La Pascua del Señor
21 febrero, 2008Por qué Dios no responde a ciertas oraciones. 2/5
21 febrero, 2008Titulo: Porqué Dios no responde a ciertas oraciones. 1/5
Autor: WimMalgo
Nº: PE1010
Pedir al Padre en el nombre de Jesús es la expresión del amor verdadero hacia Jesús, de la identificación completa con Él. De esta manera saldamos el cheque de fe al Padre. Pero el que no tiene este verdadero primer amor hacia Jesús y no está en una identificación completa con Él, es como si quisiera saldar un cheque con una firma falsificada.
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Por qué Dios no responde a ciertas oraciones. 1/5
Querido amigo, a veces Dios dice ¡no! a nuestros ruegos. Esto se debe a que Dios sabe todo lo que nosotros no sabemos. Es comparable a un trabajo de bordado. El revés es un desorden de hilos que se entreveran, pero el buen lado es hermoso y muestra una imagen clara. También podemos decirlo así: Dios muchas veces escucha nuestras oraciones de una manera que traspasa en mucho nuestro entendimiento.
Pero el ¡no! de Dios a ciertas oraciones también tiene su causa en lo que dice 1 Juan: «…y cualquier cosa que pidamos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él.»
Pues si no hacemos las cosas que son agradables delante de El, entonces vienen dudas a nuestro corazón cuando oramos. Creo que muchos que son atormentados por diferentes dudas, de cien dudas no tendrían apenas una si hicieran algo para nuestro glorioso Salvador.
Una prenda de ropa que no se usa, es carcomida por las polillas. Así también muchos llevan en ellos las polillas de las dudas, porque no sirven a Dios con diligencia. Una herramienta queda libre de herrumbre mientras es usada. Lo mismo pasa con nosotros. Mientras hagamos la voluntad de Dios, permanecemos vivos en la fe.
Evangelistas como Juan Calvino, John Knox no sufrieron fuertes dudas o temores de este tipo. Tenían tanto trabajo para defender la fe que no tuvieron tiempo para explayarse sobre las dudas ni para quejarse. Veían la miseria del mundo y el poder del pecado y sirvieron diligentemente al Señor, ofreciendo la salvación a los perdidos y ganando almas para el Cordero. Mientras lo hacían, querido amigo, su fe se fortalecía más y más, y oraban cada vez más según la voluntad de Dios, recibiendo respuestas muy concretas.
También tú serás librado de tus aflicciones cuando consagres tu fuerza al servicio del Señor. Cuanto más hacemos lo que El quiere, tanto más grandes y desinteresados llegan a ser nuestros asuntos de oración – y el Señor nos responde porque estamos haciendo lo que es agradable delante de El.
Querido amigo, Josué actuaba conforme a la voluntad del Señor, y Dios hizo cosas nunca vistas en respuesta a su oración extraordinaria. ¿Estás haciendo la voluntad de Dios? Si es así, entonces ora con denuedo: la respuesta te es segura.
Veamos estimado amigo, estimada amiga, la oración en el nombre de Jesús.
¿Por qué Dios no escucha ciertas oraciones completamente? La respuesta es: Porque en realidad nos negamos a pedir al Padre celestial «en el nombre de Jesús», aunque el Señor nos dijo reiteradamente de hacerlo. En Juan, por ejemplo, dice: «Y todo lo que pidáis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís alguna cosa en mi nombre, yo la haré.» Lo expresa aún más concretamente en Juan 16:23-24: «En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo que todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.» Luego en los versículos 26-27, el Señor da a entender lo que significa pedir al Padre en Su nombre: «En aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo he salido de la presencia de Dios.» En otras palabras: Pedir al Padre en el nombre de Jesús es la expresión del amor verdadero hacia Jesús, de la identificación completa con El. De esta manera saldamos el cheque de fe al Padre. Pero el que no tiene este verdadero primer amor hacia Jesús y no está en una identificación completa con El, es como si quisiera saldar un cheque con una firma falsificada.
El que pide al Padre en el nombre de Jesús, también podría orar así: «Padre, Te pido en el sentir de Cristo». En otras palabras: Me identifico completamente con El.
Pero el que pide al Padre en el nombre de Jesús sin tener para sí mismo un pleno sí al sentir de Jesús, no será escuchado completamente por el Padre. Y si estos creyentes quieren usar el nombre de Jesús como fuerza de victoria contra el enemigo, sufrirán una derrota aniquiladora de parte de éste. Basta con leer lo que dice Hechos 10:11-16 al respecto dice la palabra: «Dios hacía milagros extraordinarios por medio de las manos de Pablo; de tal manera que hasta llevaban pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo para ponerlos sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían de ellos. Pero también algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, se pusieron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: ¡Os conjuro por el Jesús que Pablo predica! Eran siete hijos de un tal Esceva, un judío, principal de los sacerdotes, los que hacían esto. Pero el espíritu malo respondió y les dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, los dominó a todos y prevaleció contra ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.»
Tal abuso del nombre de Jesús frente al enemigo es un peligro de muerte para todos los que no Le pertenecen.
¿Realmente es difícil permanecer simplemente en Jesús, en Su sentir? ¡No, ciertamente no! ¡Oh, de qué manera maravillosamente sencilla y clara lo dijo el mismo Señor: «Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, ¡pedid lo que queráis, y os será hecho!» Por supuesto, Satanás trata de impedir el cumplimiento de esta poderosa promesa del Señor en la vida de los hijos de Dios, y esto con todos los medios, artimañas y asechanzas astutas que tiene a disposición. Les leeré tan sólo dos pasajes de la Escritura al respecto:
– 2 Co. 2:11 -«…para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos»
– 1.Pe.5:8 -«Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar».
Satanás tiembla cuando realmente comenzamos a orar bíblicamente, como Jesús lo dijo en Marcos 11:24: «Por esta razón os digo que todo por lo cual oráis y pedís, creed que lo habéis recibido, y os será hecho». Por eso, la meta principal de Satanás y de sus siervos es envolver en nebulosidad las promesas de la Santa Escritura con respecto a la oración respondida y la doctrina bíblica acerca de él mismo y sus actividades. Pues mientras los creyentes no sepan nada o solamente muy poco sobre el enemigo, éste puede hacer con toda tranquilidad todo lo que quiere. Pero cuando es desenmascarado, la fuerza de victoria de Jesús se manifiesta con poder. Entonces el mismo Espíritu Santo ora a través de nosotros lo que leemos en Romanos 8:26-27: «Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque cómo debiéramos orar, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el intento del Espíritu, porque él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios».
Que así sea, estimado amigo, en tu vida.