¿Cuál es el enemigo más grande de una vida victoriosa?
21 febrero, 2008Señor ¿Cuánto tiempo aún? 2/4
21 febrero, 2008Titulo: “Señor ¿Cuánto tiempo aún? 1/4
Autor: Norbert Lieth
Nº: PE1083
Dios tiene un inmenso amor hacia los Judíos y hacia Israel, pero este amor, ¡también es valedero personalmente para usted! Porque cuando se trata de salvar un pecador perdido, Dios da todo, El ya ha entregado todo por ello.
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«Señor ¿Cuánto tiempo aún? 1/4
Estimado amigo, intentaremos contestar con la ayuda del Espíritu Santo esta pregunta de tan candente actualidad, en base a tres parábolas de Jesús sobre el reino de Dios, de alto contenido profético.
En primer lugar tenemos la parábola del tesoro escondido, que es una figura para Israel.-
El Señor Jesús dice al respecto en Mateo 13:44: «El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.» Encontramos aquí tres puntos principales: 1. Un campo (tierra), 2. un tesoro y 3. una persona.
Veamos el primer punto, un campo = tierra de Israel.
El «campo» o bien la tierra está en contraposición con el mar. Israel en la Biblia siempre es mencionado como «tierra», mientras que las naciones son nombradas como mar, o bien, mar de las naciones. Por eso el Señor envía a Sus discípulos como «pescadores de hombres» en el ancho mar de las naciones (Mt. 4:19). Sobre esta tierra el Señor ha dicho que es «Su» tierra, en Levítico 25:23: «La tierra no se venderá a perpetuidad, pues la tierra es mía…» Con esto pasa como con el «campo» de la palabra citada al principio, que un hombre compró por valor de todas sus restantes pertenencias.
El segundo punto es un tesoro = pueblo de Israel
En esta parábola de Jesús el tesoro ocupa el lugar del pueblo de Israel y su salvación futura. Respecto a Israel, que se trate de un tesoro muy especial del eterno Dios, se desprende, entre otras cosas, de las dos siguientes citas bíblicas:
El Salmos 135:4 que dice: «Porque Jehová ha escogido a Jacob para sí, a Israel como su especial tesoro»
Y Deuteronomio 7:6 «Porque tú eres un pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para que le seas un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra».
Querido amigo, en ambos versículos se hace mención, que Israel a los ojos de Dios realmente es como un tesoro, algo extremadamente precioso. Sólo cuando miramos a Israel con los ojos de Dios, realmente lo podemos amar y bendecir.
Y el tercer punto, Una Persona = Jesucristo ( el Mesías de Israel)
Dice Mateo 13:44b «Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.» La persona mencionada en la parábola es Jesucristo. El dejó el cielo y todo lo que El tenía, para nacer sobre el «campo», o bien, en la tierra de Israel como hombre. Con Su sangre derramada en la cruz del Gólgota, con Su vida entregada, compró la tierra juntamente con su «tesoro». Así está escrito en Hebreos 2:14-17: «Por tanto, puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (éste es el diablo), y para librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a esclavitud. Porque ciertamente él no tomó para sí a los ángeles, sino a la descendencia de Abraham (Israel). Por tanto, era preciso que en todo fuese hecho semejante a sus hermanos (judíos), a fin de ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo (Israel).»
Estimado amigo, de una forma más conmovedora no se puede describir el amor de Dios hacia los judíos y hacia Israel. ¡Pero este gran amor de Dios, también es valedero personalmente para ti! Porque cuando se trata de salvar un pecador perdido, Dios da todo, sí, El ya ha entregado todo por ello, ya que dice en Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.» Regresando a Israel: Cuando el Señor Jesús vino a la tierra de Israel, El pagó por éste, Su pueblo, el precio más caro que jamás fue pagado: ¡Su preciosa sangre! A través de esto El compró este «tesoro» en la tierra de Israel. En la cruz estaba escrito en los idiomas mundiales de aquel entonces: «Jesús de Nazaret, el rey de los judíos». Ya antes de Su condenación ante el concilio, el sumo sacerdote de aquel entonces profetizó respecto a esto: «Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni consideráis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación. Pero esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos». Que el pueblo de Israel, o sea, los judíos dispersos en Etiopía, Rusia, California, sí, en todos los países, sean llevados por Dios hacia la tierra de Israel, es una de las consecuencias de la obra reconciliadora de Jesucristo en la cruz del Gólgota. Jesús murió, primeramente, por el pueblo judío, y también por todo el mundo.
Ahora bien, querido amigo, veamos el tesoro escondido a la luz de la profecía bíblica.-
Voy a leer ahora Mateo 13:44: «El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre descubrió y luego escondió. Y con regocijo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.» Si usted tiene una Biblia a mano y lee atentamente, salta a la vista algo muy impresionante y a la vez maravilloso, es decir, las palabras «escondido» y «escondió». Este hombre, más claramente, Jesucristo, el Hijo de Hombre, descubrió el tesoro escondido en el campo y enseguida lo escondió otra vez. Seguidamente vendió todo lo que tenía, y compró aquel campo. Mas tarde tampoco fue y desenterró el tesoro, sino que lo dejó escondido en el campo. Visto a la luz de la Palabra profética, esto quiere decir, y aquí, en Su resolución, vemos la inconmensurable sabiduría de Dios:
Jesucristo sí, compró en la cruz del Gólgota el campo junto con su tesoro (=la tierra y el pueblo de Israel), pero aún mantiene escondido el tesoro. Dicho concretamente: La redención de Israel aún no se hace visible. Sin embargo El ya ha pagado completamente el precio, pero la salvación de Su pueblo, cuyo rey es El, aún se mantiene escondida. Esto otra vez significa: Jesucristo aún no manifiesta Su derecho de posesión, sino que lo retiene para un día futuro.
Entonces se impone la pregunta: ¿Por qué deja escondido el tesoro? La respuesta a esta pregunta la encontramos en la segunda parábola que veremos en nuestro próximo programa.