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16 marzo, 2021Victoria Fleitas nos cuenta su testimonio tras perder a su padre cuando tenía 11 años. Te invitamos a conocer más sobre las dificultades que enfrentó durante su adolescencia y juventud, y los consejos que tiene para todas aquellas que estén pasando momentos de dolor, incertidumbre o falta de autoestima. ¡No te pierdas de conocer más sobre la obra de Dios en su vida!
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EA1017 – Entre Amigas –
Testimonio de Victoria Fleitas
Entrevista a Victoria Fleitas
Victoria: Queridas amigas, es un gusto estar con ustedes compartiendo este espacio de la entrevista. Hoy nos acompaña una nueva amiga que a partir de ahora va a formar parte del equipo de Entre Amigas. Tal vez no la escuchen siempre pero sí va a estar siempre y es Victoria Fleitas. ¿Cómo estás, Victoria?
Victoria Fleitas: Bueno, es un gusto estar contigo y con toda la audiencia.
Victoria: Hoy queremos hablar un poco acerca de tu vida. Les cuento, amigas, que Victoria ha tenido una vida muy particular por diferentes motivos, así que me gustaría que te presentaras, Victoria, y que nos cuentes un poco sobre vos.
Victoria Fleitas: Bueno, mi nombre es Victoria Fleitas, tengo 32 años, soy, en primer lugar, hija de Dios, gracias a Dios, si bien nací en un hogar cristiano y soy hija de pastores, en el transitar de la vida fui viviendo muchas cosas. Cuando tenía 11 años falleció mi padre de una enfermedad que lo fue arrastrando durante más o menos dos años. Era algo parecido a la esclerosis múltiple, y si bien era probable que muriera fue algo muy impactante para una niña de 11 años, aunque tuve una infancia muy feliz. No me pasó eso que cuentan algunos hijos de pastores de que los padres son ausentes debido a las tareas pastorales, la verdad es que en mi caso no fue así.
Victoria: Además fuiste una hija muy anhelada, muy esperada.
Victoria Fleitas: Sí, una hija de padres mayores, mi madre me tuvo con casi 44 años después de pasar 20 años buscando. Por eso me pusieron Victoria, porque fue realmente una victoria tremenda para ellos. Así que mi niñez fue muy linda, la adolescencia ya cambió un poco. Fue una adolescencia con cierta indiferencia a la vida. Servía a Dios, servía en la iglesia y apoyaba a mamá en lo que podía.
Victoria: Claro, comprometida e intentando ayudar con eso que había quedado.
Victoria Fleitas: Exacto, y comprometida con no ser rebelde. No tener esa rebeldía de la adolescencia, siempre trataba de portarme bien. Pero bueno, me iba guardando muchas cosas.
Victoria: Y también por aquello que hablábamos fuera de micrófonos de que estaba muchas veces la idea de no contar las dificultades o los problemas para no verse vulnerable, ¿no?
Victoria Fleitas: Exacto. No está mal ser vulnerable, no está mal ser titulado como sensible y admitir que somos seres humanos. Yo soy cristiana, amo a Dios, pero también tengo mi lado vulnerable que necesita ser tratado por Dios. Y creo que eso es un testimonio mucho más impactante que mostrarte súper bien siendo un cristiano “perfecto”. Eso fue algo que lo estoy canalizando y viviendo ahora, con treinta años. Por eso, a todo el que me esté oyendo ahora y esté en esa lucha de decir “tengo este problema, pero no sé a quién contárselo”, buscá a alguien.
Victoria: Siempre está la posibilidad de hablarlo con Dios, que es insustituible.
Victoria Fleitas: Sí, en primer lugar, con Dios.
Victoria: Pero también es importante contarle a alguien a tu alrededor, ¿no?
Victoria Fleitas: Exacto, buscar a alguien de confianza, alguien que sea un referente, un mentor. En mi caso personal, más que nada, era el tema del apego, de la dependencia emocional a las personas que me rodeaban, tanto mi madre como amistades, y otros problemas más que fueron surgiendo con el tiempo, más que nada en la adolescencia. Entonces era muy complicado para mí, sentía que me iban a juzgar, o que no me iban a entender. El hecho de abrirme fue algo que me ayudó muchísimo incluso en mi relación con Dios, abrirme con otra persona y contarle lo que me pasaba. Por eso lo super recomiendo, siempre que puedan hablar con alguien háganlo. Pero con alguien de confianza.
Victoria: Claro, no es tampoco ir hablándolo con todo el mundo ni ir contando los problemas, las dificultades o las debilidades a todos los que nos rodean, sino en oración, con la dirección de Dios, porque Él coloca a las personas para poder hacerlo.
Victoria Fleitas: Exacto, buscar la guía del Espíritu Santo y ser sabios en el sentido de a quién le podemos contar, y formar amistades que puedan llevar a forjar una relación más íntima, que sea alguien que pueda llevar un proceso en paralelo, que sea alguien quizás más objetivo, que es mejor.
Victoria: Sí, a veces, porque la persona te quiere, no te quiere ofender, entonces no te da la palabra correcta.
Victoria Fleitas: Sí, pero con la guía de Dios Él siempre te pone personas en quienes podés confiar y creo que es algo saludable. Después es algo que también te ayuda a no trasladar ese problema a las personas que liderás. A uno, como líder en una iglesia, le preocupa que las personas no se vean afectadas por las cosas que te pasaron, es normal. Pero está bueno tener a alguien en paralelo que, espiritualmente, tenga la misma o más madurez que vos, y que te pueda ayudar a salir de cualquier problema emocional o espiritual, que te pueda ayudar a orar, lo que necesites.
Victoria: Claro, aquello de ayudar los unos con las cargas de los otros, llorar con los que lloran y reír con los que ríen.
Victoria Fleitas: Exacto, sí.
Victoria: Qué bueno que es poder ser ese tipo de personas también, no solo buscarlas sino uno mismo poder ser una persona confiable, alguien que pueda escuchar al otro sin juzgarlo. Hay veces en las que uno solo necesita que lo escuchen, y la escucha asertiva, como dicen, no para responder, no para dar una solución, sino simplemente escuchar como hermano, como soporte.
Victoria Fleitas: Estar ahí.
Victoria: Exactamente. Y bueno, nos contabas entonces que hubo varios cambios que son recientes en tu vida. ¿Qué nos podés contar de eso? Desde la parte de tus estudios, ¿cómo siguió? Nos venías hablando de tu adolescencia.
Victoria Fleitas: Sí, hice mis estudios de secundaria, y mi tema fue que no sabía qué quería hacer, no sabía qué estudiar. Lo que sí sabía es que siempre me gustó más la parte espiritual, la parte teológica, que la secular. Nunca tuve un enfoque secular, sino que siempre sentí un llamado pastoral, más allá de que yo trabajo en un centro médico, en una mutualista privada hace ya tres años, más allá de eso y de que tengo un curso de auxiliar contable, pero son cosas que fueron surgiendo en estos últimos dos años. Antes de eso pasé de querer ser profesora de inglés, a ser chef, a ser otra cosa que no tenía nada que ver, pero siempre mi enfoque fue pastoral, fue enseñar la Palabra. Eso fue lo que siempre me apasionó y ahora lo estoy haciendo, soy profesora de instituto bíblico ya hace casi tres años.
Victoria: Victoria, hablabas hace unos momentos de una apertura que tuviste con respecto a cosas que quizás traías desde pequeña con respecto a tu papá y a esa presión de hacer todo lo que podías en tu familia, en tu iglesia, y que pudiste descomprimir recién en este tiempo, ¿no?
Victoria Fleitas: Sí, eso fue hace muy poco tiempo, me ayudó mucho el tema de empezar terapia psicológica hace aproximadamente dos años. Fui a una psicóloga cristiana a la que le agradezco muchísimo porque me ayudó a empezar a quererme a mí misma. Yo no me auto valoraba, y si hay algo sobre lo que Dios me ha hablado en este último tiempo es sobre ese mandamiento que nos da de no solo amarlo a Él, sino también esa palabra que dice “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si vos no te amás a vos mismo no vas a poder amar a tu prójimo. No lo vas a amar como corresponde. Eso es lo que hace también Yo dependía de otros para ser feliz, dependía de la felicidad de otras personas o de la valoración de otras personas hacia mí, para poder sentirme bien. En estos últimos dos años, a través de la terapia y de la comunión más íntima con Dios, que me ha ayudado también mucho, he podido ver que yo no puedo depender de otras personas para mi felicidad. Mi felicidad viene de Dios, no viene de alguien.
Victoria: Más allá de los vínculos y de lo importante que es tener a alguien con quién abrirse, que no haya una dependencia de la persona sino, como dice la Biblia, nos sostenemos viendo al invisible.
Victoria Fleitas: Sí, exacto, y eso es fundamental también para la sanidad interior, el enfocarte más que nada en lo espiritual, en Dios, en que es Dios el que te puede completar, la plenitud en Jesús, no en alguien externo. También el hecho de que soy soltera y que nunca tuve novio, eso también afectó mucho mi autoestima y me afectó mucho en lo emocional, pero también me ha ayudado a enfocarme a ver a Dios como mi proveedor, y me ha ayudado a darme cuenta de que Dios sabe, Dios conoce mi corazón y sabe lo que yo necesito, cuándo lo necesito y cuándo va a llegar esa persona, si es que viene, porque sólo Dios sabe. Pero eso también me ha llevado a sentirme hoy mucho más feliz, más plena, más completa, el hecho de saber que Dios me conoce y que Él es el único que puede satisfacer mi corazón y satisfacerme en todas las áreas de mi vida, no solamente en la espiritual sino también en la emocional.
Victoria: Quisiera saber algunas cosas puntuales que hayan marcado un antes y un después, o que te hayan hecho decidir cambiar cosas en tu vida.
Victoria Fleitas: Bueno, una de las cosas que me ha ayudado muchísimo es el tema de la dieta, porque yo era una persona con cierta obesidad, y fue como empezar a decir “basta, hasta acá llegó la Victoria vieja. Tengo que hacer algo porque si no, me estoy haciendo daño a mí misma, me estoy auto boicoteando”. Entonces bueno, empecé a hacer un régimen que me llevó un año y algo, y bajé unos 18 kg. Era una dieta bastante llevadera, porque sabemos que las dietas son difíciles de llevar. Pero era más el hecho de comer bien, de hacer ejercicio, de cuidarme a mí misma. Es lo que hablábamos del amor a uno mismo, no ese amor vano, sino un amor que tiene que ver con auto cuidado, con valorarse a uno mismo como templo del Espíritu Santo. También eso fue lo que influenció, el hecho de dar un testimonio de que Dios me ama, así como soy, pero Él quiere que dé lo mejor de mí, en todas las áreas. Lo físico también repercute en cómo estamos por dentro, y cómo estamos por dentro se manifiesta en lo exterior. Uno tiene que ser consciente de cómo trata a su cuerpo, de cómo come, de cómo se cuida. Es una forma de honrar a Dios también.
Victoria: Para ir terminando este tiempo, Victoria, ¿Qué tres cosas les podés decir a nuestras amigas para resumir un poco lo que estuvimos hablando?
Victoria Fleitas: Bueno, más que nada el hecho de buscar siempre la dirección de Dios, sobre todo aquellas que están pasando alguna circunstancia difícil o algún momento en el que no saben qué hacer, lo importante siempre es buscar en primer lugar a Dios, buscar una intimidad con Dios. Eso es fundamental. Buscar estar cerca de Él, buscar su dirección, buscar su guía, buscar su amor, buscar esa plenitud, y después buscar a alguien que te pueda ayudar. Alguien que te pueda aconsejar, que pueda ser una especie de tutor.
Victoria: Sobre todo para afrontar estas situaciones fuertes, como lo fue la pérdida de tu papá. Y todo lo que eso puede haber conllevado, como el tema de las responsabilidades, por ejemplo.
Victoria Fleitas: Sí, fue un tema de madurar muy rápido en ciertas cosas, entonces yo creo que es fundamental apoyarse en Dios siempre. Por más de que uno se equivoque y pase por cosas, pero siempre buscar la dirección de Dios y saber que la gracia de Dios está 100% disponible. No importa que te equivoques o cuán grande sea tu pecado o lo que hayas hecho, él te recibe con misericordia, con gracia y con amor, para que vuelvas a empezar. Siempre se puede volver a empezar, siempre se puede salir adelante, nunca es tarde, sé que actualmente estamos en tiempos de pandemia y quizás muchos nos están escuchando y tuvieron alguna pérdida de un familiar o de un ser querido, pero Dios siempre está disponible para consolarnos, para abrazarnos y para llevarnos a más y a mejor, que es lo que Él quiere.
Victoria: Muchas gracias, Victoria, por estar con nosotras. Te esperamos para un próximo programa entonces. Fue un gusto conversar contigo. A ustedes, amigas las invitamos a que sigan escuchando entre Amigas la semana que viene porque hay más programa para ustedes. ¡Hasta la próxima!