciones los bebedores. Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame. Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas. No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.

Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus piedades. No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme. Acércate a mi alma, redímela; líbrame a causa de mis enemigos. Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio; delante de ti están todos mis adversarios. El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé. Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre. Sea su convite delante de ellos por lazo, y lo que es para bien, por tropiezo. Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz temblar continuamente sus lomos.

Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance. Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador. Porque persiguieron al que tú heriste, y cuentan del dolor de los que tú llagaste. Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia. Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos. Mas a mí, afligido y miserable, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto. Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con alabanza. Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey, o becerro que tiene cuernos y pezuñas; lo verán los oprimidos, y se gozarán. Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón, porque Jehová oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros.

Alábenle los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que se mueve en ellos. Porque Dios salvará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá;

y habitarán allí, y la poseerán. La descendencia de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre habitarán en ella.»

Querido amigo, no necesariamente se tiene que interpretar cada una de las palabras de un salmo mesiánico como refiriéndose a Cristo. A veces el salmista habla de su propio pecado, con lo cual, por supuesto, no puede referirse a Jesús. La mezcla de claras interpretaciones proféticas que señalan a Jesús, con declaraciones que describen la vida del propio salmista, no es tan atípica en los salmos. En el Salmo 69, el pecador David escribe sobre sí mismo. Pero algunas de sus declaraciones son usadas por el Espíritu Santo, para señalar al«Hijo de David» (el Mesías)que era sin pecado. La decodificación de qué es lo que señala al Mesías y qué no, la encontramos en la comparación con el Nuevo Testamento.

En otras palabras: Un Salmo mesiánico tiene que repetirse en el Nuevo Testamento; y si hay versículos del mismo que señalan a Jesucristo, entonces se refieren al Mesías. Los Salmos Mesiánicos por esta razón siempre son de naturaleza profética. Muchas veces, los mismos hablan, ya mil años antes de Cristo, tanto de Sus sufrimientos como también de Su gloria posterior, de Su grandiosa segunda venida en el poder de Dios, y de muchas otras cosas más.

La pregunta que nosotros como cristianos nos planteamos una y otra vez, es: ¿Dónde nos encontramos actualmente con respecto a la historia de la salvación? Ya estamos en los tiempos finales desde que el Señor Jesús vino por primera vez a esta tierra. Pero, además, existen los tiempos finales en un sentido más puntual, en los cuales podemos reconocer claramente: Ahora hemos alcanzado la fase en la cual el arrebatamiento está a la puerta, y en la cual se cumplirá la gran tribulación y los últimos acontecimientos anteriores a la segunda venida de Jesús en gloria, mencionados en la Biblia.

A mi manera de ver, al leer el Salmo 69, y algunos otros, podemos darnos cuenta dónde estamos parados en la actualidad.

Al estudiar más profundamente este Salmo descubrimos una asombrosa cronología. La Biblia dice en el Nuevo Testamento: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar…». Y las palabras del Salmo 69, que provienen de David, solamente pueden también ser inspiradas por el Espíritu Santo, ya que la secuencia cronológica en el mismo es tan conmovedora, que no podemos más que asombrarnos. Y solamente Dios sabe el pasado, el presente y el futuro.

Ahora bien, querido amigo, pensemos en el cumplimiento mesiánico

Con respecto al Mesías, encontramos en el Salmo 69 siete referencias directas y la aplicación neo-testamentaria de las mismas.

Brevemente en este tiempo que nos queda veremos 4 de estas referencias.

En primer lugar: Dice en el versículo 5:«Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué…». El cumplimiento neotestamentario lo encontramos en Juan 15:24-25:«Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.»Aquí Jesús cita el versículo 5 del Salmo 69, y aplica esta verdad a Sí mismo.

La alta sociedad de Israel de aquel tiempo odiaba a Jesús«sin causa».Apenas si había aparecido públicamente después de su bautismo y de los 40 días en el desierto, y aún antes de haber elegido a Sus doce apóstoles ya lo hostigaban, no lo podían soportar, lo envidiaban y querían deshacerse de Él. En Lucas 6:11 dice:«Y ellos(los fariseos y escribas)se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.» ¿Será, ahora, que Jesús desesperadamente buscaba palabras como para justificarse delante de la alta sociedad judía? No, Él hizo algo muy diferente: «En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles»(vs. 12-13).En lugar de los escribas y fariseos que lo odiaban«sin causa»,él llamó a doce sencillos hombres galileos para que fueran Sus discípulos.

Segunda Referencia: dice el verso 9«Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí. También esto se cumplió en la vida de Jesús cuando se acercaba la fiesta de los tabernáculos, y Sus hermanos carnales lo hostigaron con las siguientes palabras:«Y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él».

En tercer lugar vemos:«Porque me consumió el celo de tu casa …». Cuando la fiesta de la Pascua se acercaba, y Jesús fue a Jerusalén, entró en el distrito del templo y vio lo que ocurría allí, limpió el templo en forma drástica. Como consecuencia de esto, dice después:«Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume».

Cuarta: y ya finalizando así, esta audición, dice una frase del versículo 9:«… y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí». Que también eso se refiere a Jesucristo, lo aclara el apóstol Pablo en su carta a los Romanos:«Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí»Esto lo podemos ver en Romanos 15:3.

Estimado amigo, veremos el resto de las referencias en el próximo programa. No se las pierda.

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