Sanando las heridas del alma

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¿Cual es el secreto para curar las heridas del alma?… ¿habrá algo que el tiempo no sane?… Si tu estás o conoces a alguien que las heridas del alma no la dejan en paz, escucha el programa y aprendamos juntas…


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EA623 – Entre Amigas –
Sanando las heridas del alma



Receta: Tarta de verduras


Entrevista a Alejandra de Ferace

Sonia: Hoy estamos con Alejandra de Ferace, ella es de Argentina y esta compartiendo con nosotras un  retiro de damas. Ellas esta exponiendo el tema Sanando las heridas del alma. Por lo que la quisimos invitar a que lo comparta con todas nuestras oyentes. Lo primero que te quería preguntar es ¿Por qué debemos estudiar este tema?

Alejandra: Es muy importante estudiar este tema porque creemos que la dimensión interior de la persona en especial las emociones. Son el aspecto mas descuidado hoy en día. Por que las personas nos preocupamos y velamos por el desarrollo intelectual, físico, social pero las emociones las dejamos abandonadas. Le podríamos llamar que son la cenicienta en el drama de la vida moderna. Cuando se habla de heridas del alma o del corazón por lo general se trata de evitarlas y creemos que con el tiempo van a pasar. Pero luego nos damos cuenta que no, y que a medida que pasa el tiempo, esa herida que hemos guardado en el interior va empeorando. Por eso vemos que es muy importante hablar de estos temas para poder sanar.

Otra causa importante del porque hablar de este tema, es que fue una de las áreas en las que el Señor Jesús atendió durante su ministerio en la tierra. La palabra de Dios nos dice que Jesucristo ha venido no solo para morir en la cruz y limpiarnos de toda maldad. Sino que también vino para poder darle una buena noticia a todos aquellos que están abatidos. Es decir a todos los que están quebrantados. La idea es a todos aquellos que están tirados en el suelo por los dolores del sufrimiento. El ha venido a consolar a todos los que están enlutados. El ha venido a quitar la angustia de los espíritus afligidos. En la Biblia atreves de los milagros vemos que Jesús curo la parte física de las personas, pero también vemos como curo la parte interna. Un ejemplo de ello es la mujer Samaritana. Ella tenía un conflicto interno, había sido rechazada y sufrido muchas desilusiones.

Podemos ver en la charla que tuvo con el Señor como ella trato de evadir todo tipo de preguntas que fueran sobre su interior. Pero Jesús quería ir directo al punto, así que le pregunta ¿Dónde está tu marido? Por lo que ella no tuvo más que responder la verdad:-No tengo. Y así desnudar su dolor.

Ella estaba sufriendo debido a los muchos fracasos sentimentales que había padecido. Jesús quiso llegar a hablar de ese punto para poder sanarla. Y explicarle que a pesar de todo lo que había vivido, el que era el Salvador, el Mesías puedo llegar a recuperar tu dignidad.

Cuando nosotros no sanamos las heridas que tenemos en el alma, eso nos afecta la forma en que nos relacionamos. Es importante que lo veamos en tres aspectos:

Primero afecta la manera que nos relacionamos con Dios, porque cuando estamos heridos comenzamos a dudar de su carácter, de su bondad, de su cuidado. Y se distorsiona la imagen en mi mente de quien es Dios. Comenzamos a cuestionar a su persona y trasladamos la forma en que nos sentimos a la imagen de Dios.

Segundo también influye en la manera en que nos relacionamos con otros. Porque cuando estamos heridos generalmente comienzo a tratar a los demás en la manera en que yo me siento. Como estoy lastimada tengo relaciones de desconfianza hacia los demás. O culpamos a los demás, tenemos lastima de nosotros mismos. Sentimos que no valemos nada, entonces todas esas creencias que vamos formando en nuestro interior a raíz de la herida. Hace que no podamos tener relaciones maduras. Esto puede afectar el matrimonio, una amistad, la relación de una familia, la comunión en la iglesia, todo lo que nos rodea.

Y tercero también afecta la relación con nosotras mismas. Cuando estamos heridas nos tornamos personas agresivas, o sentimos que no valemos nada. Podemos tener pensamientos de auto destrucción, porque al estar lastimada comenzamos a mirarnos con poco valor. También puede darse lo contrario, el querer tapar esa herida nos ponemos en la otra posición. Ósea de orgullo, de creer que se todo y que no necesito de nadie y también termino haciéndome daño. Por eso es tan importante hablar sobre las heridas interiores.

Sonia: En el retiro que estamos compartiendo tú nos explicaste que nuestro ser está formado por el cuerpo, el alma y el espíritu. Y que para sanar las heridas hay un proceso. ¿Nos lo podrías detallar mejor?

Alejandra: Claro, cuando hablamos de heridas hablamos de que tiene que existir un proceso para sanar. Toda herida lleva su proceso.

Por lo que primero debemos preguntarnos ¿Por dónde debo empezar el proceso de sanidad de mi alma? Como sabemos somos seres tripartitos. Somos espíritu, alma y cuerpo. Atreves del cuerpo nos relacionamos entre nosotros, en nuestra alma tenemos la capacidad de pensar, tenemos nuestra mente. Tenemos la capacidad de sentir, que son las emociones. Y también la voluntad, que es la capacidad de tomar decisiones. Pero más adentro de nosotros esta lo que llamamos el espíritu, y el proceso de sanidad comienza desde el espíritu. Es imposible que nosotras podemos salir adelantes solas, y sanar nuestra alma solas. Necesitamos ayuda desde el espíritu. Lo que pasa es que nosotras al ser pecadoras, por naturaleza, estamos alejadas de la presencia de Dios. Ósea espiritualmente estamos muertas. Esto significa que me manejo de una manera síquica, ósea me manejo por lo que pienso, por lo que siento, como a mí me parece pero estoy ajena de la vida de Dios. Es decir mi mente y mi corazón están oscurecidos de la verdad de Dios. Y en la única manera que comienza la verdadera transformación, es cuando yo reconozco delate de Dios mi condición de pecadora. Y que espiritualmente estoy alejada, estoy muerta. El proceso comienza cuando reconozco mi naturaleza pecadora. Cuando acepto a Jesucristo en mi corazón, y me humillo en su presencia, confieso mis pecados. Y le pido a Jesucristo, quien fue el que murió por mí en la cruz que me lave, que me limpie. Como dice Juan 1:12 creo en Jesucristo y le recibo en mi corazón comienzo a tener vida espiritual. Porque el espíritu de Dios entra a vivir a mi espíritu y no estoy mas sola. Ahora el espíritu de Dios viviendo en mi, va a comenzar un proceso de sanidad, de transformación. El espíritu de Dios va a cambiar mi manera de pensar, de sentir y de decidir. El espíritu de Dios me va ir sanando  atreves de la palabra de Dios.

Sonia: Esto es lo básico para comenzar a sanar, pero claro que es un proceso. Y uno de los primeros pasos que nos comentaste es que debemos identificar nuestra herida para luego seguir trabajando con nuestra voluntad  ¿verdad?

Alejandra: Claro, como punto de partida debemos visualizar que lo más importante es aceptar a Dios en nuestras vida. Y luego el atreves de su espíritu va a comenzar a cambiar nuestra manera de pensar. Esto es  muy importante, porque estamos en un mundo, sistema, gobernado por Satanás.

Satanás ha venido para matar, hurtar y destruir. A veces los conceptos que tenemos de nosotras mismas y de la vida están totalmente distorsionados. Por eso la palabra de Dios continuamente nos invita a renovar nuestra manera de pensar, para que así cambien nuestra manera de vivir. Proverbios 23:7 nos dice: pues como piensa dentro de sí, así es. Ósea yo soy el resultado de lo que hay en mi mente. Y cuando estoy herida, tengo en mi mente un concepto distorsionado del valor que yo tengo. Y es necesario que yo transforme mi manera de pensar porque eso afecta mi manera de sentir, de decidir y mis hábitos. Por lo tanto termina afectando mi vida. Lo único que transforma la mente es la palabra de Dios. Por eso para renovar la manera de pensar, debemos estudiar y leer la Palabra de Dios. Para cambiar nuestra manera de sentir, de decidir y de vivir. Por eso es tan importante la renovación de nuestra mente según los parámetros de la Palabra de Dios, no con los conceptos de este sistema. Ni con la forma de actuar de la mayoría. Cuando yo pienso como Dios, algo va a suceder en mi interior.

Para ir terminando, si alguien esta sufriendo una herida y cree que lo mejor que puede hacer es quedarse solo, no compartirlo con nadie. Yo le quiero decir que es lo peor que se puede hacer. Se debe buscar ayuda. Y la ayuda no está ni en un pastor, ni en una iglesia, ni en una religión, la ayuda está en Dios y en su Palabra. Asique ánimo a toda persona que busque un lugar donde enseñen la Palabra de Dios. Donde a través de ella puedas ir renovando tu mente, conozcas de qué manera puedes salir delante de su dolor. Y por experiencia propia les puede asegurar que cuando Dios comienza una obra, la transforma, a renueva y la perfecciona para siempre. Es tan hermoso saber que en Dios hay libertad, que le animo a que no se quede sufriendo, sino que busque ayuda.

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