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Autor: Philip Nunn

¿Tiene sentido el cristianismo? ¡Sí, lo que crees y en quién crees sí importa! Determinará no solamente el camino que recorras a través de la vida, sino también tu destino. ¿Qué se entiende cuando hablamos del método físico-científico y del método histórico-legal? Los milagros y lo sobrenatural.


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PE2566 – Estudio Bíblico
Razones para creer (2ª parte)



Pruebas y evidencias

Estimado oyente, en el programa pasado nos hemos preguntado: ¿Realmente existe Dios? Para algunas personas esta es una pregunta muy importante. ¿Hay evidencias, hay pruebas de la existencia de Dios? Aquellos que valoran la ciencia, normalmente tienen un profundo anhelo de ver “pruebas”. Casi cualquier cosa que oyen les genera una sana duda. Quieren conocer los hechos y, si es posible, quieren estudiarlos sistemáticamente. Los resultados de esa experimentación les proveerán pruebas. Contar con esa “prueba” llena sus corazones de seguridad. Ahora bien, este es un método muy bueno, sensato y válido. El problema es que la vida es muy compleja. No todo puede probarse de este modo. En realidad, hay dos formas en las que las cosas se pueden probar:

Por un lado, el método físico-científico: Este enfoque busca entender cómo funciona el universo al realizando observaciones detalladas, para luego desarrollar un modelo o teoría que explique estas observaciones, y entonces usar dicha teoría para predecir lo que podría pasar en el futuro o bajo otras circunstancias, antes de finalmente comparar estas predicciones con nuevas observaciones. La teoría propuesta es entonces aceptada, modificada o rechazada. Usualmente, pero no siempre, los eventos pueden repetirse, idealmente en un laboratorio, bajo condiciones controladas. Este enfoque resuelve preguntas tales como: ¿A qué temperatura hierve el agua? ¿A qué presión este gas particular se convierte en líquido? O, ¿qué velocidad necesita una bala para penetrar este tipo de armadura? Con algunas suposiciones acerca de la uniformidad y la continuidad, este método también puede ayudarnos a responder otro tipo de preguntas, tales como: ¿Cómo fue asesinado el presidente? ¿Cuál es la distancia entre la tierra y la luna? ¿Se está expandiendo el universo? Y ¿cuál es la edad de esa estrella?, entre otras.

Por otro lado mencionamos el método histórico-legal: Este enfoque se utiliza cuando los eventos no pueden repetirse y cuando las suposiciones de uniformidad y continuidad son menos válidas. Busca responder las demás preguntas sobre hechos reales, tales como: ¿Realmente existieron Aristóteles y Napoleón? ¿Es el Holocausto un hecho histórico? ¿Qué tan seguros podemos estar de que Pedro fue el asesino? ¿Qué tan seguro puedo estar de que Jorge Nunn fue mi bisabuelo? Y, aún más importante, ¿me dejó algún dinero? Para responder este tipo de preguntas se requiere la recolección, el examen cuidadoso y la comparación de diferentes tipos de evidencia. Por ejemplo, el testimonio de algún testigo que aún viva, los registros hechos por testigos, tales como relatos escritos, grabaciones y videos, y el estudio de toda evidencia material, como fotos, armas y muestras de ADN. Obviamente, también debe considerarse la veracidad de los testigos y la calidad de la evidencia.

Ambos métodos buscan proveer una base firme para determinar cuál es la verdad. Ambos métodos emplean una vía racional para probar o refutar una tesis particular. Ambos métodos, casi inevitablemente, dependen de algunas suposiciones iniciales. El método físico-científico provee a menudo algunas respuestas categóricas. ¡Es por eso que podemos construir puentes y aviones! El método histórico-legal nunca puede ofrecer soluciones con un 100% de certeza. Siempre tendrá que basarse en algunas suposiciones tales como la fiabilidad de los testigos. Pero este método sí nos ayuda a llegar a conclusiones razonables. Por supuesto, a mí me gustaría tener respuestas 100% seguras a todas mis preguntas.

Pero la vida no es tan sencilla. La realidad es que todos estamos acostumbrados a vivir nuestras vidas y a tomar decisiones basados en una “evidencia razonable”. Entramos en el auto sin revisar cada vez si los frenos están en buenas condiciones. Pensamos que es razonable confiar en que están bien. Compramos comida en el supermercado y confiamos en que la etiqueta realmente describe lo que contiene el paquete. ¡Nos subimos a un avión confiando en que el piloto está entrenado adecuadamente y sobrio! La vida tal como la conocemos no podría ser vivida si siempre insistiéramos en tener “certeza” antes de actuar. Actuar con base en “evidencia razonable” es sensato. De hecho, ¡es la única manera racional de vivir!

Ahora nos vamos a dedicar a otros términos: Los milagros y lo sobrenatural. Al inicio de su libro titulado “Milagros”, C. S. Lewis señala acertadamente que “(…) a la pregunta de si se dan los milagros, no se puede responder simplemente por experiencia. Todo evento que pueda presentarse como milagro es, en último término, algo que se ofrece a nuestros sentidos, algo que es visto, oído, tocado, olido o gustado. Y nuestros sentidos no son infalibles”. Esto me recuerda un show de un mago al que asistí en la Universidad de Toronto hace algunos años. Me senté allí con un grupo de amigos en la quinta fila, con total concentración y con mis ojos bien abiertos. El mago empezó a ascender y quedó suspendido en el aire. Su asistente pasó unos anillos de metal por encima, por debajo y alrededor de él… ¿Cómo podía sostenerse sin ayuda alguna en el aire? Era una ilusión, pero se veía muy real. ¡Luego se cerró el telón! Desde entonces he sido más cuidadoso en aceptar de forma literal todo lo que veo y escucho.

¿Pero son posibles los milagros? Antes de que respondamos esta pregunta, debemos primero ponernos de acuerdo en lo que entendemos por milagro. Si decimos que lo natural es “todo lo que existe”, entonces, por definición, no puede haber nada sobrenatural. Si lo natural abarca toda realidad, incluyendo el mundo espiritual y a Dios mismo, entonces sabemos por definición que los milagros son imposibles. Pero si decimos que lo natural se refiere al universo, es decir, el mundo físico, entonces lo sobrenatural se referirá a todo lo que esté por fuera de ese mundo físico. Un milagro entonces sería cualquier intervención de algo o alguien que exista por fuera o independientemente de este mundo físico.

Solamente podemos observar, estudiar y medir las cosas que pertenecen al mundo físico. Tanto el ateo como el que cree en Dios tiene a su disposición las mismas observaciones naturales. La diferencia entre ellos consiste en cómo interpretan estas observaciones. Algunas observaciones pueden ser entendidas como huellas o indicios de la existencia de lo sobrenatural. Los indicios son necesariamente sugerentes y no concluyentes. Sin embargo, al poner una serie de indicios juntos, el argumento se vuelve más fuerte. Algunos apologistas argumentan desde la experiencia, haciendo notar la universalidad de la fe religiosa, y sugieren que quizás este profundo anhelo por algo trascendental está basado en el hecho de que estamos predispuestos a relacionarnos con lo sobrenatural, que hemos sido creados para podernos conectar de alguna manera con Dios.

Otros reflexionan sobre la sensación de vacío que experimentan aquellos que llevan una vida exclusivamente devota a lo natural. El matemático Blaise Pascal argumenta que esta sensación de vacío y anhelo es un indicio del verdadero destino de la humanidad, de algo más allá de lo natural, de Dios mismo. Es obvio que esta forma de pensar no prueba que Dios existe, pero encaja perfectamente con lo que esperaríamos si Dios ha creado a los humanos con el deseo de relacionarse con ellos. El Monje Agustín de Hipona expresó esta idea en una oración ahora muy famosa: “Nos creaste para ti, y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”. Y esto resulta cierto en la experiencia de muchos. Otros pensadores, como C.S. Lewis, apelan a la razón en su búsqueda. De hecho, para Lewis el hecho de que la razón en sí misma exista le convence de que la realidad es más grande que el mundo físico. ¿Es razonable creer que la realidad es más grande que el mundo físico natural? Algunos ven en este mundo físico natural no solo indicios de lo sobrenatural, sino huellas de un ser externo, poderoso e inteligente.

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