Un sembrador Salió a Sembrar

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Herman Hartwich aplica claramente la palabra del sembrador que salió a sembrar a la situación de nuestros tiempos y de cómo hay que estar receptivos al Evangelio


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PE1529 – Estudio Bíblico – La Locura de un Joven



Mis amigos, en la Palabra de Dios, en el Antiguo Testamento, especialmente en el Evangelio de Mateo, se encuentran las llamadas Parábolas, o lo que llamaríamos los misterios del Reino de los Cielos.

Ellas describen, lo que será el resultado de la presencia del evangelio de Cristo en el Mundo, durante la época actual y hasta el regreso del Señor, cuando recogerá la cosecha. Ahora, es interesante que no vemos ningún cuadro brillante, de un mundo convertido. Cosa que muchos discrepan con esto.

Porque muchos están anunciando grandes avivamientos, verdaderas multitudes casi como que vamos a instalar un verdadero paraíso en nuestra tierra. Saben que encuentro en estas parábolas que habrá cizaña mezclada con trigo, que habrá como los peces adentro de una red. Que habrá peces buenos y peces malos que también como figura del pecado la Levadura, será hallada dentro de la masa, solo Cristo puede determinar lo que es bueno, y lo que es malo, y, al final, el dividirá, ó separará, los buenos, de los malos. No nos toca a nosotros hacerlo, él lo va a hacer.

En el capítulo 13 de Mateo, tenemos allí el comienzo de una serie de parábolas. Y quisiera dar lectura, si usted tiene un evangelio para que no nos insuma tanto tiempo usted puede tomarse el trabajo para leer todo este capítulo, pero yo voy a leer los primeros 3 versículos,

“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó unto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.”

Luego sigue hablando del propósito de las parábolas, luego viene la explicación de esta parábola, luego siguen otras parábolas, pero esta primera parábola enfoca el tema de la receptividad del mensaje del Reino. La verdad central de esta parábola podríamos decir que el resultado de sembrar, depende de la condición del terreno. Jesús usaba parábolas para enseñar, usaba cosas conocidas para enseñar cosas desconocidas.

O como nosotros solíamos decir en la época del seminario, la parábola es tomar figuras terrenas para enseñar cosas celestiales o cosas terrenales humanas para enseñar cosas espirituales. Los misterios del Reino se refieren a verdades que el hombre no puede descubrir. Son verdades que Dios en su gracia toma la iniciativa que para poner al alcance de todos. Solo los que tienen una disposición favorable para con él, pueden captarlas. Pienso cuántas veces las personas dicen: yo leo la Biblia, no entiendo nada. Pienso que les falta esta condición favorable. Para con el Señor. Para poder captar las enseñanzas.

Es algo que está concedido, esta capacidad de discernir la Palabra de Dios, es algo concedido, de pura gracia es algo concedido, no por dinero, no por precio, no se compra, y esto es gratuito a los hombres de fe. No a aquellos auto suficientes, rebeldes, vanidosos, orgullosos, no se trata de capacidad intelectual, si no capacidad de corazón humilde, sensible y dispuesto. Mis queridos amigos, voy a leer rápidamente ahora la explicación de la palabra en los versículos…

“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”

Aquí tenemos las 4 clases de oyentes. 4 clases de corazones diríamos también. Tenemos junto al camino, no quiere entenderla en realidad, es indiferente, la rechaza no puede penetrar porque allí está apretada la tierra no está trabajada la tierra está duro, duro, está impenetrable. Aunque la intención del sembrador es buena no hay asunto, no nace.

Entonces, el enemigo, si aún quedaba un chiquito de esperanza, e diablo viene y arrebata la semilla que fue sembrada o que fue esparcida allí. Tenemos en segundo lugar a la semilla que cayó entre pedregales esto representa al corazón que se siente atraído por el beneficio del mensaje del Reino y sin demoras lo recibe con gozo! Cuántas personas dicen! Qué bueno esto! Me sirve, me sirve y entonces como que escuchan, como que abrazan, pero no cuentan con el costo de seguir a Jesucristo. Jesús dijo que era negarse a sí mismo y tomar la cruz cada día y seguirle.

Aquí dice Jesús que tropiezan con las cosas de este mundo y eso les hace perder la eficacia y el beneficio de la Palabra. Escuchan el evangelio de ofertas. Hoy está muy de moda. Presentan todos los beneficios. No las demandas de Jesucristo. Prometen todo y no demandan nada excepto dinero. Porque estos que ofrecen este evangelio lo único que piden es dinero.

En tercer lugar, rápidamente viendo la semilla que cayó entre espinos. Crecen más rápidos que las buenas semillas. Los espinos son así las personas que las malezas crecen más rápido de lo que sembramos. Ahora este tipo de personas reciben la palabra con buenas intenciones pero no le dan prioridad a lo bueno, no arrancan los espinos. No se someten a la transformación.

Entonces, las preocupaciones, las riquezas, los afanes de este mundo hace que se pierda allí la posibilidad de tener fruto no es cierto? Ahogan el evangelio. Pero tenemos en 4to y último lugar la buena tierra, el terreno blando, el terreno profundo y limpio que recibe la semilla y le permite crecer y dar fruto y bueno. Pensaba yo por ejemplo en el sistema moderno de Cultivo. Hoy esta de moda, lamentablemente no es la mejor forma de cultivar la tierra se aplican herbicidas, labranza 0 se le llama. No se da vuelta la tierra, ya no se usan los arados, ahora se pasan unos disquitos, con la semilla y los fertilizantes, y luego químico, más químico, más químico.

Este no es el método natural, no es el método de Dios. Este método moderno es como no tener contacto ni relación con la tierra. Representa esto al hombre que quiere tener cambios? Sin relación con el Señor que es el sembrador, yo diría IMPOSIBLE. Para una verdadera vida de verdaderos valores, necesitamos tener un trato especial del creador, tú lo necesitas, yo, esta es la parte de Dios, él quiere relacionarse contigo, él quiere rotular tu corazón, él quiere romper la tierra de tu corazón.

El quiere sacar de adentro lo que no sirve, hay piedras, hay troncos hay basura, hay hierbas malas que queremos combatir si permitimos que él quebrante nuestro corazón. Sacar raíces viejas, yo tengo que sacar, limpiarme cuando permito que Dios abra mi corazón, lo rompa, lo quebrante. Por el reconocimiento de mi insuficiencia. Y de que no estoy preparado realmente y cuando el Señor me muestra de que realmente y comienza a sacar las raíces de amargura comienza a sacar las piedras de tropiezo, quitar las malezas.

Ahora yo te pregunto mi querido amigo ¿dejarás que el Señor quebrante tu corazón, que rotule tu corazón para que salga todo impedimento para la palabra y así avergonzar al diablo que está impidiendo que tu recibas la palabra?

Mi amigo déjate tratar con Dios, en este mismo momento, Dios está tratando contigo, Dios quiere quebrantar tu corazón, tan solo dile sí Señor, tienes razón, soy pecador, mi vida está llena de impedimentos, yo mismo soy el culpable de la mayor parte de los impedimentos, pero quiero recibir tu palabra, quiero recibir esta bendita semilla para que de Fruto de vida eterna. Y de una calidad de vida en esta tierra también. Un hombre, una mujer lleno de fe y de victoria en Cristo Jesús. Si tu le entregas tu corazón a Cristo y le permites a el, hacer esta obra, serás un verdadero hijo de Dios Que Dios te bendiga.


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