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31 enero, 2023Nancy Rodríguez nos acompaña para conversar sobre un tema muy importante: El propósito en la tercera edad. ¿Qué nos dice la Biblia al respecto? ¿Cómo debemos tratar a los adultos mayores? ¿Cuál es su rol? No te pierdas esta entrevista.
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EA 1110 – Entre Amigas –
Propósito en la tercera edad
Entrevista a Nancy Rodríguez
Victoria: Amigas, es un gusto compartir este momento de la entrevista con Nancy Rodríguez Antivero, a quien ya han escuchado en programas anteriores, ella es profesora y estuvimos hablando con ella acerca de un ministerio muy particular que es el de servir y acompañar a los adultos mayores. Ella tiene un programa que se transmite a través de Radio Trans Mundial y se llama Los años no vienen solos, desde donde ya hace bastante tiempo que está acompañando a los adultos mayores. Es un gusto recibirte, Nancy, nuevamente.
Nancy: Muchas gracias, Victoria, para mí es una alegría estar otra vez contigo y con tu audiencia. Ojalá que todo lo que compartimos acá pueda servir de inspiración para alguien más que pueda dedicarse a los adultos mayores.
Victoria: Comencemos hablando un poco de cómo es la imagen social que hay de los ancianos en la actualidad.
Nancy: Bueno, es una imagen muy generalizada, no es solamente de nuestro país, sino que es a nivel mundial. Hay como un culto a la juventud, a lo nuevo, a todo lo que es renovable, cuando uno tiene un celular nuevo, al año siguiente ya envejeció, y así todo. Todo es material de descarte, y todo está relacionado con la utilidad de ese producto. Lamentablemente, al llegar a la jubilación, cuando uno ya deja su etapa “útil”, la etapa del servicio laboral, el uruguayo y a nivel mundial también, relaciona la validez de una persona con su etapa productiva. Lamentablemente eso sucede a nivel social. Hay un desprestigio, hay una desvalorización. De hecho, el nombre mismo de la persona que no está trabajando lo describe, porque se lo llama “pasivo”, como si no pudiera ya aportar nada a la sociedad. Este concepto es radicalmente equivocado, es erróneo.
Los cristianos tenemos que tener otro concepto de la ancianidad, de la edad mayor, de la jubilación, porque para nada tiene que ser una edad pasiva, sino que todo lo contrario, puede ser una edad donde haya mucho fruto, donde se pueda dar más fruto que en los tiempos laborales, porque uno dispone de algo precioso cuando se jubila, que yo todavía no lo tengo pero que aspiro a tenerlo en cuanto pueda, que es el tiempo. En nuestra edad joven y madura andamos apurados, corriendo, con estrés, cumplimos aquí, cumplimos allá, y no tenemos tiempo. Ese es el problema más grande. Ahora, cuando nos jubilamos tenemos tiempo para otras cosas, para dedicarnos a lo que realmente queremos, y puede ser una edad realmente de oro.
Victoria: Hace un tiempo hacíamos una entrevista con una persona jubilada que fue muy activa durante mucho tiempo, y ella planificó lo que iba a hacer después. Qué importante también ese mensaje para aquellos que quizás están a unos añitos de jubilarse, de poder ir viendo qué cosas quieren y pueden hacer para que no sea ese parar de golpe y que los deje desorientados, y también afectarlos en el hecho de sentirse útiles.
Nancy: Ciertamente, Victoria, tenés toda la razón. Se está hablando hace tiempo ya acerca de prepararse para la jubilación, prepararse para la vida post-jubilación. Porque ahí es donde realmente empieza la vida que uno quiere. Algunos tenemos la bondad y la gracia del Señor de trabajar en lo que queremos, pero aún en esos casos llega un momento en el que uno se agota, en el que eso ya se transforma en algo que fue un logro y ya está, y hay que emprender nuevas cosas. Cuando uno se jubila y tiene todo el tiempo, hay que empezar a pensar antes qué es lo que va a hacer con todo ese tiempo que nos queda para dedicarnos a algo que realmente queramos y que hayamos dejado de lado porque no nos daba el tiempo durante la edad activa. Así que es importantísimo prepararse para la jubilación y para esa etapa de la vida.
Victoria: Sí, sobre todo también el tema de las relaciones familiares o de amistad, que no se pueden tal vez desarrollar mientras uno está en la etapa laboral, y por ejemplo se dejan un poco de lado. Aquello de ver a los hermanos, por ejemplo, me acuerdo de que a mi abuelo le pasó de reencontrarse con sus hermanos después de tanto tiempo de andar cada uno en lo suyo. También las personas que tienen hijos, nietos, poder disfrutarlos, poder colaborar, y aquellos que no los tienen también siempre hay alguien cerca para poder asociarse. Pensaba, también cuando decías lo de la juventud y cómo la sociedad la valora e impulsa el modelo de que no se note el envejecimiento, que no se note cuando avanzamos en edad, pensaba en que cuando uno ve a una persona jubilada que está haciendo muchas actividades, por ejemplo, haciendo actividad física, cantando en un coro, yendo a hospitales, ayudando a otros, parecen ser la excepción, ¿no? Y sin embargo tendrían que ser una inspiración. Creo que pasa que ese concepto de pasividad penetra en lo que es el ánimo de la persona, y su actitud hacia la vida.
Nancy: Totalmente. Lo emocional tiene mucha relación con lo que nosotros vamos a hacer con nuestro cuerpo, con cómo nos sentimos, incluso con lo físico, con la salud. Está científicamente comprobado que las emociones afectan nuestro organismo. Nosotros desde el cerebro le damos mensajes a nuestro cuerpo, mensajes químicos, nuestro cerebro se llena de sustancias que generan determinados estados en nosotros. Por eso lo que tu decís es muy verdadero, tenemos que tomarlo en cuenta, porque si nosotros encaramos nuestra jubilación y esa etapa en la que terminó nuestra vida laboral de la misma manera en la que el mundo la encara, ahí seguramente vamos a desembocar en una depresión o en ataques físicos. Es muy importante la actitud, cómo eso penetra en la mente de la persona y hace que encare la vida desde otra perspectiva. Así que encarar la etapa jubilatoria con una buena perspectiva, una perspectiva bíblica, es muy importante.
Si tú te fijás en la Biblia, nos habla de que el justo, el que se acerca a Dios, el que tiene una relación con Dios, va a florecer como la palmera, y va a crecer como cedro en el Líbano. Esto es lo que dice el Salmo 92. Este salmo dice “Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán” (v.13). Y termina diciendo: “Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia” (v. 14 y 15). Ese es como un lema que debería tener toda persona a medida que se va acercando a su vejez: estar plantado en la casa de Jehová para poder fortalecer en sus atrios. Y yo me he preguntado muchas veces qué significa esto. Cuántas veces hacemos el servicio para Dios de la mejor manera que podemos, pero siempre en esa lucha contra el tiempo, contra los deberes laborales, contra los deberes familiares, todo el hogar, la casa, el trabajo, los hijos, los nietos, todo, y lo hacemos como podemos. Tratamos de hacer lo mejor que podemos, pero, aun así, sabemos que no es todo lo que podríamos hacer.
A mí en ese momento eso me entristece, porque yo podría hacer muchas cosas de una mejor manera, pero no lo puedo hacer por un tema de tiempo, de cansancio, de cumplir con un millón de cosas. Pero la Biblia nos habla de que en la vejez podemos fructificar en los atrios de Dios, y estar vigorosos y verdes, porque hay mucho trabajo para hacer aún. Hay jóvenes para ayudar, para orar por ellos, para enseñarles, para dar ejemplo, para ser el sustento, hay mucho para testificar, para mostrar la bondad de Dios, como dice el Salmo, anunciar que Jehová es recto y que ha sido mi fortaleza desde mi juventud. ¡Qué hermosa labor! ¡Qué hermosa misión! ¡Qué linda la vida que Dios nos ofrece a pesar de que lleguen los años! Es maravilloso, realmente.
Victoria: Además, podemos recordad los ejemplos bíblicos de los llamados que Dios le hacía a determinadas personas en una edad avanzada, porque era recién el comienzo. Cuando uno piensa en los llamados de los patriarcas, todos fueron a una edad avanzada.
Nancy: Sí, ¡claro! Porque cuánto se precisa escuchar a los ancianos. Muchos de ellos están en soledad, muchos viven su etapa en depresión, porque la familia los ha abandonado, porque no tienen cerca a nadie, porque es como un círculo. Esa persona estuvo activa, no tuvo tiempo, pero ahora sí lo tiene, pero a la vez las personas que deberían tener tiempo para él no cuentan con ese tiempo. Por eso es importantísimo prestar oído a los ancianos, a cómo ellos están pasando esta etapa. Hay muchos ancianos que la soledad que viven los lleva a la depresión e incluso al suicidio. Las tasas de mayor índice de suicidio se dan en la adolescencia y en la adultez mayor, sobre todo en hombres.
Vos me hablabas del hospital, y yo pienso en los hogares de ancianos. ¡Cuánta desolación hay ahí, Victoria! Me ha tocado muchas veces ir a hogares de ancianos donde las ancianitas me confunden con sus hijas y con sus nietas a las que no ven hace años. Yo no digo que sea general esto, pero es muy fuerte este tema. Hay muchos ancianos que están solos. Entonces qué bueno sería si uno en su etapa pudiera dedicarse a visitar hogares de ancianos. Incluso personas ya jubiladas, si se dedicaran a visitar hogares de ancianos, hospitales, lugares donde la gente necesita un mensaje de esperanza, porque en Cristo hay esperanza, sería algo maravilloso. Todo esto que decías me llevaba a aquel pasaje que está en Eclesiastés 3, que dice “Todo lo hizo hermoso en su tiempo”. Dios no se equivoca, entonces a cada etapa le corresponde su propia hermosura, y la hermosura de los ancianos es su vejez. Hay muchos ancianos que no lo pueden ver a eso. Yo, cuando los ancianos me dicen que ya están demasiado viejos, que no pueden esto y aquello, siempre les digo que si están aquí es porque el Señor tiene un propósito para su vida, porque de otra manera los habría quitado. Entonces eso es un pensamiento tan sencillo que deberíamos tener: Si el Señor me quiere aquí yo debo cumplir mi propósito. Y bueno, así debería ser con todos.
Victoria: Y eso despierta, en el caso de que sea bien tomado, una búsqueda por eso que Dios quiere hacer. Pensaba en esto de ser abuelos, y volvemos a lo que decíamos al principio, y qué importante es poder ser referentes para los nietos, ¿no? Qué importante que un nieto se pueda acercar a buscar consejo en un abuelo, y qué difícil es ver eso.
Nancy: Es verdad. Cuántas veces los jóvenes, los niños no tienen una persona adulta para usarla de referente, porque los padres están trabajando mucho tiempo, hay una ausencia generalizada de los padres en el hogar, los chicos pasan mucho tiempo solos, entonces nos quejamos de que los chicos se vuelvan a las redes, a los celulares y a toda la tecnología, pero ¿qué presencia familiar hay en el hogar? Y los abuelos son un factor relevante en la formación de esos chicos. No solamente para cuidarlos, porque muchos padres jóvenes utilizan a los abuelos para cuidar a los nietos. Pero si nos ponemos a pensar, más que darle la comida, que ver que se porte bien, que no pase tantas horas mirando televisión, constituirnos referentes de esos niños, de esos jóvenes, charlar con ellos, prestarles oído, que seamos de confianza para ellos, eso hace tanta falta, y ¡cuánto puede impactar la vida de un joven tener un abuelo disponible en tiempo, pero también en actitud! Porque a veces podemos tener todo el tiempo del mundo, pero no tenemos ganas. Entonces es muy necesario, Victoria.
Victoria: Pensaba también en esta relación nieto-abuelo, y que la mayoría de las veces no tienen mucha idea de lo que son las redes sociales, el internet, y cómo pueden también actualizarlos al mundo en el que están viviendo y cómo están funcionando las cosas, mantenerlos informados. Porque hay veces que se quedan con una imagen de otra época, de otro momento, pero qué lindo que sería que los nietos puedan sentarse y comentarles de qué se trata cada red social, y tener esas conversaciones que son tan lindas, que son tan enriquecedoras. Pensaba también que en las sociedades orientales tienen mucho respeto pro los adultos mayores, son una referencia en lo que es el hogar de los hijos y de los nietos, y se escuchan sus consejos. Es algo que podemos aprender de ellos pero que también lo encontramos en la Biblia. Qué importante y qué lindo sería hacer las cosas como Él las ha indicado, ¿no?
Nancy: Sí, es así, Victoria. Vos hablabas de los orientales, pero como bien decís, ese pensamiento es bíblico. La Biblia nos manda a honrar las canas, a mostrarle respeto y valor a las personas mayores, a escuchar su consejo, porque era prudencia. No vamos a asociar actualmente los años con la prudencia, porque los jóvenes también pueden ser prudentes, así como hay ancianos que no lo son. Pero eso debe ser una búsqueda. Si la Biblia asocia las canas con la experiencia, con la prudencia, vamos a buscarlo, porque ese es el ideal. ¡Cuánto bien hace en este mundo carente de referencia! Así que el mensaje es claro, y es bíblico. Si nosotros andamos ahí, entonces vamos a poder tener una edad, como la llaman muchas personas, “la edad de oro”. La edad en la que nosotros podamos disfrutar, donde podamos ser edificados, como tú decías, el intercambio generacional, el escucharnos mutuamente.
Victoria: Nancy, te quiero agradecer muchísimo por estos minutos, por estos fragmentos de la Palabra de Dios que has compartido, y por este mensaje para los adultos mayores. Que, si están con vida, más allá de que no tengan la mejor salud, más allá de que no se sientan con ánimo, es porque el Señor tiene un propósito con ellos. Qué bueno poder buscarlo y poder apoyarlos en esa búsqueda del propósito de Dios. Así que gracias, Nancy.
Nancy: Ha sido un gusto, Victoria, un gran saludo a tu audiencia. Que aquellos que no están con buena salud podamos hacer la oración del Salmo 71: “Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir”. Esa puede ser una linda oración para aquellos que todavía se sienten con algunas nanas y que están pidiendo ayuda de Dios. Gracias, Victoria, por este espacio, que Dios las bendiga a todas y que podamos transitar hacia la vejez de la mejor manera.
Victoria: Muchas gracias, Nancy, y muchas gracias a ustedes, queridas amigas. Las esperamos en el próximo programa.