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Título: Un concepto de seguridad espiritual

Autor: Jay Letey
Nº PE 1349

El concepto y la búsqueda de seguridad es una temática que generalmente ocupa a cada ser humano. ¿Quién no tiene el deseo de sentirse seguro? En el entorno donde vive y trabaja, en sus relaciones familiares y sociales.

El concepto de seguridad espiritual es más importante aún. Los cristianos de todo el mundo pueden gozarse en la misma salvación. Nuestro amor hacia Jesucristo traspasa todas las culturas y nos une. Y esta salvación es la que nos da un concepto de seguridad absolutamente confiable


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Muchas gracias por la bienvenida y yo también estoy muy agradecido por esta oportunidad de poder compartir con usted, estimado amigo este tema del «concepto de seguridad espiritual».

Los cristianos de todo el mundo pueden gozarse en la misma salvación. Nuestro amor hacia Jesucristo traspasa todas las culturas y nos une.

Un día estaremos delante del trono de Dios, unidos en un solo pueblo. No importa qué idioma hablamos: Dios conoce nuestros corazones. Y nosotros disfrutamos de Su gracia, la cual nos concede a todos abundantemente.

Pero aún estamos involucrados en la lucha contra el mal.

En el mundo nos acechan muchos peligros. Solamente necesitamos mirar las noticias y abrir los diarios, y ya estamos perfectamente informados acerca de guerras, catástrofes y otras amenazas por todos lados. Ningún país está seguro de atentados terroristas. Después del 11 de setiembre de 2001, en EEUU se discutió mucho acerca de cómo mejorar la seguridad. Se invirtieron millones de dólares para aumentar el sentimiento de seguridad entre los ciudadanos. Pero incluso si todas las naciones convivieran en paz, todavía existiría la lucha del alma contra el mal. Y justamente el mal se presenta con frecuencia de una manera muy sutil. Al principio parece atractivo y bueno. Por un tiempo, uno disfruta del pecado. Sin embargo, el problema es que el tiempo de disfrute es corto, pero las consecuencias del pecado duran muchísimo tiempo.

En la iglesia de Corinto reinaba exactamente este tipo de lucha, y Pablo lo puso sobre el tapete. Por eso, el mensaje de la primera carta a los corintios es muy adecuado para nuestro tiempo. Veamos un breve resumen, después de haber disfrutado algunos compases de música.

Veamos entonces un breve resumen del mensaje de la primera carta de Pablo a los corintios: 

Capítulo 1: Pablo nos hace recordar que hay una gran diferencia entre la sabiduría mundana y la divina. Solamente el Espíritu de Dios nos puede ayudar a entender la sabiduría de Dios.

Capítulo 2: Aquí se nos muestra que el hombre natural no puede entender la sabiduría de Dios. El espíritu del mundo no conoce esta sabiduría, solamente la podemos conocer por el Espíritu de Dios.

Capítulo3: Pablo nos exhorta a dejar de vivir como hombres naturales. Solamente con la ayuda del Espíritu Santo podemos vivir una vida espiritual.

Capítulo 4: Se pone en la mira la actitud mundana de los corintios: continuamente sentían necesidad de criticar algo. Y el espíritu de crítica es sumamente peligroso para una comunidad cristiana. Pablo abordó este tema, y también nosotros hoy en día tenemos que hablar sobre estas cosas.

Capítulo 5: Los corintios buscaban el reconocimiento por la sociedad. Por eso toleraban la inmoralidad y otros pecados en medio de ellos. ¡Justamente este capítulo es para nosotros, hoy en día, de candente actualidad!

Capítulo 6: Otro mal dentro de la iglesia de aquel entonces era la manía de pelear. Muy rápidamente estaban dispuestos a arrastrarse mutuamente ante el tribunal. ¿Cómo nos comportamos hoy en día?

Capítulo 7: En cuanto a la moral y el matrimonio, los corintios tenían un concepto deformado.

Y así sigue. Capítulo por capítulo, Pablo nos advierte a no conformarnos al mundo en nuestro pensar y actuar. Al final, nos da un concepto de seguridad que tenemos que aplicar a nuestras vidas espirituales:«Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor»(1 Co. 16:13-14). Confío en que este concepto de seguridad tendrá el mismo efecto en tu vida que en la iglesia de Corinto en aquel entonces: fue totalmente cambiada.

Abordemos entonces, después de otra pausa musical, paso por paso, todos estos desafíos.

Quiero sintetizar cada punto de este concepto de seguridad con una palabra clave: velar, convicción, carácter, constancia y compasión.

Velar

En primer lugar, leemos:«Velad….» .Esta es nuestra primera palabra clave. El Nuevo Testamento nos nombra cinco circunstancias en las cuales tenemos que velar con especial atención: 

1.«Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar»(1 Pe. 5:8). Nuestro enemigo es un seductor. Pocas veces muestra su verdadera cara desde el principio. Se esconde y se disfraza y quiere inspirarnos lo malo de manera suave. Por eso, Juan nos advierte contra los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida (comp. 1 Juan 2:16).

2.«Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil»(Mr. 14:38). Tuve que hablar un día en un seminario bíblico en Colorado y advertí seriamente a los estudiantes contra la seducción sexual. Escuché que una joven le dijo a la persona que tenía al lado: «Ni siquiera tenemos la posibilidad, con tantos preceptos que hay aquí». Aún antes del fin del semestre, ella abandonó sus estudios y se juntó con un hombre en concubinato.

Dicho sea de paso, estoy enumerando las circunstancias en las cuales tenemos que velar, comenzando por lo más difícil hasta lo más suave, pero en cuanto a la sutilidad del ataque, es lo contrario: va creciendo. Muchas veces no estamos realmente concientes de que somos atacados por el diablo, pues de lo contrario pondríamos mucha más atención en las advertencias. En la vida diaria tenemos que luchar mucho más contra una seducción sigilosa que contra un ataque abierto de Satanás. La seducción es sutil, pero no por eso menos peligrosa.

3.«Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto»(Ap. 3:1). Existe algo aún más sutil que la seducción o la tentación: la indiferencia espiritual y la apatía. Es absolutamente necesario que nos guardemos de ella. Por eso el versículo 2 nos desafía:«Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir…».

4.«Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas»(2 Ti. 4:3-4). También tenemos que estar continuamente alertas ante las falsas doctrinas. ¿Cómo nos protegemos de ellas? La respuesta nos es dada en el versículo 5:«Pero tú sé sobrio en todo…».Tenemos que estar profundamente anclados en la Palabra de Dios. De esta manera nos damos cuenta rápidamente si alguien se aleja de la Palabra.

5.«Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor»(Mt. 24:42). Esta es una advertencia positiva, animadora: tenemos que esperar el día en el cual regrese nuestro Señor. ¡Qué maravillosa promesa!

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