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Titulo: «Sed llenos del Espíritu» 2/4
  

Autor: WimMalgo 
Nº: PE1112

Llegara ser lleno del Espíritu significa, que Jesucristo pueda satisfacer todo el derecho que tiene a su vida, y esto ocurre cuando se deja llenar de Su fuerza, de Su amor y del dominio propio.


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«Sed llenos del Espíritu» 2/4

Querido amigo, el Señor tiene para darte aún mucho más de lo que has recibido de El hasta hoy.

¡Pero cuidado! Sí, hay un cuidado. El ser lleno cada vez más por el Espíritu Santo no significa extasiarse hasta no saber más cómo uno está y qué está arriba o abajo. En algunos círculos, cuando se llama a las personas a pasar adelante para recibir el dicho «bautismo en el Espíritu Santo», el evangelista impone las manos a aquellos que han seguido su llamado, y caen – asidos por un poder – hacia atrás en los brazos de los ayudantes que están detrás de ellos, cuidando que no se lastimen. En realidad, cada cristiano renacido debería darse cuenta de que esta manera de proceder no es de ninguna manera el «bautismo en el Espíritu», sino más bien un bautismo con los espíritus. Pues el que está asido o lleno del Espíritu, no cae sobre su espalda, sino justamente al contrario, sobre su rostro: ¡Lo leemos muy claramente en la Palabra de Dios!

– «Al verlo toda la gente, se postraron sobre sus rostros y dijeron: ¡Jehová es Dios! ¡Jehová es Dios!» (1 Re. 18:39.)

– «Acab subió para comer y beber. Entonces Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra puso su rostro entre sus rodillas», para orar por lluvia.

– «Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y puso sobre mí su mano derecha y me dijo: No temas. Yo soy el primero y el último» (Ap. 1:17).

– «Los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!» Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron» (Ap. 5:14).

El que verdaderamente está lleno del Espíritu Santo, no es asido por algún poder misterioso y echado hacia atrás al suelo, sino que se postra ante el Eterno, conciente de Su santidad, y Lo adora.

Esto no digo para ofender a personas o grupos, sino para mostrarle lo que dice la Santa Palabra de Dios.

La verdadera plenitud no es, como acabamos de ver, ningún estado exaltado o desmedido del creyente, pues leemos del mismo Espíritu Santo en 2 Timoteo 1:7: 

– «Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.»

– «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (o: cabal juicio; o: disciplina)» (L B A).

Estimado amigo, llegar a ser lleno del Espíritu significa, pues, que Jesucristo pueda satisfacer todo el derecho que tiene a tu vida, y esto ocurre cuando te dejas llenar de Su fuerza, de Su amor y del dominio propio. ¡Hoy en día lo más necesario es que la victoria de Jesús, que El obtuvo una vez para siempre en la cruz del Gólgota, llegue a ser eficaz en y a través de nosotros y que corran ríos de aguas vivas de nuestras vidas!

El que verdaderamente ha sido bautizado con el Espíritu Santo y está lleno de El, tiene tan sólo una meta: ¡Jesús! Si el Señor Se hubiera expresado acerca de este tema en palabras difíciles de comprender, esto explicaría las muchas falsas doctrinas sobre el Espíritu Santo. Pero el Hijo de Dios habló muy claramente sobre el ministerio y la obra del Espíritu Santo, diciendo en San Juan 16:13-14: «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber». ¿Qué significa, en el sentido más profundo, cuando Jesús dice del Espíritu Santo: «El os guiará a toda la verdad»? La respuesta es: El Espíritu de Dios quiere mostrarnos una y otra vez y cada vez más profundamente quién es Jesús en verdad, y que todo lo que necesitamos para una vida agradable a Dios, nos es dado en el Hijo de Dios. Pues la mayor verdad, la Verdad en Persona, es Jesús mismo.

Seguramente hay muchos entre nuestros amigos que pueden decir, conforme a la verdad, que han recibido a Jesús en sus corazones y sus vidas, y por lo tanto son cristianos renacidos. Pero si uno mira de más cerca, no se ve a Jesús en sus vidas. Pues se encuentran continuamente en derrotas y son atormentados por dudas, temores e incredulidad. Pero justamente ahí comienza la obra del Espíritu Santo. El cela para hacer viva en ti la Verdad, a Jesucristo. En Romanos 8:32 leemos, por ejemplo: «El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas?» Es decir, nada está excluido. Es una absoluta mentira del diablo, si te está insinuando diariamente que no puedes tener la victoria en tal y tal cosa. Si has nacido de nuevo, entonces es lo contrario. Y el Espíritu Santo quiere guiarte a esta plena verdad. El quiere, a través de tu lectura personal de la Biblia y justamente también por medio de este mensaje, hacerte reconocer una y otra vez y aún más claramente que todo te está dado en Jesucristo. El apóstol Pedro experimentó esta verdad en su vida y escribió, inspirado por el Espíritu Santo: «Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia» (2 Pe. 1:3). Y respecto a nuestra vida de fe en la monótona vida diaria, en la cual tenemos que enfrentarnos con aflicciones, miedos, persecuciones, calumnias y otras cosas del estilo, Pablo dice con énfasis: «Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Ro. 8:37). ¿Eres tú un vencedor?

Volvamos a Juan 16:13b-14, donde el Señor Jesús dice: «Porque (el Espíritu Santo) no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber». El Espíritu de Dios no trae ninguna nueva doctrina ni habla de ninguna nueva experiencia. Más bien, anuncia la antigua verdad del Gólgota, que Jesús vino como nuestro Sustituto y en la cruz pagó completamente todo por nosotros, que pronto regresará para llevar con El a la gloria eterna a todos los que creen en El. Es decir, todo lo que proviene verdaderamente del Espíritu Santo, «glorifica», pues, a Jesús y Lo engrandece a El. Pero si no es así, entonces seguramente hay otro espíritu que está obrando.

Querido amigo, cuando Juan escribe en su primera carta: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios», entonces se refiere ante todo a los espíritus que se disfrazan como piadosos. Si, pues, te encuentras en una iglesia o comunidad cristiana donde se dice: «¡Ahora el Espíritu Santo está aquí!» y luego se habla todo el tiempo solamente del mismo Espíritu de Dios y quizás sobre los dones del Espíritu etc., pero nunca o solamente de paso de Jesucristo, entonces puedes estar seguro de que algo no está en orden. Pues el Señor Jesús dice con toda claridad: «Porque (el Espíritu Santo) no hablará por su propia cuenta…» En otras palabras: El Espíritu Santo no Se anuncia a Sí mismo: «…sino que hablará todo lo que oyere…» ¿Qué oye, pues, y de quién? Jesús lo dijo tan claramente: «…tomará de lo mío, y os lo hará saber…» Esto significa: Todo lo que el Espíritu Santo anuncia, todo lo que proviene de El y Le es atribuido a El, debe tener como centro a Cristo.

¡Se trata únicamente de engrandecer a Jesús!.

Nos encontramos en la tercer parte de esta meditación Bíblica!

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