"Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas."
2 Pedro 3:10
¡Cómo han cambiado las cosas el año pasado, sin duda alguna! Los hombres cambian. Los buenos amigos se convierten en enemigos. Las personas sanas enferman y fallecen. El mundo cambia y va pasando. Las catástrofes de la naturaleza aumentan.
El clima va cambiando, y nada permanece tal como era. La Palabra de Dios dice: "Ellos perecerán, pero tú permanecerás. Todos ellos se envejecerán como un vestido; como a ropa los cambiarás, y pasarán. Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán." Nos acercamos a un grande y terrible juicio. Bienaventurado el que está al abrigo de la "ira venidera" en la eterna e incambiable Roca, Jesucristo.
Jesús dice: "Porque yo vivo, también vosotros viviréis." Aunque todas las cosas pasen - El no pasará. El permanece para siempre, y nosotros con El, pues: "Nadie las arrebatará de mi mano." "...ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro." "¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!"