Milagro del Cielo (1 de 2)
10 septiembre, 2009Hombres de La Biblia – Pedro el disípulo
16 septiembre, 2009Título: Milagro del Cielo
Autor: David FernandezNºEA365
David Fernández termina de contar la experiencia que tuvo con Dios al transcurrir una grave enfermedad que tuvo su hija Laura con tan solo 10 años. La historia tuvo un final muy feliz, escuche este programa y descubra cómo Dios se glorifica en la vida de Laura.
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Entrevista con David Fernández
Sandra: Muy bien amigas, estaba ansiosa de llegar a este momento porque recuerdan que en el programa anterior estuvimos conversando con David Fernández y habíamos comenzado a conocer la historia de su hija Laura, a quien ya tengo deseos de conocer por cierto, quiero darle la bienvenida a David y agradecerle que está en nuestro programa otra vez. Cómo estás David?
David: Encantadísimo como en la vez anterior porque antes yo compartí que entre las mujeres yo me siento muy bien. Primero porque siempre tengo a mi queridísima madre en mi reflejo. No tuve hermanas tengo dos hermanos más, somos 3 hermanos pero a mi madre, que ahora mismo le estoy mostrando la foto a mi compañera, ella, ella fue quien me llevó al Señor. Admiro mucho a mi esposa, y quiero tanto, tanto, tanto a lo que el Señor nos regaló cuando en el 1979, nació una preciosa criatura que llamamos Laura Cinthya y que como contaba a los 10 años, estaba diagnosticada de Leucemia linfoblástica aguda. Y que en eso corría el año 1989 y en el programa pasado, pienso que mucha gente se habrá quedado orando por la salud de Laurita. Vamos a ver qué final?
Sandra: Vamos a ver qué pasó?
David: cuando supimos de la enfermedad de mi hija recordábamos antes de habíamos tenido una experiencia muy fuerte con la misma enfermedad, en el mismo hospital, y con la mejor amiguita de mi hija, aunque la edad era diferente, de Laura a la de concepción, ellas se llevaban 5 añitos, a los 10 años aquella nenita se había enfermado de Leucemia y lamentablemente falleció, y está con el Señor. Y Laurita se acordaba mucho de su amiguita, por supuesto. El tratamiento de la quimioterapia, en un niño, produce los mismos efectos que produce en las personas mayores. Pérdida absoluta de todo el vello, de todo el cabello, de las cejas las pestañas todo, porque se intenta hacer una revolución total en la médula ósea para que comience de nuevo a trabajar. Estando en tratamiento y llevada al punto de 0 defensa de 0 leucocito, en sangre que son los soldaditos que trabajan ayudándonos para que las infecciones no nos hagan Daño estando así, una noche de febrero, del año 1990, ,al siguiente año, pasamos a diciembre del 89 a febrero del 90, en pleno invierno, de España, mi hija se puso una noche de viernes a 40 y algo más de fiebre.
Por más que yo llamaba al servicio médico, no había ningún médico y ningún hematólogo para que pudiera venir, entonces laurita en ese momento estaba aislada, en una habitación aislada para protección y no sábiamos qué tenía, a las 2 o 3 horas, en eso ya estábamos Laurita y yo solos, Nancy mi esposa, había ya marchado a casa a la noche y habíamos quedado los dos y no tenía forma de encontrar auxilio en el aspecto de médico evidente y de pronto entró un Señor con aspecto muy simpático vertido como un médico como un enfermero, que me dice, papá qué está pasando aquí? Y le dije bueno lo que pasa es que mira como está laura está tiritando está chirriando con los dientes y le he tomado la fiebre y tiene más de 40 y dice bueno, vamos a quitarle toda la ropa todo lo demás y vamos a ponerle toallas frías mojadas y vamos a abrir la ventana y estaba nevando afuera y voy a poner un ventilador y a ver si baja esta fiebre. Volvió a la media hora y la fiebre estaba igual.
Entonces me comenta, Bueno mira estamos experimentando con un medicamento con un inyectable y como no sabemos qué es y si te parece, pero me tienes que autorizar a que yo le ponga este medicamento. Y yo le firmé, el me trajo y yo le autorizo y todo lo demás y él vino con una jeringa preparada le dio una inyección y marchó. Yo no le vi más en la noche, pensé que había cambiado su turno, lo que fuera, yo no le había visto nunca antes. Esto era un viernes por la noche. Vino el sábado y no había visita médica, el domingo tampoco, y el lunes viene el profesor, que antes hablé el oncólogo, y encontró que en su laboratorio había una muestra de sangre de Laura para hacer un cultivo. Y dice: qué pasó con Laura que se ha hecho un cultivo quién lo ordenó y yo le digo; pues está en la historia. Mira Laura tuvo una crisis impresionante de fiebre, no sabemos qué pasó, pero esa noche vino un tal señor que yo no había visto nunca, pienso que es un enfermero el dijo que no era médico, y dice: un enfermero? ¿Cómo un enfermero? Aquí no tenemos enfermeros hombre y digo bueno vino este señor no sé qué es y dijo y qué hizo? Dije, bueno le sacó la muestra de sangre y le dio una inyección que yo tuve que firmar la autorización porque es un medicamento que se está experimentando según me dijo él. Y me dice: aquí no estamos experimentando ningún medicamento. Y aquí no hay tal señor y no hay tal historia, ni tal papel que tu has firmado.
Cuando contaba esta experiencia en Antena 3 televisión de España, el editor del programa puso debajo mío: acaso es un ángel? Pues yo sé que después de esta experiencia sé que fue un ángel. Del Señor. No hay tal medicamento en ese hospital, no hay tal registro de lo que le Dio. No hay tal historia donde yo firmé o tal autorización que yo firmé, pero además de esto esto fue un viernes que se le hizo la analítica, el sábado se quedó, ya sabéis que un cultivo no es de un día ni de dos de tres o cuatro días, para hacer un cultivo y saber cuál es el germen, y el germen del cultivo lo que dio de esa sangre, antes de que se le diera esa inyección es que era un germen hospitalario que vino por la calefacción central de todo el hospital que viene por los tubos de la peor familia de gérmenes con su nombre final de “Cloaca” en latín se dice cloacae. Lo peor, le produjo en ella lo que se llama una septicemia, le envenenó la sangre y tenía 0 de defensa y era peor la enfermedad, que produjo esa infección que la propia leucemia.
Sandra: Y me imagino que seguirían con Nancy preguntándose el para qué, porque primeramente ustedes tienen una hija, después de 13 años de matrimonio que en forma inesperada llega a sus vidas, después cuando todo parecía desarrollarse en forma normal como lo llamamos los seres humanos aparece enfermedad bueno y uno no sabe para qué y también para que esta preparación anterior de esta amiguita que se había muerto y para qué esta experiencia sobrenatural con un ser sobrenatural que no solemos ver normalmente los seres humanos.
David: La verdad que no, que yo no, hasta el momento de este, de esta experiencia, conocía el ministerio de los ángeles. Pero yo nunca había recibido un ministerio directo o nunca me di cuenta. Yo en un ministerio tan directo que en el momento no me di cuenta, por supuesto ni le reconocí, primero porque no se presentó nunca se presentará un angel como angel. Y segundo porque yo estaba demasiado turbado. Demasiado, demasiado…
Sandra: Y uno puede analizar las cosas después a la distancia no? Porque en el momento después…
David: Por supuesto porque en el momento después difícil de creer las cosas que te están pasando pero sabes otra cosa maravillosa, de otra experiencia maravillosa con Dios? Que Dios nos dio a mí, personalmente me dio un Rema.
David: Un rema es una Palabra que viene de Dios aplicada en un momento especial es una palabra Griega no? Es una Palabra que viene de Dios, es Palabra de Dios que está en la Palabra de Dios, y Dios no va a hablar nada que no este en su Palabra a los seres humanos, porque Dios escribió toda la Palabra aquí. Pero Dios aplica la Palabra, aplica, y el Espíritu Santo aplica la palabra, y un Rema, es dirigido a una persona, en una situación exclusivamente para aquella persona. Ahora mismo estamos comunicando la Palabra de Dios, estamos hablando con los oyentes, quizá hay uno…
Sandra: Que le llega de una manera especial por un punto, por un tema.
David: Eso es un Rema, y Dios me dio un Rema. Audible, yo estaba luchando con Dios. Preguntándole en oración, por qué, por qué y por qué. Estaba tirado en el piso de mi habitación llorando y preguntando a Dios por qué. Por qué a mi hija. Por qué pecado, mío, me estaba castigando o permitiendo, porque no entendemos muchas cosas hermana. No entendemos qué le pasa y Dios me dijo: para que la gloria de Dios sea manifestada. Ni este pecó, ni sus padres. Te recordás el pasaje?
Sandra: Claro.
David: Pues vino la respuesta y yo luchaba con Dios, y yo sabía que eso estaba en su palabra. Y me lo volvió a repetir y esas eran las palabras, de Dios dirigidas hacia mí. Y me levanté en ese momento fui corriendo hasta el hospital, y le dije: Nancy, tengo algo que contarte, y le dije: sabes una cosa? Laura esta curada. Y ella dice: papa qué tu estás loco? Y le digo, Laura está curada, Dios me lo ha dicho. Y la verdad es que yo te dije la experiencia es verdad que no me oíste, que Dios me dijera que estaba curada? Ningún oyente me oyó que yo dijera que mi hija estaba curada. Dios me dijo que Dios iba a tener gloria manifestada tras esa enfermedad, tras esas circunstancias, y que ni yo era castigado por pecado, ni era un pecado de mi hija, que estuviera haciendo y me recuerda el caso de aquel hombre durante el ministerio del Señor Jesucristo en la Tierra que se llamaba Jairo que era un principal, de la religión judía actual en el tiempo del Señor Jesús, un hombre que conocía perfecto la escritura y que se postró ante los pies del Señor Jesús pidiéndole a que fuera a ver a su hija, que estaba agonizando, que estaba muriendo, y tenía nada más que doce años. Yo me di cuenta y ahora, después de algunos años, he podido empalizar con lo que sentía Jairo.
La agonía de la muerte de un hijo. Es lo más horrible como experiencia humana, y el Señor Jesús iba a casa de Jairo. Porque dijo Jairo, yo se que mi hija, que está agonizando ven y pone las manos sobre ella para que sea salva y vivirá. Sabía Jairo que si el Señor Jesús ponía las manos sobre su hija, esa hija, sanaría y viviría, y yo sabía que Dios podía hacerlo. Y hasta que Dios no me dijo que él se iba a llevar la gloria yo no creía que él quería hacerlo. Sabía que él podía creía que él podía, le rogaba por favor, hasta que no entendí hasta que no creí, que él quería.
Y Jairo se dio cuenta que el Señor Jesús quería, porque se fue en camino de la casa, ya iba para ahí, pero una mujer lo paró. Las mujeres cuando tienen una necesidad… y ella una mujer que estaba padeciendo de un cáncer de matriz, y estaba con flujo de sangre 12 años y había gastado todo lo que tenía en médicos y no iba a mejor sino que se empeoraba decía en el evangelio de marcos en el capítulo 5, se llegó al señor Jesús y decía dentro de sí, si tan solo lo tocara seré sana. Y el Señor Jesús sintió ese toque. Y el Señor Jes´su se paró para hablar con ella y mientras la hija de Jairo estaba agonizando y Jairo estaba también agonizando de dolor y cuando estaba hablando con la mujer, por eso mismo la mujer, hablaba y le contó todo, toda su vida, llegó alguien de la casa de Jairo y le dijo no molestes más al maestro porque tu hija ha muerto. Y yo pensé que mi hija iba a morir. No tenía todas conmigo en lo absoluto. La medicina en el momento todavía no tiene el cien por cien seguro de la curación de muchísimas enfermedades y entre ellas la leucemia. Pero eso no imposibilita a Dios, para obrar. Sino solamente es una ocasión para Dios de glorificarse porque ahora, mi hija tiene 28 años, querida, mi hija está en plenitud de vida, gozando de la presencia del señor en su vida, sirviéndole al Señor, trabaja en una empresa multinacional donde ella tiene muchísimos compañeros en toda Europa, donde ella ha contado su experiencia y su testimonio donde el testimonio de Laura está siendo trasmitido por los púlpitos donde voy, por las radios, las emisoras donde voy por todos lados porque Dios se va a glorificar. Con aquella enfermedad.
Sandra: Qué lindo, qué lindo es saber que Dios se glorifica con lo que él hace si nosotros le damos ese lugar y esa gloria, verdad? Él esta dispuesto a actuar pero tenemos que tener esa actitud también de verlo a él, y n a nosotros mismos, muchísimas gracias por haber venido David, gracias por haber compartido con nosotros esta parte de tu intimidad y de tu vida y de lo que Dios ha hecho en la vida tuya y en la vida de Laura y de Nancy. Un saludo a ellas también.
David: Gracias de vuestra parte.